La religiosidad ocupó ayer las calles de la histórica ciudad de Humahuaca. Es que no sólo la vistosa población que da nombre a la Quebrada conmemoró a su Santa Patrona, sino también las comunidades de los alrededores, como así también de la Puna jujeña, incluso de los Valles salteños, y los gauchos de nuestra provincia.

Con matices propios de la zona y de la celebración, la misa se llevó a cabo a cargo del obispo de la Prelatura de Humahuaca Pedro Olmedo, en el pie de las escalinatas del Monumento que recuerda la Independencia argentina, ante una gran cantidad de feligreses y devotos, como así también de turistas que vivieron por primera vez tan magna fiesta. Entre los presentes se destacó la presencia de legisladores nacionales y provinciales de la UCR, tal es el caso de Mario Fiad y Gabriela Burgos, y Alberto Bernis y Néstor Sanabia, respectivamente, quienes acompañaron al intendente humahuaqueño durante los festejos patronales, Lito Herrera.

La inmensa imagen de la Virgen de la Candelaria, tallada por artistas del Alto Perú, fue la principal protagonista, y para ella fueron los pedidos y agradecimientos, entre los que se destacó la 24º Marcha Evocativa por la Inmaculada que llevaron a cabo a caballo diversas agrupaciones tradicionalistas de nuestra provincia.

Pasadas las 10.30 dio inició la misa, en el lugar especialmente preparado para recibir a la gente, incluso “equipado” con medias sombras para frenar los rayos solares, que a lo largo de la celebración se fueron haciendo sentir con mayor intensidad.

Cada una de las oraciones fueron prolijamente musicalizadas por el Coro de la Prelatura de Humahuaca, que tuvo una gran recepción por parte del público presente.

En determinado momento, cuando la misa estaba llegando a su punto cúlmine, empezaron a sonar los erkes, y los samilantes danzando empezaron a acercarse al escenario para esperar la imagen de la Virgen, que a los hombros de referentes de distintas agrupaciones gauchas fue trasladada a la sede de la Prelatura humahuaqueña, mientras el público hacía lugar para dar paso a la santa imagen mientras agitaban sus pañuelos por los aires para despedirla por unas horas, hasta la procesión en su honor.