Duró solo dos meses: en agosto volvió el rojo de cuenta corriente cambiaria

Duró solo dos meses: en agosto volvió el rojo de cuenta corriente cambiaria

El alivio de observar superávit se mantuvo solo durante dos meses, en junio y julio, de la mano de la cosecha gruesa combinada con la baja de retenciones. En agosto hubo un rojo de USD1.133 M y a eso se le sumó una demanda para fuga de USD3.188 M, que ahora el Gobierno busca moderar con la vuelta de la restricción cruzada

 

Por Mariano Cuparo Ortiz

 

En agosto volvió el rojo de cuenta corriente del balance cambiario. Así, tras un pico exportador en junio y julio, incentivado por la baja de retenciones tal como volvió a suceder la semana pasada, se retomó el desequilibrio cambiario. De los últimos 15 meses, 13 terminaron en déficit. El rojo de agosto fue de USD1.133 M. El superávit de bienes fue tan bajo que apenas alcanzó para compensar el déficit que dejó la balanza de turismo. Y, como hubo pagos de los intereses de la deuda externa por USD1.1164, el balance terminó en un fuerte negativo. La fuga generó una demanda extra de divisas por USD3.188 M por la cuenta financiera. Lo que salvó las cuentas fue el ingreso de USD2.000 M del FMI.

Este lunes el Indec publicará la Balanza de pagos, un dato que también mide la cuenta corriente, tomando en cuenta los bienes, servicios y pagos de intereses de la deuda, aunque ese número es diferente: el Balance cambiario, que publica el BCRA, es el base caja, es decir los dólares efectivamente ingresados y egresados de la economía, mientras que el del Indec es base devengado, el asiento contable, que no muestra lo efectivamente pagado, sino lo comprometido, dejando de lado el efecto de la deuda comercial, por ejemplo. Además, la balanza de pagos agrupará al segundo trimestre y el Balance cambiario muestra la dinámica mes a mes.

El BCRA publicó el informe de Evolución del mercado de cambios y balance cambiario correspondiente a agosto. Los números mostraron una vuelta a un estructural rojo del mercado de cambios en las cuentas que reflejan lo ocurrido con la economía real más los pagos de intereses. El superávit fue de USD845 M en la cuenta de comercio exterior de bienes, el número más bajo desde abril, explicable por el hecho de que en ese período estuvo vigente la baja de retenciones al agro, que generó liquidaciones históricamente altas hasta la tercera semana de julio. Ese superávit apenas alcanzó para compensar el rojo de USD840 M de la cuenta de los servicios, explicada principalmente por los USD820 M que se demandaron para pagos con tarjeta y viajes.

El desequilibrio externo dio tregua temporal en junio-julio y volvió tras la liquidación de la cosecha gruesa 

A la balanza la inclinó el ingreso primario, dato que muestra principalmente los pagos por USD1.164 M de intereses de la deuda externa, principalmente explicados por las obligaciones del Gobierno nacional. Desde el BCRA remarcaron que USD1.043 M correspondieron a pagos del Gobierno. Desde la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) completaron con algunos detalles: hubo un pago por alrededor de USD800 M al FMI, en concepto de intereses y el resto correspondió a obligaciones con otros organismos internacionales.

El negativo sostenido de la cuenta corriente, solo interrumpido en junio y julio por el pico de ventas y liquidación del agro, aprovechando en programa de baja de retenciones al 26% para la soja, totalizó una pérdida de divisas negativa en el neto por USD9.872 M en los últimos 15 meses. Ese rojo sostenido expresa y cuantifica también la necesidad de dólares que el Gobierno precisa por la cuenta financiera.

Un número complica esa cuenta y es la fuga, que en agosto se moderó respecto a los niveles de junio y julio, lo que se explicó también por la demanda que generaban los propios actores que generaban oferta mediante la exportación de bienes. En agosto la fuga totalizó USD3.188 M y en total desde la salida del cepo se demandaron por esa vía USD17.918 M.

El Gobierno buscó moderar ese drenaje constante que sufre el mercado de cambios con una nueva medida, que dio la segunda marcha atrás parcial a la quita del cepo para personas humanas de las últimas dos semanas (antes se había aplicado lo mismo, pero solo para el sector bancario): el viernes se reinstauró la restricción cruzada y quienes compren en el MULC no podrán acceder al dólar financiero por 90 días. La medida no solo disparó automáticamente la brecha cambiaria con el CCL al 8,9%, sino que además buscó que al menos una parte de la demanda para fuga, que promedió los USD3.500 M por mes desde abril, deje de ocurrir en el mercado oficial. 

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