Después del horror, llegó la vigilia en medio del debate por las armas

Después del horror, llegó la vigilia en medio del debate por las armas

En el colegio de la masacre se alzó un memorial para las 27 víctimas. Más presión sobre Obama para que impulse el desarme civil. El lobby de la Asociación Nacional del Rifle.

Por R.P.

Nada será igual en Newtown, desde que el viernes un joven de 20 años entró a una escuela primaria y asesinó a 26 personas. En una dolorosa vigilia, los familiares y amigos de las víctimas alzaron ayer un memorial en ese apacible pueblo de Connecticut cuya historia cambió para siempre. El debate ahora es si la matanza en el instituto Sandy Hook provocará por fin una revisión de la legislación estadounidense sobre la posesión de armas de fuego.

Hasta el viernes, lo único diferente que lucía en esa bucólica localidad, rodeada de bosques y habitada por apenas 27 mil personas, eran los adornos navideños. Ayer, los vecinos de Newtown multiplicaron las velas y flores en las inmediaciones de la escuela, donde también colocaron una bandera con los nombres de los fallecidos y carteles con emotivas leyendas como “Abraza hoy a un profesor”.

Las iglesias mantuvieron oficios religiosos durante todo el día para orar por las víctimas, que ya fueron identificadas. Según la autopsia, todas recibieron varios disparos antes de morir.

Luego de las lágrimas que derramó en su discurso del viernes, el presidente Barack Obama volvió a mencionar ayer la necesidad de adoptar “acciones significativas” para evitar que ocurran nuevas masacres como la de Connecticut, Denver, Virginia Tech o Columbine. Sin embargo, el mandatario estadounidense eludió una vez más pronunciarse sobre la posibilidad de establecer un control más estricto sobre la tenencia de armas, una de las principales causas de mortalidad en los Estados Unidos.

Los reclamos de regulación llegan desde diversos ámbitos. “Escuchamos al presidente Obama expresar sus condolencias a las familias en Newtown, pero lo que el país necesita de él es un proyecto de ley que arregle este problema”, declaró el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg. Por su parte, el editor de la revista The New Yorker y biógrafo de Obama, David Remnick, escribió que “ahora es el momento” para que Obama arriesgue parte de su capital político en pos de “salvar vidas”.

En la página de la Casa Blanca “We the People” (Nosotros, la gente), abierta a sugerencias de los ciudadanos, ayer se organizó una junta de firmas para llevar un proyecto de ley al Congreso que regule el acceso a armas de fuego y municiones.

En el extremo opuesto –cerca del lobby de la industria armamentista y de la Asociación Nacional del Rifle–, la asociación Guns Owners of America sostuvo que la culpa de la matanza del viernes la tienen aquellos que apoyan la ley sobre el control de armas. “Les digo que hay sangre en sus manos, ya que son ellos los que apoyan una zona para prohibir las armas”, acusó Larry Pratt, director ejecutivo de la organización, al tiempo que aseguró que los docentes, administradores y padres deberían tener el permiso de portar armas en las escuelas para que puedan actuar ante un agresor. Una lamentable paradoja criminal.

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