Crítico del presente inmobiliario argentino, producto de las políticas nacionales encabezadas por la presidenta Cristina Fernández, el martillero Alejandro Acámpora conversó con “el Retrato…” y afirmó que la situación es consecuencia del “cepo al dólar”. ¿Habrá salida? Por ahora no la ve.

“Hemos seguido con esta pendiente descendiente en el mercado inmobiliario. Hace pocos días, el Colegio de Escribanos de Capital Federal informó una merma del 47% en las operaciones de compra-venta de octubre con respecto a septiembre. Esto hace que en el cúmulo del año, desde la imposición del cepo al dólar, que llegó para quedarse, la baja en algunos lugares ya pase el 70%. Lógicamente, es un panorama muy malo, que no tiene miras de parar”, manifestó de entrada.

Tras confiar que “la gente todavía no se adapta a cambiar la mentalidad y pesificar sus inmuebles”, relató que “se está haciendo muy difícil cerrar operaciones. Salvo quien está apretado y tiene una urgencia, el resto se sienta arriba de sus ladrillos y espera”. Para luego entender que “recién nos acostumbraremos después de tres a cinco años”.

Según dijo, de octubre del año pasado al mes actual hubo un incremento de un 10% del valor de los inmuebles en dólares. Mientras que la contraoferta oscila entre el 5 y el 10%. “Los propietarios no bajan de esos valores. Por eso son contadas las operaciones que se han hecho en pesos. Salvo lo de los inmuebles que están en obras, que tampoco tienen mucha demanda. Porque tampoco se están haciendo nuevas construcciones, sino que se están terminando las que ya habían comenzado”, esbozó.

Con 39 años en la profesión, admitió no ver una salida al problema porque “realmente no la hay”. Opinión que fundamentó al decir que “hasta que no se permita el libre manejo del dólar todo va a seguir igual. Durante los últimos 50 años, la gente ahorró en una moneda dura y fuerte, donde nuestro peso se fue despreciando, con la gran cantidad de quitas de cero”.

La temporada de verano que se aproxima:

Por el famoso “cepo al dólar”, si bien Acámpora manifestó que “no sólo complica al mercado inmobiliario y a la industria de la construcción, sino que también al turismo”, indicó que “el más perjudicado será el que veraneaba en los países de la región. Esa persona ahora se volcará a la Costa Atlántica, por lo que creo que habrá un leve incremento. No creo que sea la excelente temporada que se vislumbra desde Provincia y Nación”.

También sostuvo que “será una temporada de periodos cortos, como viene aconteciendo en los últimos años. De tres a cinco días, no semanas o quincenas. Es la tendencia que se ha visto en los últimos años. Lo que sí podría llegar a pasar es que repitan y se vacaciones dos o tres veces en periodos cortos”.

En ese contexto, aclaró que Mar del Plata siempre es una ciudad accesible para veranear, con relación a otros destinos como Pinamar o Cariló. “Es una plaza para todos los bolsillos. Todos consiguen un lugar acorde al dinero que pueden desembolsar”, expuso.

Por otra parte, mientras la CGT continúa con su reclamo de que las clases empiecen en marzo y no como Provincia y Nación ratificaron, Acámpora también se metió en la polémica: “Que comiencen el 25 de febrero es una piedra que frena el movimiento turístico”.