Coca-Cola hace saltar las alarmas en España ante la "cruzada" de Garzón

Coca-Cola hace saltar las alarmas en España ante la

El gigante estadounidense ve en los cambios legales, regulatorios e impositivos que marcan la hoja de ruta del Ministerio de Consumo, uno de los riesgos principales para su continuidad comercial en el país.

España pierde posiciones en el mapa comercial de Coca-Cola European Partners y la 'cruzada' del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sigue en el punto de mira del gigante estadounidense. Tradicionalmente, el país había logrado la medalla de oro dentro de la división Iberia -que incluye Portugal y Andorra-, pero este segmento fue el que más lastró a la multinacional el año pasado. Así lo apuntan los resultados de 2020, que rebajan la posición del mercado ibérico del primer al cuarto puesto. Con el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) del 10% de la plantilla española todavía en ciernes, la hoja de ruta del Ministerio de Consumo, que refuerza los controles sobre las bebidas azucaradas, se halla ahora bajo la lupa de la compañía, que hace meses anunció un ajuste de 360 empleos en las fábricas españolas.

En el citado informe de resultados, que Coca-Cola European Partners publicó este jueves, la empresa ha remarcado como uno de los riesgos principales para su "continuidad comercial", en los mercados en los que está presente, las restricciones gubernamentales en sus países de operación. El documento relativo a la evolución de la actividad durante el pasado ejercicio, cuando el beneficio de la multinacional se desplomó un 54,5%, advierte de la notable amenaza de "los cambios legales, regulatorios e impositivos", tres puntos clave en la política que concierne al sector de las bebidas azucaradas, que ha liderado la cartera de Consumo desde que el líder de Izquierda Unida se puso al frente.

Los Presupuestos Generales para 2021, que el Ejecutivo de Pedro Sánchez presentó a Bruselas el pasado octubre, indican que las nuevas medidas recaudatorias que el Gobierno de coalición aplicará en el año en curso inyectarán unos 6.085 millones de euros a las arcas estatales. La 'tasa al azúcar', uno de los proyectos estrella de Garzón, forma parte de este paquete de medidas tributarias que, entre otras estrategias, incluyen subidas de tipos a ciertos productos. Más allá del sector de la alimentación se cuenta, por ejemplo, el Impuesto sobre Primas de Seguro. 

Al cierre de 2020, la facturación del mercado ibérico de Coca-Cola cayó un 22% respecto a 2019, más del doble que la caída que sufrió la división francesa, la segunda peor parada en el pasado ejercicio, que sufrió un descenso del 10%.

Los tambores de un incremento del IVA sobre las bebidas azucaradas y edulcoradas -del 10% al 21%- ya levantó ampollas entre los grandes productores al comienzo del año pasado. La eclosión de la pandemia ha agudizado las suspicacias de las multinacionales sobre estas medidas que llegan en un momento especialmente complejo para el sector en España. Al cierre del ejercicio anterior, la facturación de Coca-Cola European Partners en el mercado ibérico se recortó un 22% respecto a 2019, más de dos veces la caída que experimentó en Francia, donde el descenso fue del 10%.

El coronavirus no amaina y todo apunta a que las restricciones a la movilidad pesarán sobre las perspectivas de Coca-Cola también en 2021. La compañía es contundente. "Las restricciones gubernamentales relacionadas con la Covid-19 y las medidas de distanciamiento social implementadas en muchos de nuestros mercados, así como cualquier recesión económica asociada, podrían tener un impacto directo en nuestros resultados financieros, operaciones, mano de obra y demanda de nuestros productos". Por su parte, el plan presupuestario del Gobierno anticipa que, la subida del IVA a las bebidas azucaradas, repercutirá en una inyección de 340 millones de euros en caja en 2021 y otros  60 millones en 2022.

Más allá de los obstáculos derivados de la crisis sanitaria, el grupo alude directamente a los efectos de los giros en la regulación de los países en los que opera. En concreto, el informe de Coca-Cola habla del viraje en la normativa "sobre empaque, impuestos y esquemas de devolución de depósitos". Respecto al primer punto, la 'cruzada' de Alberto Garzón por desincentivar el consumo de productos con "cierta nocividad" para la salud, incluye extender el etiquetado frontal Nutriscore, que supone aplicar una suerte de semáforo nutricional a los envases de productos de alimentación, en consonancia con la Unión Europea, que ha señalado este modelo como su sistema estándar. Las bebidas edulcoradas entran en el paquete.

Coca-Cola ingresó 2.173 millones de euros al cierre de 2020 a través de su división ibérica, frente a los 2.784 millones que atesoró el año anterior. La Península lidera el recorte, mientras que los resultados en Alemania apenas retrocedieron un 6,5%, en el norte de Europa, un 9,5% y en Reino Unido, un 8,5%. El británico fue el único mercado en el que el grupo registró incrementos en el tercer trimestre de 2020. La radiografía deja a España en una posición crítica en un momento en que la compañía se encuentra inmersa en un plan de ajuste global. 

A fin de acometer esta reestructuración, Coca-Cola reconoce cargos por un total de 368 millones de euros a lo largo de 2020, que incluyen una partida de 202 millones vinculada al plan de ajustes con el que la empresa busca acelerar su competitividad. La estrategia dejará huella en España, donde la firma pretende desprenderse del 10% de la plantilla, un recorte que afectará principalmente a su área comercial y de distribución. En el contexto de la pandemia, el grupo explica la notable caída que ha experimentado la actividad en España al peso de la hostelería sobre su mercado, una fuente de ingresos que se resintió especialmente por las restricciones de movilidad y la caída de los flujos turísticos, dos obstáculos que, a todas luces, seguirán lastrando a Coca-Cola también en 2021.

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