Entrevista a Miguel Acevedo, de la UIA: "Hay un desgaste con el Gobierno"

Entrevista a Miguel Acevedo, de la UIA:

El presidente de la central fabril reconoció el malestar que hay entre los industriales luego de que Diputados aprobara el impuesto a la riqueza. Dicen que no se escucharon las propuestas del sector, y que "pesó más lo político que lo económico".

 

El mundo empresario se vio sorprendido con la velocidad que, de golpe, tomó el proyecto oficial para gravar los patrimonios superiores a los $ 200 millones. Luego del impulso inicial, la iniciativa del diputado Máximo Kirchner parecía perder fuerza, pero en la mañana del miércoles logró el primer visto bueno del Congreso.

En diálogo con El Cronista, el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, reconoció que esta situación no estaba en sus planes, aunque también destacó el malestar por “la poca receptividad a nuestros argumentos. Nos juntamos con todos y nos escucharon, pero evidentemente en la decisión final solo pesó lo político”.

 

Además, reconoció un desgaste en la relación con el Gobierno.

-¿Por qué dice que pesó más lo político que lo económico?

 

-Porque desde lo económico no es razonable lo que se aprobó. Bajo ningún punto de vista. Nosotros presentamos un documento muy completo tanto en el Congreso como a varios ministros y nos escucharon muy atentamente. Pero luego fue todo como si nada. Nos preocupa realmente el efecto negativo que esto tendrá en las inversiones. Coincidimos en que paguen más los que tienen más, pero este impuesto es totalmente confiscatorio.

-¿Qué efecto puede tener en la reactivación de la economía?

-Importante, sin ningún tipo de dudas. No tenemos previsibilidad, en un mundo en el que ya hay poca previsibilidad. Pero la diferencia es que en otros países se trata de reactivar la economía, con medidas que colaboren con ese objetivo. Pero acá vamos a contramano de todo eso y vamos a lograr el efecto contrario.

-La UIA planteó esto en aquellas reuniones

-Por supuesto. Pero, insisto, primó lo político. Hay países que van sobre las empresas y otros sobre personas, y acá van sobre ambos. Cuando se toma el tema como bandera política es imposible razonar. No se piensa cómo salir en conjunto de un país estancado hace mucho tiempo. Esto se debe discutir de forma global. No es el momento para hacer esto porque lo que precisamos es salir a flote. Falta imaginación para encontrar otras formas, no que se le pegue al aparato productivo, que debe salir de la crisis.

-¿Cree que el de este impuesto es un tema que el Gobierno habló con el Fondo, para de algún modo medir su reacción?

-Tal vez el FMI lo ve como un factor que incrementará el nivel de recaudación; sinceramente no se cuál es su pensamiento sobre esto. De todos modos son temas más soberanos, no creo que lo estén hablando.

-¿Ve posible una rebelión fiscal, como dijeron algunos empresarios, o una judicialización del tema?

-No es un tema que se pueda tratar solo como algo institucional. Toca a las empresas pero también a las personas. La única forma que las empresas tienen de defenderse de esto es frenar inversiones. No puedo saber si alguien va a tener algún tipo de acción; son cuestiones muy personales. Ahora el tema pasará al Senado y como UIA seguiremos discutiendo allí las distintas posturas. Pero no creo que se de una situación muy diferente a la que vimos en Diputados, donde nos reunimos desde Máximo Kirchner y Sergio Massa hasta con el PRO, pero que pese a que fuimos escuchados nada de lo que propusimos fue tomado en cuenta.

-Por este tema en particular, y otras situaciones que se fueron dando, da la sensación de que la relación con el Gobierno ya no es la que parecía ser en un comienzo.

-Si uno ve los proyectos que en los últimos meses trató el Poder Legislativo, como teletrabajo, etiquetado frontal, manejo del fuego, y desde ya el impuesto a la riqueza, vemos que son todos temas que tienen un impacto directo en la industria, pero que además van por fuera de lo que es la realidad argentina. Hay muchos ministerios que trabajaron muy bien con nosotros, pero que luego  evidentemente quedan atados al tema político. Es una lástima porque la relación entre empresas y Gobierno había arrancado realmente muy bien. Evidentemente hay un desgaste; imposible que no lo haya con todo lo que fue pasando.

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