Como una consecuencia del conflicto que se planteó desde el vertedero departamental (basural) por parte de familias que allí trabajan con el reciclado de la basura, quienes se negaron a escuchar las propuestas del municipio de cambiar su forma de trabajo formando cooperativas, se concretaron viajes hacia lugares donde el cooperativismo como un sistema de trabajo para el reciclado está muy avanzado, con óptimos resultados tanto para los recicladores como para el municipio.

A estos viajes fueron invitados, junto a la directora de Medio Ambiente, arquitecta Mirta González y al presidente del Consorcio Valle de Sianca, ingeniero Carlos Matrichuk, representantes de Recicladores Urbanos (ex recolectores de basura), para que ellos pueden conocer en primera persona los beneficios de cambiar la forma de trabajo, algo a lo que en un principio habían opuesto una tenaz resistencia, generando medidas de fuerza como la retención de los camiones recolectores. Consideraban que el municipio buscaba erradicarlos del basural, quitándoles su fuente de trabajo, para ellos quedarse con los beneficios de separar la basura.

El primer viaje fue hacia Cafayate, donde se interiorizaron sobre cómo tratar el material reciclado para un mejor aprovechamiento. Luego se concretó un viaje hacia Buenos Aires, donde visitaron cinco cooperativas de reciclados. En cada una de ellas encontraron formas distintas de trabajo, pero con un mismo resultado. Tanto para Juana Vega como para Elba Silva, ambas recicladoras que por muchos años vivieron de lo que podían obtener revolviendo la basura en el basural a cielo abierto ubicado en la ciudad de Gral. Güemes, fue una sorpresa todo lo que pudieron escuchar y aprender sobre el reciclado.

"Nosotros solo logramos obtener una pequeña cantidad de todo lo que se puede reciclar con nuestra forma de trabajo. Nos conforma el solo hecho de lograr el pan de cada día. Cuando hacemos las entregas, va todo mezclado con mucha suciedad algo que le resta valor al material y nos exponemos a muchas enfermedades, cuando hoy sabemos que existen otras formas para hacerlo, con más beneficios y menos riesgo", explicaron las reciclado ras.

Aprender a trabajar como una cooperativa también tiene sus ventajas, algo que aprendieron escuchando las historias y explicaciones de las cooperativas de recicladores que se conformaron en distintas localidades bonaerenses.

"Nunca es positivo trabajar en forma solitaria como lo venimos haciendo, cada uno por su cuenta. Si unimos los esfuerzos es más fácil y lo pude comprender en las visitas realiza das".

Para cumplir con una ley nacional que prohíbe los basurales a cielo abierto, los tres municipios del departamento de Gral. Güemes, conformaron un consorcio denominado Valle de Sianca. La meta de este consorcio fue la de eliminar el actual basural, para reemplazarlo por un relleno sanitario consistente en el entierro de la basura que no es reciclable en trincheras excavadas para su depósito, la primera trinchera se excavó en el 2014; luego todo quedó estancado.

Desde el 2019 se retomó el camino hacia un basural no contaminante. El proyecto contempla una forma de reciclado mucho más moderna, con la conformación de cooperativas y la incorporación de maquinarias. Estos cambios pusieron en alerta a las 24 familias que desde hace más de dos décadas viven del reciclado de la basura, al considerar que el municipio los quería dejar sin su fuente laboral.

Si bien desde un principio el consorcio aseguró que estos recicladores estaban contemplados en el proyecto, no existía la confianza suficiente, por lo que generaron algunos conflictos para evitar ser desalojados. El temor de las familias se basaba en el desconocimiento de lo que estaba proyectado realizarse, por esa razón es que se tomó la decisión de hacer participar a representantes de los recicladores en los viajes, para que conozcan la forma de trabajo de cooperativas de reciclados.