La Legislatura aprobó una ley que permite subastar el emblemático Edificio del Plata. El proyecto es instalar allí un centro comercial o un hotel de primera categoría. Las oficinas del Gobierno de la Ciudad se trasladarían al Centro Cívico en Barracas, que por el momento está detenido.
En el edifico trabajan hoy 3.200 empleados. Hay oficinas públicas correspondientes a cuatro ministerios y dependencias diversas, como la oficina de gestión de multas de tránsito y trámites para realizar emprendimientos inmobiliarios y construcciones. Según denuncian en la oposición, no hubo ningún estudio de impacto ambiental que justifique la operación comercial.
La idea del macrismo, en principio, es utilizar lo que se recaude de la venta para construir el Centro Cívico en Barracas, en los terrenos que lindan con el hospital Borda. De esta forma se mudarían las oficinas del jefe de Gobierno y de tres ministerios allí con la idea de descentralizar las dependencias del Ejecutivo local. Sin embargo, el proyecto ya tuvo un freno de la Justicia, que consideró que, dado que el predio del sur de la ciudad está catalogado como patrimonio y yacimiento arqueológico, no se puede modificar ni construir allí. El PRO ya apeló la medida.
Grandes planes
Con hermetismo, el plan del Gobierno es subastar el Edificio del Plata y que pase a estar controlado por un privado. Dos opciones son las preferidas: la construcción de un shopping o un hotel de categoría. Según pudo saber Diario Z, el edificio tiene protección histórica que protege la fachada, pero, dado que fue un mercado durantes décadas, mantiene la zonificación que permite instalar un comercio.
El edificio, que ocupa toda la cuadra de Carlos Pellegrini al 200, tiene nueve pisos, tres subsuelos y 12 ascensores. Allí funciona el Ministerio de Desarrollo Urbano (que será el encargado de la construcción del Centro Cívico), oficinas de Espacio Público, el Instituto de la Vivienda y otras dependencias. A los empleados se suman quienes van a realizar trámites por multas o a entregar papeles para construcciones en la Dirección de Catastro. “Se puede hacer un hotel con locales comerciales en los subsuelos, también puede haber oficinas y utilizar el subsuelo para cocheras”, confía un funcionario que trabaja en la subasta que prepara el Banco Ciudad para deshacerse del millonario inmueble. Esto es posible.
“El edificio tiene una zonificación llamada C2, que da hasta para construir un shopping o un hotel”, explica a Diario Z el ex legislador porteño, Facundo Di Filippo (Partido Social). “Se trata del desprendimiento de tierra pública, en este caso un edificio con valor cultural simbólico, que es utilizado para inversión. Venden las joyas de la Ciudad para el financiamiento de obras planificada por otra gestión. Estos inmuebles tienen un gran valor patrimonial que hacen más objetable esta venta”, planteó Di Filippo. “Por la zonificación que tiene el inmueble seguramente terminen en manos de una empresa para hacer un emprendimiento inmobiliario enorme”, concluyó el ex legislador del Partido Social.
Al mejor postor
Según la ley, el Ejecutivo tiene tres opciones para vender el edificio. La primera es venderlo una vez que se haya trasladado el personal y se haya desocupado. En segundo lugar, lo puede transferir a un fideicomiso con el Banco Ciudad como fiduciario y el ganador de una subasta pública como el adquiriente. La tercera alternativa, más polémica, es realizar una subasta. Una vez que adquirió el inmueble, el nuevo dueño puede alquilárselo al gobierno porteño por un plazo de hasta cinco años. Así, se vendería un edificio millonario para volver a alquilarlo. Esta opción tiene que ver con los plazos: según advirtieron en el macrismo, el proyecto de Centro Cívico, hoy frenado por la Justicia y en proceso de apelación por parte de la Procuración, tardará, por lo menos, tres años en finalizarse. Esto implica que no será Macri quien lo inaugure. El conflicto central pasa porque, según la ley, el dinero que ingrese en las arcas porteñas por la venta debe ser destinado en su totalidad al Centro Cívico y no puede ser utilizado para otra cuestión. La subasta también implica la utilización comercial, o meramente artística, del inmenso mural que se puede ver en la fachada y que ya fue objeto de críticas por parte de la oposición.
A todo esto, en el Ejecutivo dejaron trascender que existe un acuerdo, no escrito, para que el personal se traslade al Centro Cívico una vez que esté terminado. Desde los gremios se mantienen en alerta desde la sanción de la ley. Para el secretario adjunto de ATE Capital, Humberto Rodríguez, es “un conflicto latente que, cuando uno recorre el mercado se da cuenta. Lo que vemos con preocupación es que hay un megaacuerdo con un negociado en la Ciudad y no tiene correlato con lo que es información pública. Hay un negocio inmobiliario en el cual se han violentado los procesos institucionales y los tiempos. Por ejemplo hubo comisiones en la Legislatura que ni siquiera pudieron juntarse para plantear el tema, fue muy desprolijo el tratamiento”, explicó Rodríguez. “Como trabajadores nos preocupa las fuentes de trabajo, estamos en estado de alerta y queremos defender lo público”, agregó.
La letra chica
Según el proyecto aprobado, el edificio fue declarado “innecesario para la gestión gubernamental”, porque “ha sufrido una fuerte disminución en las inversiones públicas, lo que produjo un grave deterioro de su infraestructura. A pesar de los recursos que se han destinado a sus necesidades estructurales no alcanza a cubrir el nivel de desinversión que tuvo por décadas
5y que hoy se requiere para el servicio y fin que presta”, se planteaba en los considerandos de la norma.
La ley fue aprobada el 21 de diciembre en segunda lectura y audiencia pública, dentro del conjunto de proyectos que pretendía Macri. Entre ellos, el Distrito de las Artes en La Boca y Barracas, la autorización para conseguir un crédito internacional para terminar las obras del arroyo Vega, el traspaso del subte, la rezonificación de terrenos ferroviarios para construir viviendas dentro del plan Procrear y el centro de transferencia de cargas en el Parque Roca. Para la legisladora porteña de Proyecto Sur, Virginia González Gass, cuyo bloque se opuso, “consideramos que se estaban malversando los fondos de la Ciudad al proponer la venta de una forma muy rápida y en la cual no se había hecho ningún estudio de impacto ambiental ni ningún otro estudio”. “Una de las propuestas del macrismo era construir un shopping. Es un meganegocio. Hay muchísimas otras prioridades antes de construir un Centro Cívico. Tenemos que trabajar sobre la urbanización de villas, para que se vote, y todavía no hemos podido siquiera sostener el debate”, argumentó González Gass. “Hay prioridades. Este Gobierno las establece en la construcción y en cosas que no son necesarias para la ciudad de Buenos Aires”, concluyó la diputada de Proyecto Sur.
Cuestión de precio
Ahora bien, ¿cuánto vale el inmueble? En el gobierno porteño dicen que es complejo calcular el monto y que, cuando llegue la hora de la subasta, se sabrá con exactitud. Quien está a cargo de este procedimiento es el Banco Ciudad y la Dirección de Administración de Bienes que depende del Ministerio de Desarrollo Económico. Desde ese Ministerio explicaron a Diario Z que “la ley no entró en vigor” y que están “esperando que ingrese para ver qué hacer”, en cuanto a las tres opciones que plantea la iniciativa. Según la última tasación que realizó el Banco Ciudad, a comienzos de 2012, el inmueble costaba 290 millones de pesos. En el Ejecutivo plantearon que, para cuando se venda, la cifra superará holgadamente los 300 millones.
Teniendo en cuenta lo anterior, quedan muchos interrogantes. Nada menos que cuánto se recaudará, cómo se usará el edifico y cuándo se hará el traslado al Centro Cívico. Sobre este tema, fuente del PRO adelantó: “Aunque ya está licitada, hasta que no se haga la subasta no va a empezar la obra en Barracas”.
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