Los números de agosto muestran incrementos en los volúmenes ingresados al país de prendas de vestir cercanos al 300%. Las exportaciones están en caída. Se observa un fuerte impacto en el empleo
Por Natalia Donato
La industria de las prendas de vestir en Argentina atraviesa una temporada de contrastes inéditos. Los negocios textiles, que durante años observaron el vaivén del dólar y el pulso del mercado interno, ahora enfrentan una oleada de productos extranjeros que se exhiben en las vidrieras de grandes cadenas y tiendas de barrio, mientras las marcas nacionales luchan por encontrar espacio fuera de fronteras.
La llegada masiva de prendas importadas, desde abrigos hasta simples t-shirts, pone a prueba la estructura comercial y la capacidad de adaptación del sector, que ve multiplicarse las opciones en el mercado local al mismo tiempo que disminuyen las oportunidades para los productos argentinos en el exterior.
Un informe de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), elaborado a partir de registros de Indec, analizó el comportamiento de las importaciones y exportaciones del sector en los primeros ocho meses del año, identificando tendencias y cambios estructurales en la dinámica económica nacional.
El reporte mostró aumentos sin precedentes en la cantidad y el valor de las prendas compradas en el exterior, en paralelo a una disminución sostenida en los envíos al extranjero. Las estadísticas permitieron dimensionar la transformación que experimentó el ramo durante el año, con repercusiones directas para la balanza comercial de Argentina.
La llegada masiva de prendas importadas, desde abrigos hasta simples t-shirts, pone a prueba la estructura comercial y la capacidad de adaptación del sector
El principal dato informó que las importaciones de prendas de vestir alcanzaron los USD 421 millones durante los primeros ocho meses de 2025, el doble que en el mismo lapso de 2024. Esta cifra ilustró un crecimiento marcado en el flujo de productos desde el exterior, acompañada de un aumento en el volumen de toneladas ingresadas.
El sector registró 22.839 toneladas importadas, cifra que supuso un aumento interanual del 146% y superó todos los registros disponibles desde 2018 para el mismo segmento de tiempo. Desde la CIAI destacaron estos valores como “máximos para un período enero-agosto de los últimos siete años”, sosteniendo que las importaciones ganaron protagonismo en la estructura sectorial.
Estos gráficos muestran el crecimiento de los volúmenes importados, y el valor, respecto del 2024
Puntualmente en agosto, las importaciones de prendas alcanzaron un pico que no tenía precedentes recientes para el sector. Durante ese mes, ingresaron al país 3.293 toneladas de ropa, lo que representó un incremento del 283% respecto de agosto del año anterior (cuando habían entrado 860 tn). A su vez, en valor alcanzaron los USD 65 millones, cifra que representó una suba interanual del 215 por ciento.
Procedencia de la ropa extranjera
El informe de la CIAI precisó los orígenes más relevantes de las prendas importadas. China encabezó el listado, con el 43% del valor total, consolidando su posición como proveedor líder. Vietnam y Camboya siguieron en el ranking, con incrementos considerables en cantidades y precios promedio.
Según la entidad fabrl, los valores unitarios de las prendas provenientes de Asia permanecieron bajos en comparación con proveedores de otras regiones. El precio promedio por prenda importada marcó USD 18,4, un 18% menos que un año antes. Las compras originadas en China mostraron un precio de USD 12,8 por unidad, 20% menos que en 2024. Esta variación evidenció una tendencia hacia productos de costo más bajo.
El precio promedio por prenda importada marcó 18,4 dólares, 18% menos que un año antes
Los artículos más relevantes en el negocio internacional argentino fueron los abrigos, los pantalones y los sweaters. Estos tres rubros representaron casi la mitad del valor importado total. En términos de variación, las t-shirts, camisas masculinas y prendas femeninas mostraron subas interanuales que superaron el 200% en algunas categorías si se analiza el número de unidades ingresadas.
El documento también especificó la distribución geográfica de los proveedores asiáticos y subrayó una diversificación que acompañó el crecimiento de las importaciones totales. Vietnam y Camboya incrementaron su participación, pero Chile, Paraguay y Brasil aportaron porcentajes menores en volumen ingresado, aunque con variaciones notables dependiendo del mes.
Caída de ventas al exterior
En contraste con la expansión de las compras externas, las exportaciones de prendas de vestir se sitúan en su punto más bajo de los últimos años.
Entre enero y agosto, el país exportó por USD 12 millones en prendas, lo que representa una caída del 17% frente al año anterior. Las cantidades exportadas sumaron 372 toneladas, una baja interanual del 19 por ciento.
En estos gráficos se percibe cómo cayeron las exportaciones
El desglose por producto exportado mostró bajas generalizadas. Ningún ítem logró revertir la tendencia descendente en volumen y valor. El precio unitario promedio de las prendas exportadas fue de USD 32,4, una suba marginal de 2,4% respecto de 2024. Esa cantidad total exportada fue insuficiente para compensar la caída sostenida del sector en los últimos años.
Las cifras comparativas del informe evidencian la pérdida de peso de Argentina como oferente internacional de indumentaria.
Las cifras comparativas del informe evidencian la pérdida de peso de Argentina como oferente internacional de indumentaria
El análisis del tipo de producto exportado revela que las ventas al exterior se concentran en prendas diferenciadas y de mayor valor agregado, aunque con volúmenes bajos. Uruguay, Paraguay y Chile absorbieron la mayoría de las ventas, pero con caídas interanuales. Otros destinos menores tampoco lograron revertir la tendencia descendente del total exportado.
Este escenario de crecimiento de importaciones y caída de exportaciones afecta fuertemente el empleo.
El sector, históricamente generador de puestos de trabajo intensivos, enfrenta nuevos desafíos ante la competencia internacional y la redefinición de mercados de abastecimiento.
Comentá la nota