"El viernes 28 de abril fui desplazado de mi cargo en el Hospital Garrahan por el Gobierno Nacional. No se me informa por qué. No se me acusa de nada. Es verdad que no tengo el perfil que define a los funcionarios del actual gobierno. Mi patrimonio personal no me permite pertenecer a ese selecto grupo. Pero estoy seguro de que la 'peor' referencia, para este gobierno, es haber salido de mi despacho para llevar la asistencia médica, la vacunación y los programas de promotores socio-sanitarios a los que menos tienen, a las villas y los barrios; acercarme a las Abuelas o defender públicamente el presupuesto para el Garrahan". La carta, que circuló por redes sociales, fue firmada por el médico Oscar Trotta, que era uno de los directores del Consejo de Administración del hospital.

Ayer, fuentes del Ministerio de Salud de la Nación aseguraron a Clarín que el mandato de Trotta, de dos años, había vencido el 18 de diciembre de 2015 e interinamente permanecía como director. "Como es habitual, desde el Ministerio se eligió a otra persona para un nuevo mandato", dijeron. Sin embargo, en diálogo con este diario, el médico insistió: "Mi cesantía es por razones políticas", y agregó: "Fui confirmado en mi cargo por el secretario de Políticas, Regulación e Institutos del Ministerio de Salud de la Nación".

Desde la cartera que encabeza el ministro Jorge Lemus sostuvieron que no se trata de una cesantía, sino de un reemplazo. En enero el Garrahan pasó de estar administrado en porcentajes iguales por el gobierno porteño y por el nacional, a estar en un 80 por ciento financiado por la Nación, y el 20 por ciento restante por la Ciudad. "Ahora habrá cinco directores en vez de cuatro, como antes, y cuatro de esos cinco serán designados por el Estado nacional", dijeron desde el Ministerio. "Trotta fue reemplazado, no desplazado. En ese lugar estará Roberto Debbag, que tiene mejor perfil que Trotta y una larguísima trayectoria en el Garrahan, en donde llevó adelante el proyecto de telemedicina", explicaron funcionarios del ministerio. Trotta era uno de los directores elegidos por la Nación: había sido designado en 2013.

"El macrismo quiere llevar a cabo un salvaje ajuste y recorte presupuestario en el Hospital Garrahan y encuentra un escollo en mi persona", dijo Trotta a Clarín, y enumeró algún ejemplo: "Me opuse al cierre del servicio de trasplante cardíaco que se intentó llevar a cabo en diciembre de 2016". Antes de cerrar su carta, el médico sostuvo: "Me quedo con los abrazos de los compañeros trabajadores a los que no logré darles todo lo que se merecen y con la convicción de que vamos a volver mejores. Eso no me lo pueden sacar".