Este año se detectaron nueve casos sospechosos de chagas congénito en la provincia

Este año se detectaron nueve casos sospechosos de chagas congénito en la provincia

Todavía no se han confirmado pero se trata de nueve notificaciones en el sistema de vigilancia del Ministerio de Salud de la Nación. 

Esto no tiene que ver con las zonas de proliferación de la vinchuca, sino con que las madres infectadas en el norte se desplazan a otros centros urbanos. “Si el Chagas congénito no se trata, el bebe pasa progresivamente a la etapa crónica”, advierten especialistas sobre la necesidad de controles.

Por cada contagio del mal de Chagas debido a la picadura de una vinchuca, se calcula que habría alrededor de diez casos congénitos -usualmente asintomáticos- en los que la transmisión se da entre la madre y el hijo durante la gestación o en el momento del parto. Y por cada uno de estos casos congénitos que se detecta y notifica al Ministerio de Salud, habría entre 6 y 12 que no se descubren ni se tratan. Si se tiene en cuenta que -cuanto más precoz es el tratamiento- el bebe contagiado por su madre tiene casi un 100% de posibilidades de curarse, estos hechos son aún más preocupantes.

Por las condiciones climáticas, Tierra del Fuego no es lugar propicio para la aparición de vinchucas, el animal transmisor de la enfermedad; pero si es conocida la existencia de personas con mal del Chagas -en la mayoría de los casos migrantes del norte del país o de Bolivia y que han contraído esa enfermedad en sus lugares de origen-, y muchas veces ya viviendo en esta provincia, transmiten a sus hijos la enfermedad.

De hecho este año fueron notificados por el boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación nueve casos que se encuentran bajo análisis para ser confirmados o descartados en Tierra del Fuego. En tanto son 45 los casos notificados en lo que va del año en las provincias Patagónicas, y cuatro de ellos ya han sido confirmados.

Así lo confirman las investigaciones científicas, el Chagas, debido a las migraciones internas, ya no es sólo una endemia rural. “La ciudad y la provincia de Buenos Aires se hallan entre los distritos con más notificaciones del país. Y también se notifican casos en Tierra del Fuego. Esto no tiene que ver con las zonas de proliferación de la vinchuca, sino sencillamente con que las madres infectadas se han desplazado a los principales centros urbanos”, explicó el doctor Ricardo Gürtler, profesor asociado del Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, e investigador del Conicet.

Y agrega: “Queda claro que la transmisión congénita del T. cruzi representa un problema de salud pública en áreas que en el pasado eran de transmisión activa por la vinchuca, aun años después de hallarse bajo vigilancia epidemiológica. La magnitud de la transmisión congénita, y la morbilidad y mortalidad asociadas, justifican con creces el esfuerzo necesario para detectar la infección en las madres y sus bebes. Si se aumentara la detección y seguimiento de la mujer embarazada y del bebe en donde se sabe que hay mayor prevalencia, este problema.

La transmisión congénita del mal de Chagas se conoce hace mucho, pero hasta ahora no se sabía bien cuál era la magnitud del problema. Entre otras cosas, hasta 1994 no hubo un programa oficial de control de la transmisión congénita ni había una notificación obligatoria de los casos. Luego, un programa piloto iniciado en Tucumán por el equipo de la doctora Sonia Blanco comenzó a incluir el diagnóstico prenatal de la mujer embarazada, con diagnóstico inmediato y monitoreo del bebe. Si la madre era positiva para Chagas, el bebe era examinado al nacer y a los 6 meses. Así se descubrió que hasta un siete por ciento de las mujeres seropositivas daba a luz bebes infectados.

“El riesgo de transmisión congénita resultó mayor de lo que se aceptaba. Básicamente, porque se hacían al menos dos pruebas -afirma Gürtler-. El examen a que se sometía a los bebes de seis meses detectaba la infección en recién nacidos que antes habían resultado negativos.”

Según el investigador, la transmisión vertical de Trypanosoma cruzi está aumentando en importancia relativa a medida que la transmisión por picadura de la vinchuca o por transfusión están siendo crecientemente controladas. Si bien este tipo de contagio no puede ser prevenido, el diagnóstico y el tratamiento oportuno de la infección congénita alcanza curas cercanas al 100 por ciento.

En 1997, el Subprograma de Control de la Mujer Embarazada estudió 58.196 mujeres de 13 provincias y halló que un 9% de ellas eran seropositivas, pero sólo una pequeña proporción de los recién nacidos contrajo la infección: entre el 2 y el 10,5 por ciento, según diversos estudios realizados en América latina.

“Si el Chagas congénito no se trata, el bebe pasa progresivamente a la etapa crónica -dice Gürtler-. Y si ese bebe tiene otro problema de salud agregado, el riesgo de muerte se incrementa. Pero un 95% de los bebes infectados y tratados con nifurtimox o benznidazol se curan totalmente pocos meses después del tratamiento”.

Acciones concretas

El Ministerio de Salud de la Nación estableció una serie de líneas de acción para eliminar la transmisión de madre a hijo del virus del VIH y sífilis congénita – denominada transmisión ‘vertical’ – y para lograr una alta cobertura del diagnóstico del Chagas materno en Argentina. La estrategia fue consensuada con numerosas sociedades científicas y organismos de Naciones Unidas, entre ellos la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).

La transmisión ‘vertical’ de estas infecciones puede ocurrir durante el embarazo, el parto, puerperio y lactancia. En la actualidad, “constituye uno de los problemas más importantes en salud pública, con gran impacto en la morbilidad y mortalidad materno infantil”, sostiene el documento “Hacia la meta de eliminación de la transmisión vertical del VIH y sífilis congénita y diagnóstico oportuno del Chagas congénito en Argentina” de la cartera sanitaria. La estrategia se encuentra en el marco de la Iniciativa Regional de Eliminación de la Transmisión Vertical del VIH y de la Sífilis Congénita en América Latina y el Caribe.

Esa estrategia nacional fue consensuada por primera vez en el país y es el fruto de un trabajo conjunto del Ministerio de la Salud de Nación con las sociedades científicas y organismos internacionales.

Si bien el Chagas no comparte la vía de transmisión sexual con el VIH y el sífilis, se decidió incorporarlo a la estrategia por tratarse de una infección transmisible madre-niño con una carga de enfermedad importante en el país. Se estima que la vía congénita de infección es la vía más frecuente en la generación de nuevos casos. El diagnóstico oportuno durante el control prenatal permite el acceso al tratamiento precoz del recién nacido con un impacto de curación de prácticamente un cien por ciento.

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