Las dos caras del oficialismo: festejos en Ensenada y tristeza en Berisso

Las dos caras del oficialismo: festejos en Ensenada y tristeza en Berisso
Los bombos retumbaban y las banderas flameaban al ritmo de las trompetas: todo era felicidad en el bunker Mario Secco ubicado en Avenida Bossinga y Perú, Ensenada. Totalmente distinta era la situación del oficialismo en Berisso: en el punto de reunión de los militantes de Enrique Slezack reinaba la tristeza. La soledad era la protagonista principal, los candidatos ya se habían ido a sus casas y solo quedaban algunos muchachos comiendo una abundante picada.

En Ensenada los militantes de Mario Secco festejaron cortando la Avenida Bossinga. En Berisso los militantes de Enrique Slezack se fueron a dormir temprano. (Fotomontaje: TERCERA SECCIÓN).

Los bombos retumbaban y las banderas flameaban al ritmo de las trompetas: todo era felicidad en el bunker Mario Secco ubicado en Avenida Bossinga y Perú, Ensenada. Totalmente distinta era la situación del oficialismo en Berisso: en el punto de reunión de los militantes de Enrique Slezack reinaba la tristeza. La soledad era la protagonista principal, los candidatos ya se habían ido a sus casas y solo quedaban algunos muchachos comiendo una abundante picada.

“Un acompañamiento muy grande del pueblo de Ensenada, los vecinos no quieren votar candidatos del pasado. Las heridas están cicatrizadas y los ciudadanos quieren seguir creciendo, esta ciudad levantó mucho y la gente apuesta a una nueva década ganada”, expresó el actual intendente en diálogo con TERCERA SECCIÓN.

Mientras tanto, en varias escuelas y clubes ensenadenses se seguían escrutando mesas que ubicaban al Frente de la Victoria con un amplio margen con respecto a las otras fuerzas (aproximadamente el 40% de los sufragios). En los centros de computos berissenses, el recuento no favorecía al oficialismo que tenía a Miguel Enrique Nadeff como primer candidato a concejal, apoyado por la gestión de “Quique” Slezack; el Frente Renovador se hizo fuerte en la ciudad fabril.

Las declaraciones en Berisso brillaron por su ausencia. A la medianoche, en el búnker de la Montevideo y 13 solo había un grupo de muchachos comiendo una picada completa. Mientras tanto, los precandidatos seguían calentitos, pero en la cama.

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