"Conocer la verdad sobre mi identidad es algo que no cambiaría por nada"

Maximiliano Ruiz, el último nieto recuperado, hijo de Ana María Lanzillotto y de Domingo "Gringo" Menna, afirmó que "no cambiaría por nada conocer la verdad" sobre su identidad, porque significa "una sensación de ampliación de vida que da mucha felicidad", luego de que los análisis genéticos corroboraran que era hijo de desaparecidos y que su familia biológica lo había buscado durante 40 años.

 

"Después del primer impacto, empecé a ver que no había más que bien en lo que me estaba pasando. Siento una felicidad y una gratitud enorme", declaró en diálogo con Télam, con voz cálida y tono pausada, el nieto restituido 121 en la primer entrevista que concede a un medio periodístico.

Maximiliano tiene 40 años, conforma una familia con María, con quien tiene dos hijos, Mauricio, de 6, y Carmela, de 5, a quienes ya les contaron la noticia de la restitución de la identidad dada por Abuelas de Plaza de Mayo el 3 de octubre último.

"Lo hablamos transmitiéndoles la felicidad que sentimos: les dijimos que teníamos una noticia muy feliz para contarles, que yo no había nacido de la panza de la abuela Mónica, que mi mamá había fallecido y que sus abuelos me habían cuidado pero no me habían contado para que no me pusiera triste", contó Maximiliano Ruiz. 

Además, les dijo que también tenía un hermano, llamado Ramiro: "En ese momento, Mauricio (su hijo de 6 años) abrió muy grandes los ojos y me dijo: 'estoy sorprendido'", relató.

Las preguntas no pararon, la curiosidad despertó otras, Carmela preguntando a su madre si era hija biológica, y las respuestas fueron fluyendo. A las horas, Mauricio ya había hecho un dibujo con los cuatro y había agregado a Ramiro, y a la tía Nena (Alba), hermana de Ana María Lanzillotto.

Los padres de Maximiliano eran militantes del PRT y tenían un hijo, Ramiro, que tenía dos años cuando fueron secuestrados, el 19 de julio de 1976. 

En ese momento, Ana María estaba embarazada de ocho meses. Menna fue asesinado y Lanzillotto aún permanece desaparecida.

"En una semana supe quién era, hablé con mis padres (de crianza), conocí a parte de mi familia biológica y pude entender la felicidad de ellos en un encuentro donde nos recibieron a María y a mí con mucho amor y un cuidado muy especial. Allí conocí a mi hermano, con quien nos dimos un abrazo muy fuerte y con quien tuve una conexión inmediata", evoca Maximiliano sobre el primer encuentro producido el 6 de octubre pasado, en una semana plena de emociones.

Hasta entonces, Maximiliano Ruiz, médico de familia egresado de la UBA que ejerce en simultáneo la homeopatía, estaba abocado plenamente a su profesión, a la docencia en la Universidad Maimónides y colaborando en la fundación Logosófica, dedicada al conocimiento del hombre a través de la experimentación.

Ahora que el sobrino de la ex integrante de Abuelas de Plaza de Mayo, Alba Lanzillotto, recibe e investiga sobre su árbol genealógico, reconoce rasgos comunes con su hermano -"somos idénticos", dice con orgullo- y detecta coincidencias más profundas con sus padres, y sabe que el proceso de recuperación de su historia tendrá más alegrías.

"Después del primer impacto, empecé a ver que no había más que bien en lo que me estaba pasando. Siento una felicidad y una gratitud enorme", declaró en diálogo con Télam, con voz cálida y tono pausada, el nieto restituido 121 en la primer entrevista que concede a un medio periodístico.

Maximiliano tiene 40 años, conforma una familia con María, con quien tiene dos hijos, Mauricio, de 6, y Carmela, de 5, a quienes ya les contaron la noticia de la restitución de la identidad dada por Abuelas de Plaza de Mayo el 3 de octubre último.

"Lo hablamos transmitiéndoles la felicidad que sentimos: les dijimos que teníamos una noticia muy feliz para contarles, que yo no había nacido de la panza de la abuela Mónica, que mi mamá había fallecido y que sus abuelos me habían cuidado pero no me habían contado para que no me pusiera triste", contó Maximiliano Ruiz. 

Además, les dijo que también tenía un hermano, llamado Ramiro: "En ese momento, Mauricio (su hijo de 6 años) abrió muy grandes los ojos y me dijo: 'estoy sorprendido'", relató.

Las preguntas no pararon, la curiosidad despertó otras, Carmela preguntando a su madre si era hija biológica, y las respuestas fueron fluyendo. A las horas, Mauricio ya había hecho un dibujo con los cuatro y había agregado a Ramiro, y a la tía Nena (Alba), hermana de Ana María Lanzillotto.

Los padres de Maximiliano eran militantes del PRT y tenían un hijo, Ramiro, que tenía dos años cuando fueron secuestrados, el 19 de julio de 1976. 

En ese momento, Ana María estaba embarazada de ocho meses. Menna fue asesinado y Lanzillotto aún permanece desaparecida.

"En una semana supe quién era, hablé con mis padres (de crianza), conocí a parte de mi familia biológica y pude entender la felicidad de ellos en un encuentro donde nos recibieron a María y a mí con mucho amor y un cuidado muy especial. Allí conocí a mi hermano, con quien nos dimos un abrazo muy fuerte y con quien tuve una conexión inmediata", evoca Maximiliano sobre el primer encuentro producido el 6 de octubre pasado, en una semana plena de emociones.

Hasta entonces, Maximiliano Ruiz, médico de familia egresado de la UBA que ejerce en simultáneo la homeopatía, estaba abocado plenamente a su profesión, a la docencia en la Universidad Maimónides y colaborando en la fundación Logosófica, dedicada al conocimiento del hombre a través de la experimentación.

Ahora que el sobrino de la ex integrante de Abuelas de Plaza de Mayo, Alba Lanzillotto, recibe e investiga sobre su árbol genealógico, reconoce rasgos comunes con su hermano -"somos idénticos", dice con orgullo- y detecta coincidencias más profundas con sus padres, y sabe que el proceso de recuperación de su historia tendrá más alegrías.

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