Hasta el sábado 7 de noviembre se podrá disfrutar de la variada programación que ofrece la 30° edición del Festival con la proyección de 372 películas distribuidas en 832 funciones. Además, contará con 72 actividades especiales, cine en la playa y la presencia de directores y actores en determinadas oportunidades. Dentro de las películas en competencia, 17 son argentinas.

En esta ocasión, se suman a las ya tradicionales salas, seis nuevas, hablamos de aquellas ubicadas dentro del Paseo Aldrey Cultural y Comercial, que fue inaugurado el miércoles pasado con la presencia del empresario español Florencio Aldrey Iglesias, cuyo nombre lleva el espacio, el intendente Gustavo Pulti y el gobernador y candidato a presidente Daniel Scioli.

Vale la pena señalar que las obras en dicho Paseo parecen haber sido “apuradas” para albergar algunas de las funciones que serán proyectadas en las seis salas. Las mismas tienen una capacidad total para 1121 personas y los que saben hablan del sonido Dolby Atmos, nunca antes experimentado en el país.

Más allá de los avances tecnológicos que muestra el Paseo, un Festival de Clase A merece ser proyectado en espacios finalizados. Los techos están sin terminar y modificar la estructura del Festival sólo lo llevó a la desorganización y la desprolijidad en esta sede. Además, sólo puede ser visitado el espacio cultural, el estacionamiento y las plazoletas públicas. Se espera que el 14 de noviembre abran los más de cien locales comerciales que se anunciaron en los últimos días y se concreten los “detalles” que están sin funcionar.

Pese a esto, la ciudad ha recibido a muchas personas atraídas por la calidad del séptimo arte y las funciones, hasta ahora, se muestran con gran concurrencia de público.