Este 21 y 22 de abril se realizará un foro en Bucaramanga para buscar soluciones.
Actualmente en Colombia se gestionan cerca de 13,5 millones de toneladas de residuos sólidos al año, de las cuales solo se aprovecha cerca del 17 por ciento. La mayoría de los residuos generados en los hogares tiene como destino los rellenos sanitarios, pero las tasas de aprovechamiento de materiales para reciclaje o valorización son muy bajas.
El potencial de aprovechamiento y reciclaje del país es cercano al 30 por ciento de los residuos que generamos, pero solo estamos aprovechando un 17 por ciento de materiales como el papel, cartón, plástico, vidrio y metales en Colombia, por lo que el reto está en ampliar estos volúmenes y en mejorar la información.
Precisamente, para tratar el tema los próximos 21 y 22 de abril se realizará el foro en Bucaramanga ‘Los residuos sólidos no son basura: retos y oportunidades para su gestión integral en las ciudades’, y usted podrá seguirlo virtualmente el 21 de abril a través de eltiempo.com y la página de Asocapitales
Según explicó Juan Carlos Cárdenas Rey, alcalde de Bucaramanga y presidente de Asocapitales, este panorama es preocupante porque “prácticamente ya estamos viviendo la crisis del cambio climático y si no nos preparamos para hacer una adecuada disposición de los residuos sólidos, en los próximos cinco años vamos a estar enfrentados a una nueva crisis de salud pública y ambiental como la que vivimos por la pandemia”, dijo Cárdenas.
Para el mandatario esta crisis se generaría por la incapacidad de hacer un buen manejo de los residuos sólidos, ya que en Colombia construir y operar un nuevo relleno sanitario puede tardar hasta cinco años. Frente a esto, se tomó la decisión de realizar el foro donde convergerán el Gobierno Nacional, el sistema judicial y legislativo, las autoridades ambientales, alcaldes, gobernadores y prestadores de servicio público, porque se trata de una problemática donde todos los actores se ven involucrados. “No es verdad que los alcaldes tengamos la capacidad de solucionar solos esta problemática tan compleja y de orden nacional. Tenemos que trabajar en ver los cuellos de botella y solucionarlos”, precisó Cárdenas.
Los ciudadanos también son parte del problema, pero más aún de la solución. Se requiere un compromiso decidido de los ciudadanos y una articulación con las empresas de servicios públicos y con todos los prestadores, incluyendo las organizaciones de recicladores de oficio que juegan un papel fundamental en todo el proceso.
Pese a que el 96,5 por ciento de los residuos sólidos se disponen en rellenos sanitarios, aún existen casos críticos en el país, por eso la innovación y la tecnología deben incluirse como pilares en el servicio público de aseo, por ejemplo, en la generación de energía y gas, la producción de compost, la implementación de parques ambientales y la exploración de alternativas como la minería de rellenos. “Pero para esa transición toca definir la línea base ambiental con el Gobierno, que después no aparezcan proyectos que no se puedan implementar por falta de claridad en las reglas de cómo se van a aplicar esas tecnologías”, agregó Cárdenas.
El reto está en disminuir la cantidad de residuos que llegan a su disposición final y en sumarle a la fórmula el componente de innovación y tecnología. Justamente sobre este último aspecto, el Foro contará con expertos del Banco Mundial y de ISWA (International Solid Waste Association) mostrando cómo integrar estos elementos.
En Colombia, el 1,3 por ciento de los residuos se dispone aún en botaderos a cielo abierto, en 85 municipios del país, entre los que se encuentra la ciudad de Mitú, enfrentando serias dificultades sociales, sanitarias y ambientales, principalmente por la disposición final de residuos en un botadero a cielo abierto ubicado cerca de cuerpos de agua que tienen conexiones hídricas con afluentes utilizados por la población para el consumo humano y otros usos diferentes, así como la dificultad en adelantar algunas acciones dado el contexto geográfico de esta ciudad.
Hoy existen 61 rellenos sanitarios de carácter regional y 174 rellenos sanitarios municipales. Los rellenos sanitarios permiten la disposición final controlada de los residuos sólidos, sin embargo, enfrentan desafíos por el agotamiento de su vida útil, por las dificultades de operación, las condiciones para su ubicación y localización en el marco de la gestión territorial y por corresponsabilidad social y política.
Actualmente, 15 rellenos sanitarios tienen la vida útil vencida, hay 29 más a los que les quedan de cero a tres años de vida útil, y 30 con tres a cinco años de vida útil. En total se habla de 74 rellenos sanitarios que, en los próximos 5 años, estarían en alerta y que podrían llegar a afectar a cerca de 14 millones de personas en el país.
“Son más de 14 millones de ciudadanos que se verían afectados por no tener unas opciones distintas con nuevas tecnologías, de cómo migrar a estas y de dónde obtener las fuentes o los recursos para lograrlo”, aseveró Cárdenas y añadió que otro reto que enfrentan los alcaldes es el traslado de muchas competencias, pero no de los recursos, “nuestra propuesta para los candidatos presidenciales es que realmente establezcan en el Plan Nacional de Desarrollo unas fuentes de financiamiento para que estas nuevas tecnologías sean una realidad articulando su línea base, los requerimiento ambientales, el marco tarifario y que las competencias estén alineadas y no se permitan malos manejos después”.
Cada vez es más difícil encontrar nuevos sitios para construir estas infraestructuras ya sea porque no hay suelo para ello, por los trámites ambientales, por las restricciones en los planes de ordenamiento o por rechazo de la comunidad. Esto hace muy complejo buscar soluciones en el corto plazo pues estructurar, tramitar los permisos con las autoridades ambientales, construir y comenzar a operar un relleno toma por lo menos cinco años. Por lo que los lineamientos y el apoyo del Gobierno Nacional a los territorios es fundamental para manejar la crisis que se avecina.
El caso del Carrasco
El Relleno Sanitario “El Carrasco”, en Bucaramanga, es un ejemplo de cómo gestionar una crisis y de cómo, trabajando en equipo entidades territoriales, órganos de control, entidades sectoriales y rama judicial, se puede pasar de la crisis a la solución y a una oportunidad para la ciudad.
El problema del Carrasco viene de una acción popular resuelta en segunda instancia en el año 2011. Esta fue presentada por los habitantes del Barrio el Porvenir aledaño al relleno sanitario en el año 2007 cuando la basura era dispuesta a cielo abierto y se presentaban problemas con olores, roedores, lixiviados y manejo de gases. Esta situación se subsanó, pero en 2018 se presentó un deslizamiento debido a la sobrecarga de los taludes lo que originó un plan de trabajo con el fin de mejorar la operación y las acciones ambientales que evitarían este tipo de situaciones y mejorarían la operación del relleno. Actualmente, los problemas están resueltos, se cuenta con la tecnología necesaria para el aprovechamiento de gases, se hace tratamiento de lixiviados, separación para el compostaje y se cuenta con una hoja de ruta clara para su manejo técnico.
“Hay un debate jurídico sobre el tema, pero lo cierto es que podemos decir con absoluta certeza que, después de que tuvimos problemas, hoy es uno de los rellenos con mejores resultados y que tiene capacidad, por lo menos, para seguir disponiendo de residuos durante los próximos 10 años”, explicó Cárdenas y agregó: “mientras encontramos un nuevo lugar, porque aquí la discusión es ¿quién quiere tener en el patio de su casa un relleno sanitario? Tenemos dos alternativas de reubicación, uno en Girón y otro en Lebrija, pero esto requiere el compromiso de los alcaldes y la comunidad para que esos proyectos se lleven a cabo”.
El Carrasco es un caso de éxito en disposición final, sin embargo, es necesario avanzar en la ruta hacia la economía circular, con el compromiso de la ciudadanía en la reducción, reúso y reciclaje y en el incremento del aprovechamiento y tratamiento de residuos en Colombia.
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