El gobernador de la Provincia de Buenos Aires aseguró que la medida “beneficiará a unos pocos a costa de millones de personas que ya están al límite”.
Por Juan Manuel Meza.
El Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, expresó su profundo desacuerdo con la reciente decisión del Gobierno nacional de eliminar los precios máximos para las garrafas del Programa Hogar, una medida anunciada por la Secretaría de Energía que ha generado un intenso debate y preocupación en todo el país.
Kicillof, a través de su cuenta en X, calificó esta decisión como la "definición de un Gobierno cruel, al que no le importa la gente", subrayando que esta política no representa la “libertad” que promueve la administración de Javier Milei, sino que en realidad beneficia a unos pocos a costa de millones de personas que ya están al límite.
Las declaraciones del gobernador se dieron en el marco de una jornada de martes en la que visitó el partido de Malvinas Argentinas para entregar vehículos a la administración local y viviendas a los residentes del distrito. Kicillof recurrió a sus redes sociales para criticar al presidente. Cabe recordar que días antes, el gobernador ya había señalado a Milei, destacando que "a la crueldad del Gobierno nacional" la Provincia le responde "con un Estado presente, transparente, eficaz y, sobre todo, más humano".
La medida, oficializada a través del Boletín Oficial, desregula el mercado del Gas Licuado de Petróleo (GLP), lo que se enmarca dentro de la política de libre mercado impulsada por la actual administración nacional. El Programa Hogar, establecido en 2015, fue concebido como una herramienta crucial para asegurar que los hogares de bajos recursos, especialmente aquellos sin acceso a la red de gas natural, pudieran contar con un recurso tan esencial como el gas. Hasta el momento, el programa subsidiaba cerca del 80 por ciento del costo de las garrafas de 10, 12 y 15 kilogramos, permitiendo a muchas familias enfrentar los inviernos sin que el gas se convirtiera en un lujo inalcanzable. Sin embargo, la reciente resolución 216 elimina los precios máximos, estableciendo en su lugar un "precio de referencia", lo que supone un cambio significativo en el acceso a este servicio básico.
Impacto económico
El impacto de esta medida no es menor. Una garrafa de 10 kilogramos, que actualmente tiene un precio de 8.500 pesos, ha visto un incremento del 31,8 por ciento en comparación con el primer trimestre del año. Este aumento, lejos de ser un simple ajuste, representa una carga considerable para quienes dependen de este recurso vital para la calefacción y la preparación de alimentos. Además, se anticipa que en ciertas zonas, como en el Gran Buenos Aires, los precios se incrementen aún más, alcanzando los 15.000 pesos por garrafa. Es importante destacar que en el Gran Buenos Aires, el 38 por ciento de los hogares no tiene acceso a la red de gas natural.
Desde el gobierno nacional, la justificación para esta medida se basa en "eliminar las trabas al ejercicio de las libertades individuales en el ámbito contractual", argumentando que la desregulación fomentará la competencia y, a largo plazo, mejorará la eficiencia económica en el sector. Sin embargo, esta visión choca con la realidad de miles de familias que verán sus presupuestos aún más ajustados, y muchos temen que esta medida, presentada bajo el pretexto de "liberar el mercado", termine por profundizar la desigualdad y agrandar la brecha social existente.
La eliminación de los precios máximos en las garrafas del Programa Hogar representa un nuevo golpe para los sectores más desfavorecidos. Se espera que, a corto plazo, las familias más vulnerables sean las que paguen el precio de esta desregulación, en un contexto económico ya de por sí complicado.
Por otro lado, esta controversia no solo destaca una vez más las tensiones dentro del ámbito político y social, sino que también refuerza la creciente brecha entre las políticas de ajuste implementadas por el Gobierno nacional y las necesidades reales de la población. Mientras las autoridades nacionales defienden la medida como una forma de modernizar el mercado energético.
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