Hubo cortes de calles y rumores de marchas. Es que, hasta ayer, 40 mil vecinos todavía carecían de energía eléctrica, según informó el municipio. Esa misma mañana, Ekos dialogó con un grupo de vecinos en Ratti y Perdomo, desde donde denunciaban la falta de respuestas.

“Hace nueve días - de la tormenta -. Los chicos necesitan leche, agua. Uno no tiene condiciones para seguir. Esto es una boca de lobo, hace unos días andaban a los tiros. Encima uno puede agarrar infecciones”, declaraba un vecino que se sumaba a la incipiente fogata.

Según relataron a este periódico, durante las noches hubo varios cortes sobre esa avenida. Se advierte por los restos de hollín que quedan en el asfalto. “Mandan gendarmes pero se hacen los malos con el pueblo. No quieren que corten las calles. A ellos les incomoda para movilizarse. Ahora, qué pasa, por el lado de Pringles les quemaron dos patrulleros”, indicó un joven.

Hasta ese día, cerca del mediodía, “no se acercó nadie de Edenor y la Gendarmería te apura”. “Ayuda no llegó. Hace una hora nos prometieron un camión con agua. Todo es mentira”, apuntaron a Ekos. A pocas cuadras de allí, en una plaza se repartía agua en bidones.

“Esto es tierra de nadie. Por lo menos que la Municipalidad se acerque, que manden los bomberos para llenar el tanque. Hay muchos chicos acá”, seguían relatando su bronca los damnificados. Sabían de la visita del gobernador, Daniel Scioli, al intendente, hacía pocos días.

“Van al centro. Descalzo se lava las manos. Después quiere que lo votemos. Después de lo que pasó el voto va a ir para atrás. Tiene que dar la cara. ¿No saben lo que están haciendo acá? ¿Que están quemando porque no hay luz? Ya antes del temporal veníamos sufriendo cortes. Lo único que estamos pidiendo es que venga Descalzo o Pablo Piana a dar una mano”.

Los vecinos, ofuscados, también denunciaron que hay comerciantes que cobran 35 pesos un paquete de velas. O $50 para conectarlos a otra fase. Lo mismo señaló una damnificada del barrio de San Alberto al programa Punto de Encuentro (FM Pacífico), con el agravante de que, en su caso, había solicitado a la cuadrilla de Edenor a través del teléfono de la propia empresa.

Nilda, como se identificó, se mostró satisfecha con la ayuda del municipio, pero se había quejado de que durante los días que duró el apagón no pasaron los camiones de recolección de residuos. En uno y otro barrio dieron este alerta por las condiciones sanitarias de los más chicos.

Ayer, el secretario de Obras y Servicio Públicos, Pablo Piana, declaró que “tenemos mucho trabajo por delante: hay que tener en cuenta que hemos perdido el 50 por ciento del arbolado urbano y unas 5.000 viviendas fueron afectadas”. Se entregaron más de 6.000 chapas, 5.500 tirantes, miles de kilos de leche en polvo, agua, colchones, frazadas y ropa en general.