Europa advierte a Londres que no tendrá privilegios

Europa advierte a Londres que no tendrá privilegios

La salida de la UE. La Unión Europea no está dispuesta a que el gobierno británico pueda elegir quedarse con los derechos que otorga la participación en el bloque.

La Unión Europea no está dispuesta a que el gobierno británico pueda elegir quedarse con los derechos que otorga la participación en el bloque sin asumir las obligaciones. Londres no tendrá acceso libre al mercado único y los bancos de la City londinense perderán el permiso para trabajar como hasta ahora en los mercados financieros europeos si el gobierno británico intenta limitar la libre circulación de trabajadores tras su salida del bloque.

El presidente del Consejo Europeo Donald Tusk lo dejó claro en un discurso en el “European Policy Center” de Bruselas. Tusk cuenta en este asunto con el respaldo de las otras 27 capitales del bloque, que no están dispuestas a aceptar una negociación a la carta.

O “hard Brexit” o “no Brexit”, no habrá término medio y no habrá negociación alguna –como varios ministros británicos han intentado- hasta que Londres no envíe a Bruselas –tiene previsto hacerlo a finales de marzo- la carta oficial que pida la activación del artículo 50 del Tratado de la UE, el que prevé la salida del bloque de un país miembro.

Bruselas llama “hard Brexit” a una salida británica sin un acuerdo comercial previo, por lo que las relaciones de la UE con Londres pasarían a gestionarse a través de las reglas de la OMC como con cualquier país con el que la UE no haya firmado un acuerdo comercial. Habrá aranceles para los productos británicos que entren al mercado europeo y permisos de residencia para los más de dos millones de nacionales británicos que viven en los otros 27 países del bloque.

La dureza europea se justifica porque el gobierno de la conservadora Theresa May lleva semanas advirtiendo de que su prioridad es frenar la llegada de trabajadores extranjeros, también de los europeos. Eso rompe con las llamadas “cuatro libertades” del mercado común europeo: libre circulación de servicios, capitales, mercancías y trabajadores.

Tusk advirtió que “no habrá compromisos en este asunto” y que, aunque los europeos negociarán de buena fe, lo harán para defender los intereses de los ciudadanos de la UE. El gobierno británico dijo hace dos semanas que su prioridad es controlar la inmigración desde Europa por encima de su acceso al mercado común europeo. Esos comentarios reforzaron la caída de la libra esterlina, que se cambió el viernes a 1,10 euros y que en las casas de cambio de los aeropuertos británicos ya se cambia en paridad a la moneda europea.

“Es inútil especular sobre un Brexit blando –el “soft Brexit” que quiere Londres-, dijo Tusk, que reconoció que esa ruptura sería mala para todos: “la verdad brutal es que el Brexit será una pérdida para todos”, pero “este escenario será sobre todo doloroso para los británicos”.

Tusk es uno de los pocos dirigentes europeos que ven todavía posible que Londres dé marcha atrás, ignore el resultado del referéndum del pasado 23 de junio y decida quedarse en el bloque: “Le tocará al Reino Unido evaluar el resultado de las negociaciones y determinar si le interesa realmente el Brexit”, aunque reconoció que “hoy casi nadie cree en esta posibilidad”.

Los británicos decidieron en referéndum abandonar su unión de más de 40 años con el resto de países del bloque, una decisión que Londres tiene previsto comunicar oficialmente a la UE antes de fines de marzo de 2017.

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