Sin cola ni turnos, de La Plata en adelante, La Cámpora te vacuna

Sin cola ni turnos, de La Plata en adelante, La Cámpora te vacuna

Mayores de 70 y personal de riesgo sin vacunar, tomen nota: La Cámpora te vacuna más rápido que nadie. No es un error o una picardía, es un plan polìtico perfectamente orquestado. Un acto vil donde el amiguismo emocional y la militancia partidaria paraliza neuronas. El vacunatorio VIP de Ginés no hizo otra cosa que disimular la sucesión de otros mini escándalos, como este en territorio bonaerense, que ahora toman estado público. Son protagonizados por jóvenes militantes, alardeando de haber sido vacunados. Se trata de un flagelo desprovisto de toda ética, que se extiende como una mancha venenosa. Conforman eslabones de una cadena de casos detectados en las redes sociales y que tienen por escenario a San Andrés de Giles, Chivilcoy, Rauch, Henderson, Navarro y La Plata.

Por: Jorge Joury *

La escena se repite con decenas de militantes de la agrupación. Algunos no pasan los treinta años, pero también hay veinteañeros. Lo testifican las fotografías, como la que ilustra esta nota. Aparecer con una aguja en el brazo,  haciendo la V, es ni más ni menos que la patente de pertenecer al movimiento nacional y popular que suma poder en todos los rincones, sin que le importen las normas éticas, ni pisar las cabezas de los que están antes en la cola con riesgo de muerte, como los viejos y el personal de salud.

“La vacuna Sputnik V. Con V de VIP. Vacuna para amigos y militantes. Inmorales!  Corruptos!” Tuiteó  el periodista Eduardo Feimman hace unas horas, junto con la imagen de Instagram de  una joven recibiendo la vacuna en el hospital de Niños de La Plata.

Más allá de los hilos de respuestas que obtuvo el referido periodista, su acusación tomó vuelo local ya que la joven en cuestión milita en una Unidad Básica de la JP de calle 4 entre 44 y 45, local cuyo referente es el concejal Nano Cara.

Feiman reavivó la polémica por la inscripción para vacunarse en Unidades Básicas que habían protagonizado militantes de esa Unidad Básica y el intendente Julio Garro, quien -en sintonía con la oposición de Juntos por el Cambio- salió a denunciar a finales de enero que “el gobierno de Axel Kicillof está politizando la campaña de vacunación al involucrar a militantes y locales del oficialismo”.

Así lo advirtió @JulioGarro hace un mes. El  @FrenteDeTodos va a tener que dar explicaciones sobre el Plan de Vacunación que se lleva adelante en #LaPlata. Después hay que tolerar que algunos te quieran dar lecciones de ética y compromiso social. #VacunatorioVip”, posteó la concejal de Juntos por el Cambio Romina Cayón haciendo referencia al tuit de Feimman.

“Estaría bueno saber también cómo es que priorizan profes de teatro en un hospital, y no enfermeros, médicos, psicólogos y personal de limpieza, que están en la primera línea peleando la pandemia hace un año. ¿#VacunasVip ?”, agregó.

“Cuando el intendente @JulioGarro advirtió sobre la necesidad de institucionalizar los procesos de inscripción de la vacunación y no mezclarlos con la política, sectores de la oposición local se organizaron para atacarlo”, se sumó Marcelo Chubito Leguizamón.

Y siguió: “Ahora nos enteramos que no sólo hubo vacunación VIP a nivel nacional. En el plano local, militantes que no cumplen un trabajo esencial accedieron a la vacuna. Esto daña a la política. Todas las fuerzas políticas deberían expresar su repudio ante esta situación”.

“Es importante que todos los dirigentes recordemos que debemos predicar con el ejemplo. Especialmente quienes tenemos representación en cargos públicos como lo somos los funcionarios, concejales, intendentes o legisladores. Deberíamos ser los últimos en recibir la vacuna”, concluyó.

“Claramente, en un país tan grande, con tantas jurisdicciones, bueno, alguna travesura de este tipo… “, decía con indulgencia el 17 de febrero pasado el entonces todavía ministro de Salud Ginés González García.

Un error es entendible y puede disculparse. Pero la reiteración, con los mismos protagonistas y argumentos, en diferentes distritos de la provincia de Buenos Aires, es una política. Muestra a las claras que, además de la inmoralidad manifiesta del usufructo individual de los recursos del Estado queda al descubierto un intento coordinado, impulsado desde el propio estado provincial, para copar el operativo de vacunación y convertir a La Cámpora una suerte de vanguardia sanitaria salvadora frente al virus más letal.

La Brigada Bonaerense de la Vacuna. Vecino, vecina, abuelos, nosotros conseguimos la vacuna, nosotros la tenemos, nosotros vacunamos…. La Cámpora te vacuna, es lo que se escucha en varios distritos.

En el operativo solidario con los inundados de La Plata en el 2013, estos brigadistas se apropiaron de las donaciones de la gente para distribuirlas con la pechera de La Cámpora. Hoy, el plan consiste en tomar el control de la provisión frente a la escasez de vacunas y dejar en claro que son ellos quienes las administran.

La puntada inicial la dieron en San Andrés de Giles, la patria chica de Héctor Cámpora, el sello político de la agrupación. Desde allí,  dos concejales del Frente de Todos -una de ellas presidente del Concejo Deliberante, ni más ni menos-, tuvieron que renunciar cuando se supo que se habían vacunado junto a familiares y amigos; en total, unas 20 personas ajenas a los servicios de salud. No hubo autocrítica ni disculpas.

El caso de Chivilcoy fue más significativo porque allí el PJ está dividido entre randazzistas -que tienen la Intendencia- y kirchneristas, con presencia en el Concejo Deliberante. Esta circunstancia contribuyó a develar el oscuro juego. Con total desparpajo, varios jóvenes camporistas habían hecho alarde de su vacunación en redes, fotografiándose con los dedos en V. Esta circunstancia generó que desde la Intendencia y el PJ local salieran con los tapones de punta a criticar a los jóvenes.

Bastó la munición gruesa, para que apareciera el cerebro de la operación. La Región Sanitaria X -dicho más claro, el gobierno provincial- defendió el proceso de vacunación y aseguró que todos los vacunados eran “personal del sistema sanitario”. Un eufemismo que La Cámpora disipó al explicar que los jóvenes que recibieron la vacuna trabajan en las postas de vacunación o participarán del operativo en geriátricos, y que por lo tanto estaban autorizados para ser inoculados por razones sanitarias.

También hay que advertir que los militantes de La Cámpora convertidos por estas horas en agentes vacunatorios, es ilegal que actúen. No son médicos, ni enfermeros, no pueden administrar un elemento tan preciado como la vacuna. Pero la idea es ponerle un moño polìtico, organizar y controlar. Allí donde son gobierno les resulta sencillo. Pero donde no lo son, como en La Plata, eluden a las autoridades establecidas. Como en Rauch, donde el gobierno provincial ordenó que la vacuna no se aplique en el nosocomio municipal, sino en el Hospital con dominio provincial . El motivo es muy simple: en esa institución acababan de nombrar como directora a Antonela Volpe Onreita, una joven militante de la Cámpora de profesión diseñadora gráfica.

En La Plata, la joven militante del Frente de Todos que subió a las redes su foto en el momento de la vacunación, trató de justificarse señalando que: “Estoy dando clases de teatro en un hospital, por personal de salud  me correspondía”.

En Henderson, provincia de Buenos Aires, las 450 vacunas -el lote mínimo, pues así son envasadas- sobraban para vacunar a los 350 agentes de salud de la localidad. ¿Qué correspondía hacer entonces? ¿Seguir con los mayores de 80 tal vez? ¿Vacunar a las personas de riesgo, con enfermedades crónicas?

No, ya que sobran 100, manos a la obra y a vacunar a los amigos. Un concejal le preguntó al Intendente cuál fue el criterio usado. No recibió respuesta alguna. La sospecha es que se vacunó a empleados municipales y a militantes oficialistas.

En Navarro, localidad vecina a Mercedes, tampoco hubo explicaciones tras la denuncia de que se habían vacunado concejales y funcionarios oficialistas antes que los trabajadores de la salud y la población en general. El cruce entre oposición y oficialismo en el Concejo fue para alquilar balcones. La presidente del cuerpo, Paola Magiotti, disparó sin lugar a derecho a réplica: “Las respuestas ya fueron dadas, se termina el cuestionario por decisión de la presidencia”; o sea, ella misma.

“Eso es autoritarismo”, protestó el concejal de Juntos por el Cambio Mateo Natalini. “Totalmente”, le contestó Magiotti. Incrédulo, Natalini insistió: “El debate no lo puede terminar usted, las preguntas no las puede terminar usted. Así se manejan…”.

"Sí, y por eso estamos acá, porque nos manejamos así”, replicó ella.

Esta avanzada sobre la campaña de vacunación empezó incluso antes de la llegada de las primeras dosis de la Sputnik V, con la consigna de salir a inscribir a la gente para vacunarse.

Se instaló el tema de los antivacunas y se apeló a utilizar famosos para descomprimir el supuesto temor. Pero hoy no cabe la menor duda de que estamos frente a un plan de copamiento y usufructo de la campaña de vacunación, operado a través de una militancia juvenil que sorprende por el grado de excelencia con el cual ha desarrollado todos los vicios de la política “liberal” y sus privilegios, contra la cual despotrica en los papeles.

Si el vacunatorio vip de Ginés firmó su certificado de defunción, sería bueno que estos privilegiados vayan por el mismo camino. La oposición tiene la palabra, aunque el Gobierno cuenta por ahora con la ventaja de enfrentar una coalición sin jefatura única.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP.  

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