Entre el escándalo y la "redención": Pfizer sacude al mundo con su vacuna a pesar de su historial de polémicas

Entre el escándalo y la

El gigante farmacéutico impulsó a los mercados tras comunicar resultados positivos en las pruebas de su producto. Sus antecedentes, fuente de controversia

Acaba de dar el gran golpe mediático y bursátil del lunes. Y todo indica que, al menos por varios días, todos sus movimientos seguirán marcando los tiempos de la agenda sanitaria en un contexto de Covid-19 que no afloja tanto en la Argentina como en el mundo. La farmacéutica Pfizer informó que su vacuna previene el coronavirus en el 90 por ciento de los casos tras obtener resultados de sus primeros ensayos en fase 3.

Esta eficacia de protección frente al SARS-CoV-2 llega apenas siete días después de la segunda dosis de vacuna y 28 días después de la primera, indicó la farmacéutica estadounidense en un comunicado conjunto con la firma alemana BioNTech al que accedió iProfesional.

Debido al reciente comienzo de los estudios, no se posible saber cuánto tiempo dura la inmunidad, reconoció la compañía. Sin embargo, la cifra es alta si se tiene en cuenta que algunos especialistas habían anunciado que una fórmula que alcance 60 por ciento de inmunización ya sería un resultado positivo para enfrentar la pandemia.

Los inversionistas de Pfizer, tras divulgarse estos datos, iniciaron la semana a pleno festejo: las acciones de la empresa se dispararon más del 11 por ciento tras alcanzar un techo de 17 en las operaciones electrónicas previas al inicio de actividades de Wall Street.

La novedad no pasa desapercibida para la Argentina en tanto mercado económico y campo de experimentación clave para la firma. En julio pasado, el país fue "seleccionado" como espacio de ensayos de la vacuna en proceso. Los primeros voluntarios recibieron dosis en el Hospital Militar Central porteño, y en ese nosocomio sostienen que cerca de 25.000 personas se inscribieron para formar parte de las pruebas.

Un aspecto que sigue generando dudas en torno a las características del producto que motoriza Pfizer está en la técnica empleada, nunca antes probada en humanos. Las vacunas convencionales se pueden elaborar a partir de virus inactivos (como polio o la gripe), atenuados (sarampión, fiebre amarilla) o simplemente proteínas llamadas antígenos (hepatitis B).

La de Pfizer, elaborada en conjunto con la alemana BioNTech -o la de la estadounidense Moderna que utiliza la misma técnica pero aún no ha anunciado ningún resultado-, se basa en el llamado ARN mensajero. Comprende la inyección en el cuerpo de determinadas moléculas estimulan la producción celular de proteínas. Los resultados a largo plazo de esa acción son aún indeterminados.

El anuncio de los resultados de su producto parece volver a colocar a la empresa por encima de las continuas polémicas que acompañaron sus movimientos comerciales y científicos sobre todo en los últimos años. El historial de críticas, polémicas y batallas en la Justicia que ostenta la farmacéutica es tan extenso como frondoso.

La controversia más reciente tuvo lugar a mediados del año pasado, cuando medios estadounidenses expusieron que la empresa escondió los resultados positivos de una de sus investigaciones para prevenir el alzhéimer.

El estudio en cuestión arrojó que uno de los medicamentos más populares de Pfeizer -Enbrel, un desinflamante empleado para tratar la artritis reumática- reduciría el riesgo de sufrir ese mal en casi un 65 por ciento.

En 2019 la empresa fue acusada de esconder los resultados positivos de investigaciones para prevenir el alzhéimer.

 

"Enbrel podría potencialmente prevenir, tratar y retardar la progresión de la enfermedad de alzhéimer de forma segura", se expone en un documento interno de la farmacéutica filtrado por The Washington Post en junio de 2019.

Como resultado de la maniobra, la firma cosechó los mayores cuestionamientos éticos por no compartir sus resultados con la comunidad científica. Esto, claro, más allá de la decisión económica de no avanzar con más experimentos en torno a la dolencia.

Catarata de controversias

 

Con participación accionaria potente de fondos como Blackrock, Vanguard Group y Wellington Management, entre otros -y ganancias anuales superiores a los 16.000 millones de dólares-, Pfizer fue catalogada en 2015 por casi todo el arco político estadounidense -Hillary Clinton y Donald Trump incluidos- de "evasora de impuestos" tras rubricar la fusión con la irlandesa Allergan.

Antes, en 2014, intentó adquirir a la compañía británica AstraZeneca -hoy, promotora de la vacuna contra el Covid-19 que investiga Ofxord-. Dicho movimiento encendió críticas tanto en Reino Unido como en EE.UU., donde Pfizer fue criticada por intentar aprovechar las ventajas impositivas que le acercaba el eventual acuerdo. El trato finalmente no prosperó.

En 2012, la farmacéutica acordó con el Departamento de Justicia de Estados Unidos pagar varias multas por un total de 60 millones de dólares tras constatarse sobornos a médicos, reguladores y funcionarios públicos en el extranjero.

Los sobornos se produjeron en Rusia, Bulgaria, Croacia, Kazajistán, Serbia, República Checa, China e Italia.

Tres años antes, y en lo que representa hasta hoy uno de los escándalos más resonantes protagonizados por Pfizer, la compañía en cuestión negoció con el gobierno de Nigeria un acuerdo para evitar un juicio por la muerte de 11 niños en el país africano y las secuelas causadas en decenas de ellos luego de probar en menores un medicamento experimental contra la meningitis: el Trovan.

En 2012, la farmacéutica debió abonar multas multimillonarias tras constatarse que sobornó a médicos.

 

El caso salió a la luz tras otra investigación del Washington Post. Para eludir los tribunales, la farmacéutica desembolsó 75 millones de dólares en concepto de indemnizaciones a los familiares de las víctimas.

Casi a la par, la compañía debió afrontar en Estados Unidos una multa de 2.300 millones de dólares tras comprobarse en la Justicia que llevó a cabo la promoción fraudulenta de sus medicamentos Bextra y Lyrica.

Irrupción del Covid-19 mediante, y tras la urgencia global de una vacuna que anule al virus, Pfizer ahora parece ingresar en una etapa dorada que la aleja de la crítica inmediata. Los mercados, al menos en este comienzo de semana, no dudan en saludarla con el pulgar en alto.

 

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