El ministro de Economía bonaerense, Pablo López, advirtió sobre la gravedad del parate económico: la producción de cemento cayó más de un 35% y la demanda eléctrica retrocedió un 20% en marzo, comparado con 2023.
La economía productiva de la provincia de Buenos Aires atraviesa un panorama sombrío. Así lo reflejan los últimos datos difundidos por el Ministerio de Economía bonaerense, que evidencian fuertes caídas interanuales en sectores clave como la industria automotriz, la construcción y la demanda de energía. El titular de la cartera, Pablo López, fue tajante: “La economía real de PBA sigue deprimida”.
Según el relevamiento, la producción de vehículos cayó un 16,8% en marzo en comparación con el mismo mes de 2023. En el rubro de vehículos utilitarios, la baja llegó al 24%, mientras que la producción de neumáticos se desplomó un alarmante 45%. López remarcó que el automotriz es uno de los sectores “más golpeados” por el actual contexto, caracterizado por un fuerte ajuste fiscal y contracción del consumo.
El derrumbe es aún más notorio en el ámbito de la construcción. La producción de cemento retrocedió un 35,7%, y el despacho del insumo se redujo un 32,9%. Para el funcionario, esta caída responde a la “paralización de la obra pública nacional”, una de las primeras medidas implementadas por el gobierno de Javier Milei. El impacto de este freno también se observa en la caída del 15,9% en la producción de acero crudo y del 10,1% en hierro primario.
El panorama energético tampoco muestra señales de recuperación. La producción de gasoil común cayó un 11,8%, mientras que la de gasoil ultra retrocedió un 18,4%. En tanto, la demanda eléctrica se desplomó un 20%, una señal directa del freno en la actividad industrial.
“El plan económico nacional desincentiva la producción y reduce el mercado interno. Sin perspectivas favorables para la industria y el trabajo, no hay desarrollo posible”, advirtió López. Para el ministro, “los indicadores de la economía real son contundentes” y reflejan la necesidad de “otro modelo de país”.
López también enfatizó que estos indicadores no son datos aislados, sino parte de una tendencia general que impacta directamente en el empleo, la inversión y la calidad de vida de los bonaerenses. “No se trata solo de cifras, sino de fábricas que producen menos, trabajadores que pierden su fuente de ingreso y obras que no se terminan”, señaló.
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