Luego del tenso cuarto intermedio en la Sesión Preparatoria que definió la nueva Mesa Directiva del Concejo Deliberante, con Marina Sánchez Herrero como presidente, el debate ahora se corre a la composición de las comisiones de trabajo, en una batalla que promete idas y vueltas.

Con proyectos próximos de relieve como el Presupuesto 2022, la modificación del cálculo de la Tasa de Servicio Urbanos (TSU), la aprobación del Pliego para la licitación del transporte de pasajeros, el convenio para el regreso de las fotomultas y el nombramiento de nuevos jueces de Faltas; la composición de las comisiones de trabajo asume un carácter estratégico para el oficialismo, como así también para la oposición.

El amplio triunfo en las recientes elecciones legislativas envalentó al gobierno y el interbloque de Juntos buscará avanzar en su relevancia en el esquema de comisiones, fundamentalmente aquellas más trascendentales, como Legislación y Hacienda. El objetivo principal es contar con una mayoría propia (cinco sobre nueve concejales), aunque lo ocurrido ayer en la Sesión Preparatoria le adelanta al oficialismo un escenario cuanto menos complejo.

En el marco del cuarto intermedio, se supo que el Frente de Todos buscó resolver la distribución de los cupos en las comisiones como condición para dar quórum y acompañar la postulación de Sánchez Herrero. No hubo acuerdo, como tampoco voto positivo, a lo que se plegaron los otros dos bloques opositores, Crear Juntos y Acción Marplatense.

El gobierno no quiere un 2022 donde exponga sus proyectos al filtro de la oposición. Ya le ocurrió este año cuando vio naufragar el pliego para licitar el transporte, por el voto negativo de Carrancio en la Comisión de Legislación. Se bien luego lograron desplazarlo de la comisión, no pudieron hacerlo cuando Lauría tomó el mismo rumbo. Juntos también debió lidiar con una oposición en mayoría en Hacienda, la otra comisión determinante. Será la primera que desde la próxima semana comience a analizar el Presupuesto 2022.

Precisamente, por la urgencia de comenzar a debatir la “ordenanza madre” es que el oficialismo deberá llegar a acuerdos con la oposición para poner en marcha la maquinaria legislativa. Hasta dónde deberá ceder y hasta dónde está dispuesto a hacerlo, la clave del debate que ya comenzó.