Un congreso sanitario evidenció el pobre panorama del sistema de salud

Un congreso sanitario evidenció el pobre panorama del sistema de salud

Más de 1.500 trabajadores del sector en la provincia participan de un encuentro sobre atención primaria. Los testimonios muestran las carencias y las dificultades con las que conviven en hospitales y centros de salud.

Falta de insumos y medicamentos, dificultad para obtener turnos, insuficiente cantidad de médicos o falta de ambulancias son algunos de los obstáculos con los que tropiezan muchos centros sanitarios de la provincia.

 

Así lo manifiestan trabajadores que se desempeñan en ellos, en particular en los de menor envergadura. Es que en los de cabecera las cosas parecen funcionar mejor aunque deben lidiar con una demanda exacerbada de consultas.

En medio de la crisis presupuestaria que atraviesa el sector público de la salud mendocina, ayer empezó al 8vo Congreso de Atención Primaria en el Espacio Julio Le Parc. Allí se congregarán hasta el sábado más de 1.500 trabajadores del sector, estudiantes y funcionarios para hablar fundamentalmente del trabajo conjunto.

El énfasis estará puesto en las condiciones de salud de los grupos más vulnerables: mujeres, niños y adolescentes, adultos expuestos a factores de riesgo, adultos mayores y los mendocinos que padecen enfermedades crónicas e infecciosas. 

Pero además sobrevuela el evento la noción de que la salud “es cuestión de todos”, de lo cual se desprende la necesidad imperiosa de trabajar en red para lograr una atención de calidad. Sin embargo, cuando se habla con quienes pisan el terreno, la realidad dista de esta premisa y en muchos casos logran brindar asistencia o resolver situaciones gracias a su compromiso, que llega hasta el punto de poner dinero de su bolsillo. 

-Pocos profesionales. En una charla con agentes sanitarios y médicos de Centros de Salud, éste es uno de los aspectos que aparece de manera reiterada y ocurre sobre todo en los de menor magnitud.

Algunas especialidades esenciales no existen por lo que terminan acudiendo al hospital y recargando el sistema de mayor complejidad. Además, algunos sitios se mantienen sólo con un médico de familia y si se se requiere otra atención, se debe solicitar el traslado. También puede ocurrir que acudan esporádicamente. 

El déficit de profesionales hace que trabajen sobrecargados y esto afecta el tiempo de la consulta. Una doctora comentó que cuando un médico se jubila o queda vacante un cargo, éste no se cubre, con lo cual se achica cada vez más la planta. 

-Turnos, misión imposible. La poca disponibilidad de médicos se suma al incremento de la demanda. Casi la mitad de la población no tiene cobertura de salud y acude al sector público, además de que la población aumenta. Aunque a diferencia de lo que ocurría antes, que había que instalarse a hacer cola en la puerta desde muy temprano, ahora en muchos hospitales existe la posibilidad de solicitarlo telefónicamente. 

Sin embargo, un grupo de agentes sanitarios de Junín comentó que hay médicos a los cuales sólo pueden anotárseles 5 turnos que tienen que repartir entre quienes llaman y quienes van. Al respecto, recalcaron que tratan de darle prioridad a quienes se trasladaron hasta el lugar por lo que los turnos deben diferirse. 

Valeria, supervisora de agentes sanitarios del centro de salud 65 de Junín, contó que cuando habilitan las líneas de teléfono para los turnos en los hospitales dan permanentemente ocupado y cuando atienden, dicen que no es el día para sacar ese turno, lo cual le quita tiempo a ella en su tarea. 

De todas formas, como en todo el sistema de salud, la sobredemanda obedece también a  una cuestión estacional, subrayó. 

-Medicamentos escasos. Llegan desde el gobierno provincial y a través del programa nacional Remediar.  Cuando las partidas locales no alcanzan, la caja de la Nación siempre está. Al centro de salud 71 de Phillips hace dos meses que no llegan insumos provinciales, solo nacionales. Por esta causa, en algunos lugares del departamento no se pueden hacer curaciones. 

Trabajadores del centro de salud 65 de Junín dijeron que suelen quedarse sin algunos productos específicos como difenhidramina, betametasona, salbutamol y budesonide. Se trata de los que se utilizan para el tratamiento de reacciones alérgicas o respiratorias.

Uno de ellos señaló que esto ocurre porque las cajas tienen un contenido más bien genérico, pero que cada zona tiene sus demandas específicas por lo que algunos medicamentos sobran y otros faltan. 

-Tardía respuesta del sistema. Una parte fundamental de la atención primaria son los agentes sanitarios, el brazo del sistema de salud que llega hasta las casas de los más vulnerables, quienes viven en lugares alejados o no pueden trasladarse. Actúan en prevención, derivan, identifican necesidades y problemáticas y tratan de resolverlas.

Pero esa solución no pueden lograrla solos, sino que exige la respuesta de otras partes del sistema que debe actuar en red. Sin embargo, comentaron que esto a veces suele demorar demasiado y luego de mucho trabajo. Por ejemplo, si se requiere la actuación de la Dinaf o si es necesario obtener un turno en un hospital: papelerío, demoras y teléfonos ocupados. 

-Sin movilidad. En zonas rurales donde las distancias son grandes es necesario dar movilidad a las personas para que se trasladen para ser atendidos. Es que pueden no tener medio de transporte o dinero para pagarlo, motivo por el cual no acceden. Pero en muchos centros de salud a veces esta es una espera aparte. Así lo señalaron trabajadores del centro 358 de Santa Rosa. 

Por eso, María Florencia Santa María, responsable del Centro de Salud Nº 33 de Agrelo, contó que a veces ella pone su auto personal para retirar las cajas con medicamentos, trasladar papelerío e incluso ha llegado a darle dinero a pacientes trasladados en ambulancia a otro efector porque no tenían dinero para regresar. 

-Achique. Así se puede calificar lo que ocurre cuando no se cubren puestos vacantes e incluso cuando se cierra una posta. Uno de los ejemplos ocurre en Luján, donde el Centro de Salud 39 se ha ido achicando paulatinamente para quedar sólo con una médica, mientras que en el mismo departamento, la posta Novero fue cerrada. Esto implica la sobrecarga del resto de los centros de salud, si es que la gente llega porque por la distancia puede que no suceda. 

-Edilicios en mal estado. Los trabajadores sanitarios también comentaron que algunos edificios están en estado lamentable. Asimismo, mencionaron que a veces faltan elementos para la limpieza, lo cual cubren con dinero de su bolsillo. 

Pero por el aumento de la población que llega trasladada desde otros lugares, también terminan resultando chicos, tal cual comentaron los trabajadores de Luján. 

Florencia Santa María recordó cuando el ex ministro Matías Roby visitó el lugar y preguntó “¿Quién está haciendo patria aquí?”.

 

El balance oficial es optimista

Ricardo Miatello, director de Atención Primaria de la provincia, señaló a Los Andes las fortalezas del sistema que reconoce complejo. Al mismo tiempo, aceptó que hay déficits, muchos de los cuales desde su punto de vista pueden resolverse con una gestión adecuada de recursos y resolución de necesidades. La provincia cuenta con 373 centros de salud, algunos administrados por el gobierno provincial y otros por los municipios.  

Miatello rescató el aporte de Remediar y otras colaboraciones que llegan desde la Nación, que los deja al margen de los inconvenientes presupuestarios locales, y dijo que los medicamentos pueden transferirse de un lugar a otro cuando sobran en unos y hacen falta en otros.  

Explicó que se realizaron cambios en el procedimiento de compra para hacerlo al contado, lo cual generó una demora en las entregas. Se compraron $ 11 millones para atención primaria, lo que -dijo- garantiza los servicios básicos hasta noviembre. Y agregó que cuando faltan medicamentos hay que comunicarse con los responsables del área de Farmacología y solicitarles lo que se necesita, porque quizás el remedio puede estar en algún lugar cercano y se cubre. 

Miatello aseguró que se han mejorado la automatización, los servicios de laboratorio y los ecógrafos. Y que se han comprado ambulancias y cuatriciclos, estos últimos para zonas rurales donde el terreno es hostil para otro tipo de vehículos

“Todos los centros de salud no pueden funcionar como centros cabecera”, aclaró, por eso están identificados en clases de acuerdo a la demanda y la cantidad de horas que atienden. Los de cabecera están más equipados, mientras que el resto tienen solo las necesidades básicas. 

Comentá la nota