El proyecto legislativo para que los colegios privados dejen a un lado el uniforme disparó el debate
La propuesta de senadores provinciales del Frente para la Victoria para que en los colegios privados se cambie el uniforme escolar por el guardapolvo blanco abrió el debate entre quienes están a favor o en contra de la iniciativa. Los primeros argumentan que el cambio servirá para fomentar la igualdad entre los alumnos; en tanto los que se oponen aseguran que la “homogeneización” del aspecto de los chicos es una manera de avasallar la libertad de los establecimientos para determinar una de las reglas que consiste en disponer el uniforme que deben llevar sus alumnos. De acuerdo a lo que se fundamentó en el bloque de senadores bonaerenses del FpV, el hecho de que se elimine el uso del uniforme escolar y que se disponga la obligatoriedad del guardapolvo blanco para los alumnos del nivel primario y secundario persigue un sentido “igualitario” y “democratizador”. En ese marco se prevé para las clases de Educación Física vestir equipo de gimnasia azul y remera o chomba blanca. Según explicó Daniel Barrera (FpV), autor de la iniciativa, el uniforme genera marcadas diferencias entre los alumnos, “resulta estigmatizante, además de costoso”. Una ex docente del colegio Nuestra Señora de la Misericordia - 4 y 44 - señaló que el tema sobre la vestimenta de los alumnos tiene distintas aristas que deben ser evaluadas en profundidad, siempre en un marco de respeto hacia las disposiciones de las autoridades educativas. “Los uniformes caracterizan a una comunidad, pero habrá que analizar cuestiones relacionadas con la practicidad de lo vigente y en qué contexto se habla de igualdad cuando se estudian los cambios”, apuntó la docente. En una línea similar en el colegio San Luis las autoridades consultadas señalaron que aún no tienen una opinión formada del tema y en el colegio San José se anticipó que la iniciativa es algo que deberá ser analizado. Con la experiencia de alumnos que usaron guardapolvo blanco hasta hace unos pocos años, en el colegio Padre Castañeda una docente consultada consignó que se optó por usar joggins y remera por una cuestión de practicidad. “Los padres opinaban que el guardapolvo era algo que se ensuciaba con mucha facilidad y que era más cómodo para sus hijos venir con ropa de gimnasia, por eso hace unos 5 años se decidió cambiar”, dijo la docente. En el Colegio Estrada los alumnos también asisten con joggins azul y remera y los docentes consultados opinaron que es una vestimenta que le permite a los alumnos estar cómodos y prolijos. Gustavo García, representante legal del colegio San Cayetano consideró que en ese establecimiento el uniforme es sencillo, no es costoso y tan accesible para las familias como puede ser un guardapolvos. “Acá nunca nadie propuso cambiarlo, aún no hay debate, el uniforme es sencillo consta de una chomba y un pantalón o pollera; si se cambiara a guardapolvo también habría que comprarlo y uno podría plantear por qué no analizar el uso de remeras blancas y pantalones para todos los alumnos”, dijo García. Marcela Díaz, mamá de una alumna del colegio Santa Margarita - 117 y 66 - se mostró a favor de cambiar el uniforme por el guardapolvo blanco, “los chicos irían a la escuela con ropa más cómoda y también podrían acceder al beneficio del boleto escolar”, aseguró la mujer. Una docente del colegio Pilar Virgen del Pilar se expresó sorprendida por la iniciativa: “hace años que tenemos el mismo uniforme y nunca se cuestionó; es algo que les da pertenencia a los chicos y marca cierto orden y prolijidad, los obliga a verse iguales y a que no se ponga cada uno lo que quiera, algo que favorece que no haya competencia por las apariencias”. En ese establecimiento los alumnos concurren con una remera y pantalón azul y las alumnas con una pollera escocesa y remera.
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