Cristina Robledo, viuda del reportero, cuenta que su hija se siente española y que conoce toda la historia.
A 15 años del crimen del fotógrafo José Luis Cabezas, su mujer, Cristina Robledo, cuenta su vida en Islas Canarias, España, y recuerda la tarea periodística de su compañero y la historia detrás de una de las imágenes más conocidas del reportero gráfico de Noticias. Su hija Candela, que aparece en esa imagen junto a Cabezas, hoy tiene 15 años y casi no tiene relación con el país donde perdió a su padre.
“Perdí casi todo contacto con la Argentina”, admite Robledo en diálogo con PERFIL. “Hombre –resalta como los españoles–, cortar relación definitivamente es imposible, pero me duelen tantas cosas que intento centrarme en mi vida. Esta semana, sólo leí lo que salió a decir un periodista sobre José Luis. Me llamó la atención lo que dijo. No sé quién es ese señor”, dice en referencia a Orlando Barone y su comentario sobre que Cabezas cumplía una “tarea periodística menor”.
—Como mujer de Cabezas, ¿cómo veía usted la tarea periodística de José Luis?
—Yo viví el trabajo que hacía José y le ponía las mismas ganas, entusiasmo y profesionalidad ya fuese para fotografiar una simple flor, a Charly García colgado de un árbol o algo tan cruel como fue el atentado a la Embajada de Israel en el ’92. Disfrutaba lo que hacía, no sé si era bueno o muy bueno, pero intentaba serlo con cada foto. El día que fotografió a Yabrán, estábamos en la playa (de Pinamar) con Gabi –el periodista de Noticias Gabriel Michi– y una amiga, cuando por fin apareció Yabrán caminando con su señora. Nunca, nunca, me hubiese imaginado que ese día iba a ser el culpable del resto de mis días.
—¿Qué es lo que más disfrutaba Cabezas de su trabajo?
—Le apasionaba el ballet, y claro, las fotos de ballet. Disfrutaba andar de “incógnito” para conseguir su trabajo.
—¿Cómo es su vida en Canarias?
—Vivo las cosas que
pasan acá sin olvidarme de lo que viví y de lo que le pasa a mi gente, mis afectos.
Intento hacer mi vida acá.
Me lo merezco y mi hija se lo merece. Estoy bien.
—Candela ya tiene 15 años, era apenas una bebé cuando asesinaron a su padre. ¿Cómo es su relación con la Argentina?
—Candela se considera española. Cuando le digo que vamos a viajar a la Argentina se emociona y se pone contenta. Tiene excelente relación con sus hermanos –hijos del primer matrimonio de Cabezas–, adora a su prima y tiene una relación muy fluida con sus abuelos... Me acordé de José –padre de Cabezas, fallecido en diciembre de 2010– (se emociona)... con su abuela, a pesar de la distancia. Pero no tiene otro vínculo con la Argentina. Gracias a Dios, no estuvo mucho tiempo ahí.
—¿Qué impresión tiene su hija del país?
—La anteúltima vez que viajamos, su abuelo José todavía vivía, vio un país muy inseguro. Yo le hablé tan mal de la policía... En el último viaje, vio mejor al país.
—¿Candela conoce toda la historia del crimen?
—Sí. Lo hemos ido charlando de acuerdo a su edad, con los años. Yo cambié últimamente y decidí poner un punto y aparte, para que no sea tan complicado vivir.
—Una de las imágenes más conocidas de Cabezas lo muestra con Candela, cuando ella tenía apenas meses. ¿Recuerda esa foto?
—Esa foto se la sacó un gran amigo de José Luis, Guillermo, otro fotógrafo de Noticias. Nos invitó porque iban a hacer un quinchito. Fuimos a ayudarle y comimos ahí. Me acuerdo que el hijo de él daba sus primeras vueltas en el triciclo. En esa foto, Guillermo capturó un momento de complicidad entre José Luis y su hija. Yo le di una planta que José me había regalado pero nunca más pude entrar a su casa... me trae recuerdos.
—Los acusados de asesinar a Cabezas están libres. ¿El paso del tiempo cambió su visión de la Justicia, del país y del caso?
—Poco puedo hablar de justicia. Sobre los asesinos, por más libres que estén, cuando caminan por la calle, la gente no se olvida que son asesinos. Fueron, son y serán asesinos el resto de sus vidas, a pesar de la Justicia. Da igual el tiempo que pase, da igual el lugar donde estemos, José siempre será la estrella que nos ilumina. Lo recuerdo todos los días.
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