En pleno desierto de Atacama, donde el sol brilla más de 300 días al año, se prepara una innovación que busca cerrar el ciclo de la energía limpia. La empresa regional Amffal anunció la construcción de la primera planta industrial en Chile dedicada al reciclaje de paneles solares.
Este paso sitúa al país a la vanguardia de la gestión sostenible de residuos electrónicos, en un momento clave: la inminente entrada en vigencia de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), que exigirá a las empresas hacerse cargo de los aparatos eléctricos y electrónicos que ponen en el mercado. Entre ellos, los paneles fotovoltaicos tendrán un tratamiento especial por su alta presencia en el territorio y su particular composición.
Amffal, con más de tres décadas de experiencia en la gestión ambiental, planea invertir tres millones de dólares en el proyecto. La planta se emplazará en un terreno de dos hectáreas en la Región de Atacama y se espera que inicie operaciones en 2026. Con una capacidad para procesar 345 mil módulos solares al año, esta infraestructura marcará un hito en la economía circular chilena.
Además, la instalación funcionará parcialmente con energía solar, utilizando paneles en sus techos para autoabastecer parte de su consumo eléctrico. Este modelo de autosustentabilidad refuerza el compromiso de Amffal con la transición energética y la reducción de emisiones asociadas al tratamiento de residuos.
Chile contará con la primera planta de reciclaje solar: le darán una segunda vida a los paneles fotovoltaicos. Foto: País Circular.
Reciclar el sol: una nueva etapa para la energía limpia
El auge de la energía solar en Chile dejó una huella visible. En los últimos 15 años, el país multiplicó su capacidad fotovoltaica, convirtiéndose en uno de los líderes regionales en generación renovable. Sin embargo, con la vida útil de los paneles estimada entre 25 y 30 años, los primeros equipos instalados ya comienzan a acercarse a su fin operativo.
Este cambio plantea un nuevo desafío ambiental: ¿qué hacer con las miles de toneladas de paneles solares que dejarán de funcionar? La respuesta está en el reciclaje. Cada módulo fotovoltaico puede valorizar hasta el 90% de sus componentes, principalmente vidrio (74%) y aluminio (10%), además de silicio y cobre. Estos materiales pueden reintegrarse en cadenas productivas, reduciendo la extracción de recursos naturales.
No obstante, los paneles también contienen trazas de metales pesados, como el cadmio, que exigen un tratamiento especializado. Por eso, la planta de Amffal incorporará sistemas de separación y descontaminación para evitar impactos ambientales y garantizar un manejo seguro de todos los residuos.
Más allá de la gestión de desechos, el reciclaje de paneles solares representa una oportunidad estratégica. Permite recuperar materias primas valiosas, fomentar empleos verdes y reducir la dependencia de importaciones de metales. Además, fortalece la confianza pública en la energía renovable, demostrando que su desarrollo puede ser verdaderamente sostenible de principio a fin.
Por qué y para qué se reciclan los paneles solares
El reciclaje fotovoltaico cumple tres propósitos fundamentales: ambientales, económicos y sociales. En primer lugar, evita que toneladas de vidrio, plástico y metales terminen en vertederos o contaminen el suelo. Los módulos solares, al ser productos de gran tamaño y larga vida útil, requieren procesos de disposición complejos; reciclarlos reduce significativamente su impacto ecológico.
En segundo lugar, este proceso permite recuperar materiales estratégicos. El silicio, el aluminio y el cobre reciclados conservan gran parte de su calidad original, lo que disminuye la necesidad de nuevas extracciones mineras y reduce los costos energéticos asociados a la producción de materias primas vírgenes.
Finalmente, el reciclaje fomenta la creación de una cadena industrial sostenible, generando empleo local en regiones solares como Atacama, donde se concentra buena parte de la infraestructura energética del país. También contribuye a la innovación tecnológica, impulsando el desarrollo de maquinaria y métodos más eficientes para la valorización de residuos.
En el futuro, la recuperación de paneles solares podría incluso alimentar nuevas líneas de producción de módulos más eficientes, cerrando el círculo de la economía solar.
Chile contará con la primera planta de reciclaje solar: le darán una segunda vida a los paneles fotovoltaicos. Foto: País Circular.
Un modelo de gestión circular desde Atacama
Amffal, cuya sede central se ubica en Copiapó, construyó su trayectoria combinando innovación con compromiso territorial. Además de la planta fotovoltaica, la empresa avanza en una instalación de pirólisis para neumáticos fuera de uso, destinada a convertirlos en combustibles y materiales reutilizables. Ambas iniciativas apuntan a resolver pasivos ambientales críticos en Chile y anticiparse a las metas de la Ley REP.
Con una capacidad de procesamiento de 13.800 toneladas anuales de paneles solares, el proyecto no solo responde a una necesidad regulatoria, sino que también consolida un cambio cultural: pasar de una economía de descarte a una economía regenerativa.
Cuando entre en operación, la planta atacameña será un referente en gestión de residuos tecnológicos y un símbolo del nuevo horizonte energético de Chile, donde la luz del sol no solo genera electricidad, sino también nuevas oportunidades para un futuro más limpio y circular.
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