Chivilcoy se recupera luego de la destrucción

Chivilcoy se recupera luego de la destrucción
La mitad de la ciudad sigue sin luz; refuerzan los operativos de seguridad y las clases están suspendidas
"Circulaba por un camino rural y veía cómo la tierra volaba. El auto se movía de un lado para el otro y los postes se caían a mi paso. Pensé en lo peor." Así recordaba Camila Lattanzio el paso de lo que ella define como un tornado por su ciudad. La joven no dejaba de atender a las decenas de familias, unas 200 según los primeros cálculos, que se acercaban a la municipalidad para solicitar asistencia.

Fuera del palacio comunal, la triste realidad. Un millar de árboles caídos, la mayoría de ellos arrancados de raíz como si fueran simples papeles, dibujaban un paisaje estremecedor. ¿Qué tan fuertes habían sido las ráfagas para realizar tal daño? Vientos de más de 140 km/h, que azotaron durante 12 minutos y se movieron en distintas direcciones, fueron suficientes para derribar al menos 1000 especies arbóreas y dejar otras tantas apenas apuntaladas.

Al cierre de esta edición, el servicio de energía eléctrica sólo pudo ser restablecido en un 50 por ciento debido a la caída de decenas de postes de luz, por lo que la ciudad se durmió ayer envuelta en la oscuridad, vigilada por 250 gendarmes y unos 300 policías que montaron un operativo de seguridad para evitar algún posible intento de saqueo.

"Parecía que se venía el mundo abajo" , enfatizó Jorge, un vecino que, azorado, no podía dejar de mirar un centenario árbol arrancado de cuajo en la plaza España. "En 59 años nunca había visto una tormenta de semejante magnitud", agregó. En la retina de los chivilcoyanos aún persistía la imagen viva de esas nubes negras que aparecieron repentinamente alrededor de las 17 de anteayer.

Lo primero que hizo Flavia Flores fue refugiarse en el hall de un banco del centro de Chivilcoy. "Se puso todo negro", recordó. Una vez que el tornado pasó, la mujer se dirigió a su casa, en las afueras del casco céntrico. Y allí estaba lo que quedaba de su techo. Las chapas retorcidas le provocaron escalofríos.

Gracias a la ayuda de familiares y amigos, Flavia y su esposo, Héctor, terminaban ayer de arreglar el techo. Varios martillazos a las chapas y un improvisado nylon sujeto por un neumático que hacía contrapeso permitían cubrir, al menos de manera momentánea, el machimbre que permaneció sujeto a los tirantes.

La vivienda de la pareja fue una de las 200 que sufrieron algún tipo de daño, según confirmó a LA NACION el intendente local, Aníbal Pittelli, quien ayer recorrió la zona de desastre junto al ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, oriundo de Chivilcoy.

Las consecuencias estructurales en las casas tras el paso del tornado fueron desde agrietamientos en las paredes hasta voladuras de techos completos.

"A partir mañana, y tras finalizar el relevamiento arquitectónico, vamos a llevar la asistencia que corresponda a los inmuebles. Vamos a repartir chapas, tirantes y ladrillos", aseguró el jefe comunal. Aunque devastadora, la tormenta no dejó víctimas mortales. Sólo se contabilizaron 18 heridos leves, de los cuales dos sufrieron fracturas, pero estaban fuera de riesgo.

Al caer la tarde, algunas calles permanecían inaccesibles debido a que los árboles obstruían el paso. "Lo más devastado estructuralmente, además de la Agrupación Atlética que ayer fue demolida, fueron los espacios públicos", aseguró Pittelli. El servicio de agua parecía normalizarse y las clases estaban suspendidas.

"Es espantoso ver la ciudad así", resumió el ministro Randazzo, a poco de finalizar la visita a su ciudad natal..

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