Funcionario cuenta cómo evadir un test de alcoholemia y un agente de transito beodo

Funcionario cuenta cómo evadir un test de alcoholemia y un agente de transito beodo

En los últimos días, la concejal del Frente de Todos, Marina Santoro presentó un proyecto solicitando al Ejecutivo que informe qué medidas se tomaron en virtud de las declaraciones efectuadas por Héctor Ragnoli, director coordinador de Tránsito en la Municipalidad de General Pueyrredón, en las que dio tips para evadir controles de alcoholemia.

Según reza el expediente (N°1248) en una radio local el funcionario aseguró: “Hay que dar algunas recomendaciones. Aquellos que tomaron una bebida alcohólica y quizás salieron en ese momento a manejar, siempre enjuagarse la boca. A veces no tenemos el alcohol en sangre, porque todavía no llegó. Si bien a los cinco minutos comienza, de a poquito, a ir incorporándose, tarda entre 30 y 90 minutos en estar pleno”.

Asimismo, el funcionario en Radio Mitre dijo: “si en los primeros 5 minutos que tomamos un ‘vasito’, salimos y tenemos un control, nos va a dar una ‘boca alcohólica’. La misma saliva va a arrojar positivo si soplamos; pero si nos sacamos sangre en ese momento, no vamos a tener alcohol. Entonces es importante si vos vas a salir, enjuagarse la boca, porque no va a estar incorporado en sangre, pero sí va a dar positivo en la saliva”.

Las declaraciones radiales de Ragnoli no son ajenas a cómo está el área de tránsito que depende de la Secretaría de Seguridad. El área, dirigida por el secretario Horacio García, inició un sumario administrativo a un agente de Tránsito que fue descubierto manejando alcoholizado en una moto oficial fuera de su horario de empleo.

Según consta en la Resolución 328/22, publicada en el Boletín Oficial, el hecho ocurrió el 22 de enero, a las 23.50. Agentes de la Prefectura Naval Argentina interceptaron, en Juncal y Saavedra, a un motociclista que realizaba “maniobras peligrosas”. Una vez detenido, se constató que el vehículo se trataba de una moto identificada con la leyenda Movilidad Urbana MGP, perteneciente a la Dirección General de Tránsito. No solo eso, sino que al hacerle el control de alcoholemia, tuvo un resultado de 2.23 g/l en la graduación, y se le encontró, entre sus pertenencias, una botella de cerveza.

Está claro que Ragnoli no aconseja bien a sus súbditos, pero sí a los contribuyentes. Está claro también que para ciertas funciones municipales, el Ejecutivo debería, como mínimo, hacer una prueba psicológica. También está claro que lo que pudo ser un accidente fatal, no lo fue. Mar del Plata es el mundo del revés, y muchas veces Montenegro tiene suerte.

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