Corte bonaerense revisará condena de Carrascosa

Corte bonaerense revisará condena de Carrascosa
El viudo Carlos Carrascosa, condenado a prisión perpetua por el crimen de su esposa, María Marta García Belsunce, ocurrido en 2002, logró que le aceptaran un recurso para que la Corte Suprema de la Nación analice si su sentencia fue "arbitraria".

Fuentes judiciales informaron a Télam que la Suprema Corte de Justicia bonaerense le concedió al imputado un recurso extraordinario federal, mientras aguarda que la Cámara de Apelaciones de San Isidro decida si le otorga prisión domiciliaria por cuestiones de salud.

El recurso fue concedido casi seis meses después de que la Corte bonaerense rechazara analizar la prisión perpetua impuesta a Carrascosa (68) por el Tribunal de Casación provincial en una polémica resolución dictada en 2008.

La jueza Hilda Kohan, a cuyo voto adhirieron Juan Carlos Hitters, Héctor Negri y Eduardo De Lázzari, expresó en su fallo que "los argumentos expuestos (por la defensa) se muestran idóneos para dar sustento a su pretensión de que sean considerados en la vía extraordinaria, teniendo en cuenta que suscitan cuestión federal".

También entendió que "guardan relación directa con el pleito, toda vez que se vinculan con el derecho al recurso contra la condena, la garantía de defensa en juicio y debido proceso", por lo que habilitaron que sea la Corte la que analice los puntos de controversia. Los jueces Luis Genoud, Soria y Eduardo Petiggiani votaron en didencia.

María Marta García Belsunce (50) fue hallada muerta el 27 de octubre de 2002 en su casa de Carmel, con medio cuerpo semisumergido en la bañera, y su marido siempre sostuvo que creyó que se trató de un accidente porque era "muy torpe".

Sin embargo, una autopsia practicada un mes después comprobó que la mujer tenía seis balazos en la cabeza y el viudo se convirtió en el principal sospechoso. En 2007, el Tribunal Oral en lo Criminal 6 de San Isidro lo condenó a seis años de cárcel por el "encubrimiento" del crimen, pero lo absolvió del homicidio, en tanto dos años después, el Tribunal de Casación Penal lo sentenció a prisión perpetua.

El fallo fue apelado ante la Suprema Corte de Justicia bonaerense, que rechazó el recurso por cuestiones técnicas, por lo que el último abogado contratado por el viudo, Fernando Díaz Cantón, pidió que le concedan un recurso extraordinario.

Al igual que el viudo, el letrado sostiene en ese escrito que María Marta fue asesinada por ladrones a los que sorprendió robando en su casa y que en la escena del crimen, se recolectaron tres A.D.N. que aún no se sabe de quiénes son, uno de ellos mezclado con la sangre de María Marta.

Tanto para el condenado como para su familia todos fueron víctimas de la ineficiencia del fiscal del caso, Diego Molina Pico, y el defensor alertó que el 28 de octubre de 2014 la causa prescribirá.

Díaz Cantón solicita que la Corte vaya a la cuestión de fondo, analice la prueba y absuelva a su defendido "en forma total", no sólo por el homicidio, sino también por el encubrimiento. Subsidiariamente, pide que la Corte nacional le ordene a la Suprema Corte bonaerense revisar el fallo condenatorio que, tras tres años de espera, ellos rechazaron analizar.

En 2011, se realizó el segundo juicio por el caso, en el que el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro condenó a tres familiares, un médico y un vecino de María Marta por el encubrimiento del crimen, que estuvieron dos semanas presos, pero después recuperaron la libertad bajo fianza.

El 5 de marzo último, Carrascosa pidió que le concedan una prisión domiciliaria porque quiere "morir" en su casa y explicó los motivos en persona durante una audiencia con los jueces de la sala I de la Cámara de Apelaciones de San Isidro.

Pese a que no tiene problemas en la cárcel de Campana donde está detenido, detalló lo delicado de su estado de salud por problemas cardiovasculares y les manifestó que sufre una "depresión feroz" porque se considera "inocente" y no puede tolerar que no se encuentre al asesino de su esposa.

También expresó el "temor" que tiene de morirse en la cárcel, ya que no cuenta con hospital, y pidió que sea en su casa, que en realidad es una propiedad de su amigo Héctor Liñeiro en el barrio cerrado CUBE, del partido bonaerense de Tigre.

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