Consumo de bebidas azucaradas en Yucatán rebasa media en 47 por ciento

Consumo de bebidas azucaradas en Yucatán rebasa media en 47 por ciento

Están altamente disponibles para la población, han sido culturalmente aceptadas y tienen alta publicidad

Alejandro empezó a consumir refresco desde pequeño. Cuando tenía unos siete años iba por el chesco a la tienda de la esquina de doña Mari, una señora con un mal genio, según recuerda, por la bebida que siempre acompaña sus comidas. Mientras caminaba rumbo al tendejón aporreaba el envase retornable en sus rodillas. Así le enseñaron su papá y su mamá, lo veía como algo normal, incluso una tradición: no puede faltar el refresco en la mesa.

Ahora, con más de 30 años, batalla constantemente para poder dejar estos productos, que reconoce no son buenos para su salud, ya que padece de obesidad y otros males. “Es que sabe muy rico, pero es muy malo”.

El consumo de bebidas azucaradas en Yucatán, uno de los principales causantes de problemas de salud como diabetes y obesidad, es 47 por ciento mayor al promedio nacional, reveló Paulina Magaña, coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor.

De acuerdo con datos de Bepensa, proporcionados por la agrupación, un yucateco consume alrededor de 240 litros al año, cuando un mexicano en promedio bebe 163 litros. Bepensa produce, comercializa y distribuye un portafolio de 35 marcas de refrescos y bebidas no carbonatadas.

La maestra en salud pública indicó que el problema de sobrepeso, obesidad y diabetes está relacionado ampliamente con el exceso en el consumo de bebidas azucaradas y embotelladas, una situación que se da de manera general en todo el país.

“Ya los 163 litros se reconocía como los consumos más altos a nivel mundial, los 240, por arriba del promedio nacional, es preocupante” expuso.

En cuanto a la diabetes en el estado, la investigadora indicó que la prevalencia es de una población del 10.7 por ciento, cuando el promedio nacional es del 10. 3 por ciento, un poco por arriba.

También, agregó, la obesidad en adultos es considerada de las más altas del país. El 44 por ciento de los adultos en Yucatán tiene este mal, comparado con el 33 por ciento del promedio nacional.

 

Consecuencias y probabilidades 

Esto representa un gran riesgo para la población, advirtió: una de las principales consecuencias de este alto consumo es el aumento de peso, tan sólo una porción de bebida azucarada al día incrementa hasta 60 por ciento la probabilidad de padecer obesidad infantil.

Además, el consumo de dos bebidas azucaradas al día aumenta 26 por ciento el riesgo de padecer diabetes y también se ha comprobado que tiene efectos en enfermedades cardiovasculares.

 

¿Por qué se consume mucho ? 

Para la activista, estas cifras reflejan que las bebidas siguen estando altamente disponibles para la población, han sido culturalmente aceptadas y tienen alta publicidad en muchos medios, además que ofrecen un sabor dulce, adictivo, que genera ciertas sensaciones y efectos en el cuerpo y cerebro. “Entre más se consume azúcar más se pierde la noción de las sensación de dulce en el paladar”, indicó. 

Otro factor es que en muchas comunidades y zonas de la región no existe agua potable disponible para la población o el acceso no es garantizado de manera frecuente y gratuita, lo que obliga a que muchas personas opten por estas bebidas. “En muchas regiones no hay agua simple, pero sí hay bebidas azucaradas” recalcó.

También indicó que muchas veces las mismas empresas que proveen estos productos están vinculadas en las tomas de decisiones de las autoridades, lo que representa un conflicto de interés, ya que son los causantes de las enfermedades que afectan a la población.

 

Acciones insuficientes 

El etiquetado frontal y de advertencia que ahora cuentan los productos es una gran medida, afirmó, pues a nivel Latinoamérica ha impactado favorablemente, pero se necesitan más acciones, políticas públicas integrales. 

Por ejemplo, garantizar el acceso al agua potable en casas, escuelas, espacios públicos, además que es un derecho humano, y que se deje de compartir tanta publicidad de estos productos en los medios de comunicación, redes sociales y tiendas.

 

Transformación del sistema alimentario 

Paulina Magaña hizo hincapié en la urgencia de una transformación del sistema alimentario: no puede haber una baja disponibilidad de productos orgánicos, frescos y una alta de ultra procesados y bebidas azucaradas.

Esto tiene que venir acompañado de una regulación, sanciones, e imponer mayores impuestos a los “alimentos” que son dañinos para la salud; ofrecer alimentos más saludables en las escuelas y demás espacios.

La Alianza por la Salud Alimentaria, conformada por varias agrupaciones civiles, lanzó en octubre la campaña Nuestros niños son primero para exigir que la comida chatarra no vuelva a comercializarse en las escuelas y se prohíba su publicidad.

Edición: Ana Ordaz 

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