En el encuentro, que se desarrolló en el despacho principal de la comuna, los comerciantes expusieron ante el jefe comunal las razones por las cuales se oponen a la radicación de grandes cadenas comerciales en el Partido de General Pueyrredon.

En este sentido Gustavo Ares, presidente de CAFAMAR, expresó ante el intendente que “existe legislación vigente a nivel provincial que taxativamente impide que estos emprendimientos se instalen en la ciudad, así como también hay decisiones judiciales contra las ordenanzas que pudieran facilitarlo.”

Por otra parte Roberto Di Nucci, secretario de CAFAMAR, manifestó: “necesitamos que Arroyo, como jefe político de la ciudad, defienda el trabajo de los marplatenses. Estudios realizados han demostrado que por cada puesto que se pudiera generar en esas grandes empresas, 7 empleados perderán su lugar en los comercios minoristas que indefectiblemente cerrarán.”

Miguel Ventura, le relató al intendente su experiencia personal. “Con la llegada del hipermercado de Constitución y Ruta 2 mi comercio que está ubicado en la zona sufrió una fuerte caída de ventas que ocasionó que tenga que reducir mi plantilla de personal de 7 a 4 integrantes. La apertura de una nueva gran cadena en la zona podría hacer desaparecer mi negocio.”

Atento ante los argumentos de los ferreteros, el intendente ponderó la atención y asesoramiento así como también la calidad y variedad de productos que se encuentran en la propuesta comercial de los distintos barrios de Mar del Plata y Batán.

Además remarcó que una de las características de su persona es el apego a las normas vigentes es por eso que, se comprometió a respetar la Ley Provincial Nº 12573, marco regulatorio para la instalación de las grandes superficies y cadenas comerciales.

A modo de conclusión, los comerciantes presentes en la reunión pusieron de manifiesto que hoy existe una comprensión colectiva acerca de que estas cadenas, por su concentración, son formadoras de precios tanto de venta como de compra.

Al instalarse y durante un tiempo, venden al costo, hasta quebrar al comercio local y luego, habiendo ganado el mercado, entre pocos competidores, establecen precios más altos que les permita mejorar su rendimiento. Además las ganancias de estas operaciones son giradas en su totalidad a la casa matriz ubicada en el exterior.