El EMTUR, el Minella, y la cantinela de nunca acabar

El EMTUR, el Minella, y la cantinela de nunca acabar

Esta semana ha sido pródiga en debates repetidos. Tan repetidos, que no hacen carne en la sociedad: la apertura de locales de Carrefour Express, los recursos del EMTUR, y la deplorable situación edilicia del estadio mundialista.

El 14 de Marzo de 2015 señalábamos en este medio, en la sección Malas Lenguas: «La plata y el cerco II. En el top de los que más fondos engullen anualmente se encuentra, obviamente, el Mutiladrey, bajo la denominación de Editorial la Capital SA, con $4.147.209, seguido por Canal 10, con $2.627.868, y Canal 8 con $1.946.557. Obviamente, Iglesias se lleva un número exagerado para ser un diario cuya tirada diaria no supera los 2.000 ejemplares, y luce absurdo también que Canal 10 obtenga por año calendario tanto más que Canal 8, cuando la relación de audiencia es exactamente inversa a los montos invertidos. Aquí juega, claro está, la relación personal de Gabriel Bianco, mandamás de Canal 10, con Pablo Fernández Abdala, titular del EMTUR, del cual se desvía hasta un 75% de los recursos del Fondo de Promoción Turística para pagar estas estrafalarias pautas» Como indiqué, corría el año 2015.

En ese momento, la información no pareció inquietar a los empresarios. Sí, alguno de los que hoy son firmantes de la nota de esta semana, en donde reclaman —vía el kirchnerismo— resolver la situación y dejar de desviar los fondos al uso específico, fatigaban mi oreja quejándose, pero calladitos, no sea cosa que el hoy vacunado VIP se enojara y les arrojara los lobos.

Ni hablar del silencio por el robo de la caja fuerte del EMTUR y una combi del ente que jamás aparecieron, hechos ocurridos en 2011. Fue una noticia más: se robaron la caja fuerte, una combi y computadoras, en un robo perfecto. El vehículo tenía sistema de seguimiento, pero nunca la hallaron. La respuesta fue que, el momento del robo, “estaba  muy nublado”. Para decirlo en sencillo: repugna. Hay un fondo específico que ha sido usado siempre, desde su creación, para otros fines.

En rigor, lo que es extraño es que aún se pretenda tener un ente para promover el turismo en la era de las redes y la híper conectividad. Con lo que insume sólo en gasto de personal, en un año la promoción de Mar del Plata sería, a nivel global, inmensa. Toda la administración pública atrasa mal y está plagada de entes anacrónicos que imponen gastos innecesarios.

El caso del estadio, es increíble. En 1995, la Liga Marplatense de Fútbol presentó un proyecto para techar el escenario. Quien acompañó la presentación del proyecto fue Blas Aurelio Aprile, quien en ese momento era concejal y sería luego intendente. Bastó la publicación de una caricatura en La Capital y un título en portada para hacerlo recular: el proyecto fue retirado. Los curules del FDT le podrían preguntar a Amalfitano. Él conoce toda la historia.

 

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