Luego de que fuera confirmada la adquisición de la mayoría accionaria del Sanatorio Belgrano por parte de una firma encabezada por un profesional de la medicina, la secretaria general de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad de la Argentina (ATSA), Laura Del Pir, sostuvo que si bien la situación parecería normalizarse "es necesario esperar para ver cómo evolucionan las cosas". La dirigente gremial le aseguró ayer a LA CAPITAL que a pesar de tener nuevos dueños que hasta ahora se muestran dispuestos a mejorar el funcionamiento de la institución, el sanatorio continúa en una "situación muy delicada" y afronta distintos problemas de orden económico que deberían ser resueltos "para que se pueda asegurar que todo volvió a la normalidad".

Según Del Pir si bien en los últimos días la empresa comenzó a pagar sueldos atrasados, lo está haciendo "en cuatro veces", lo que marca que "todavía hay un largo camino por recorrer".

"Para que el sanatorio Belgrano vuelva a funcionar como corresponde es necesario que se cancelen deudas y que se realicen inversiones. Por eso, si bien, estamos observando la situación con cierta expectativa no perdemos de vista que recién pasaron 20 días desde que ingresó un nuevo dueño y que, por lo tanto, hay que esperar". sostuvo.

De este modo Del Pir se refirió a la forma en la que su sindicato analizar las nuevas circunstancias en las que se encuentra la institución, la cual atravesó por diversos conflictos en el transcurso de los últimos meses. Según se hizo público esta semana, días atrás el 51% de las acciones del senatorio fueron adquiridas por la firma Salud Industrial SA que aparece radicada en el Gran Buenos Aires y presidida por el médico Guillermo La Greca. Del Pir consideró como "una buena señal" que el nuevo socio mayoritario del sanatorio sea un profesional de la salud y afirmó que ese es un dato "tranquilizador". Con la llegada del nuevo accionista, se espera que la institución logre superar los conflictos por los que atravesó durante los últimos meses, muchos de ellos originados en dificultades económicas y financieras.

En febrero los más de 130 trabajadores implementaron medidas de fuerza para reclamar el pago de salarios que, en ese entonces, ya se encontraban retrasados. Como parte de las gestiones realizadas en ese contexto, los dirigentes sindicales reclamaron la intervención del intendente Gustavo Pulti, a partir de lo cual se llegó la considerar la posibilidad de que se estableciera una quiebra forzosa o el inicio de un proceso de expropiación. Un mes más tarde la llegada de nuevos actores para tratar de hacerse cargo de la institución permitió que el sanatorio, que había suspendido sus prestaciones, volviera a recibir pacientes no obstante lo cual los conflictos persistieron, en especial, en relación al cobro de los haberes del personal.