Llegan las fiestas de esta última parte del año y, luego de dos años de pandemia y restricciones, es un buen momento para, sin abandonar las medidas de cuidado sanitario, poder reunirse con la familia y los amigos en una mesa festiva, que puede pasar por alto los principios de una alimentación saludable.
Es lógico: los alimentos representan mucho más que un conjunto de nutrientes que se consumen para sobrevivir; está cargada de significados y no se debe subestimar su carga emocional y festiva.
“A muchos nos pasa que exageramos en cantidades para las cenas del 24 y el 31 de diciembre: no falta nunca la picada, la entrada, el asadito o una pasta contudente, alcohol, postres varios y una sobremesa llena de dulces”, explicó Natalia Vizioli, la licenciada en Nutrición (MP 1716), que integra el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires. Y agregó:
“Debemos planificar las compras en base a la cantidad de comensales, aprovechando los alimentos de estación, no solo para cuidar la calidad nutricional de los platos sino también el bolsillo”, agregó luego y aconsejó “armar una lista para comprar sólo lo necesario”. Es muy importante conservar correctamente los alimentos teniendo en cuenta las altas temperaturas en estos días de verano.
Para estas fiestas, el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires recomienda:
- Los días festivos, con más razón, no saltear comidas previas, como el desayuno, el almuerzo o la merienda.
- Incorporar variedad de ensaladas en la mesa, aprovechando aquellas verduras de estación.
- Preparar postres a base de frutas.
- Innovar con aderezos sanos, ricos y económicos, tales como: hummus (pasta de garbanzo, también se puede hacer con lenteja) y mayonesas vegetales (remolacha, zanahoria o de calabaza), entre otras.
- Optar por métodos de cocción más saludables como la parrilla, la plancha o el horno y evitar las frituras.
- Usar condimentos varios a base de especias o alimentos que otorguen sabor a los platos (ajo, cebolla, perejil, albahaca, etc), para evitar el uso de la sal.
- Tomar mucha agua, aun sin tener sed.
- Moderar el consumo de alcohol.
- Disfrutar el encuentro y compartir la mesa, masticando bien los alimentos.
De esta manera “podemos comer de todo pero ser selectivos y optar por lo que más nos gusta, usando platos chicos y también empezar a desestructurar un poco las comidas típicas y hacer platos más frescos y saludables”, sostuvo nutricionista Vizioli, quien dejó algunas sugerencias para pensar las comidas de fin de año.
Evitar las típicas ensaladas con papa y mayonesa, como la ensalada rusa, habiendo tantas opciones frescas para estas noches de calor. Optar por verduras de hoja: rúcula, espinaca, radicheta, hoja de remolacha, repollo y lechugas varias, combinadas con otras verduras de estación que aportan color y volumen. La incorporación de vegetales crudos, moderando el agregado de aceite y optar por frutas frescas que aportan agua, fibra, vitaminas y minerales.
En la parrilla decidirse por cortes de menor tenor graso, bajar la cantidad de achuras, chorizo y morcilla y sumar verduras para asar.
Para el postre, si bien el helado es un clásico, las frutas de estación son una deliciosa y saludable alternativa: ananá, sandía, melón, frutillas, entre otras, que aportan agua, fibra, vitaminas y minerales. En copa o brochette o helados caseros son buenas opciones.
En definitiva, la comida lejos de convertirse en un inconveniente, debe y merece ser disfrutada estos días festivos que significan unión, reflexiones, el cierre de un ciclo y el comienzo de otro con nuevos desafíos y nuevas metas por cumplir.
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