Uno de los que respaldó la medida es el dirigente empresario Sergio López que si bien admitió que la medida podría ocasionar un perjuicio a los consumidores aseguró que “se termina con un subsidio para las tarjetas”.

Según López, este subsidio para las tarjetas terminaba favoreciendo a las grandes cadenas en perjuicio de las empresas pymes, que no tienen un gran volumen de ventas, más si son del interior.

Sin embargo, el dirigente empresario afirmó que también se necesita avanzar con la sanción de otras normativas como la baja de las comisiones de las tarjetas para terminar “con la discriminación que sufren las pequeña y medianas empresas frente las emisoras grandes que controlan el mercado argentino”.

En cambio, desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) señalaron que “ven con preocupación la quita del reintegro del 5% del IVA en las compras efectuadas con tarjetas de débito (que regía desde el 2001), ya que cualquier reducción de incentivo al consumo resulta relevante teniendo en cuenta la caída de 12 meses consecutivos de las ventas minoritas, con una baja interanual promedio del 7%”.

“La entidad, que nuclea a las pequeñas y medianas empresas, advierte además que la medida desincentiva las operaciones formales, en un contexto donde el aumento de la venta ilegal continúa expandiéndose descontroladamente”, indicaron.

Un mejor 2017

Por otra parte, el dirigente gremial indicó que esperan que la economía mejore el próximo año más allá de que las expectativas no son las mismas que había, es decir que los brotes verdes seguirán sin visualizarse.

En tal sentido dijo que se esperaba para 2017 un crecimiento por encima del 5 por ciento, ahora pronostican que no superará el 3 por ciento. “Vamos a crecer, será mejor. Ya se dio porque en el segundo semestre mejoró la economía”, afirmó.

Presión impositiva

En tanto, López señaló que esperan que “desde el gobierno nacional apliquen medidas que permitan bajar la presión impositiva”, particularmente los impuestos que se cobran con el salario de un obrero.

Según explicó que la carga “por empleado es tan alta que cerca del 70 por ciento del salario se va en impuesto”. Para él es imposible que una pyme pueda sostener este nivel impositivo, más si está radicada en el interior del país.

Para el empresario al bajar la presión se podrá incrementar notablemente el empleo registrado. Hoy uno de los mayores flagelos es “el alto porcentaje de trabajadores que están en negro”.

“Se necesita un incentivo para que los empresarios puedan blanquear a sus trabajadores y el incentivo debería venir de una baja de la presión. En un pueblo alejado el 90 por ciento de los empleados están en negro”, afirmó.

Finalmente mencionó que desde el sector privado esperan que el gobierno provincial continúe con las políticas necesarias para impulsar el empleo privado y para ello una de las herramientas más importantes es contar con créditos subsidiados.