La bronca de All Boys rodeó de suspicacias el paso de Arsenal

La bronca de All Boys rodeó de suspicacias el paso de Arsenal
Las horas no aplacaron el ánimo por la eliminación y el arbitraje en la Copa Argentina; "Al minuto me di cuenta de que nos estaban cagando", acusó el DT Julio Falcioni; enojo en el club de Sarandí

Cómo seguir. Qué hacer después de lo que ellos consideraron una gran injusticia. Qué pensar. O, mejor, qué decir. ¿Callarse e implotar o quejarse y sacarse la bronca en los oídos de todos? All Boys lo hizo y no dejó ningún flanco abierto. Transcurrieron muchas horas desde la caída por penales con Arsenal , por la semifinal de la Copa Argentina , en San Juan, y las palabras aún acarrearon ventarrones. Nada se apagó con una ducha ni con unos minutos -apenas eso, seguramente- de sueño. Lo hizo el presidente, Roberto Bugallo, aquel al que no se le borraba la sonrisa. Lo ratificó, por si hacía falta, el DT Julio César Falcioni , siempre con un gesto de concreto, pero nunca con un concepto fuera de término. Y lo sentenció el arquero Nicolás Cambiasso, la voz más aplomada del plantel. Arsenal, el club de los Grondona, quedó en medio de la controversia en una temporada en la que los árbitros están más expuestos que nunca.

Las frases se metieron dentro de una licuadora que salpicó a los protagonistas. Todo por la equivocación de Diego Ceballos, el árbitro, y de Matías Beares, el asistente, que sancionó mal una posición de Carlos Casteglione, que había marcado para All Boys. El partido terminó 1-1 y Arsenal pasó a la final por penales (5-4).

Falcioni rompió su molde en varios medios radiales. "Tengo 40 años en el fútbol y al minuto me di cuenta de que nos estaban cagando. Nos hubieran avisado así nos quedábamos en casa. Tengo mucha impotencia. Todos vieron las cosas que pasaron. Es triste que una Copa Argentina se decida de esta manera." En pleno partido, frente a las cámaras, el DT les pidió a los jueces que crecieran por sus "méritos" y no "por el poder".

Bugallo utilizó Twitter para la descarga. "¡Matías Beares! ¡Muy malo lo tuyo! Así no pensarás ser alguna vez internacional, ¿no?", fue el primer mensaje. Y, enseguida, arremetió: "Acuérdense de Matías Beares. Espero no lo nombren juez de línea internacional porque sería una vergüenza del arbitraje".

Cambiasso no perdió el tiempo. "Hay árbitros que no nacieron para este tipo de partidos [...] Beares me dijo que el gol de Casteglione era válido, pero eso no te sirve de nada porque ya la tenés adentro [...] Ceballos podía haber tomado su propia decisión y no lo hizo [...] No creo que Julio Grondona baje línea para que los árbitros favorezcan a Arsenal, eso lo descarto, pero sí que muchos lo dirigen con miedo a lo que les pueda pasar. Fue un horror, no un error [...] Cada equivocación que favorece a Arsenal se potencia mucho. Todos la potenciamos", comentó el N° 1, en Deportivo Télam.

Las suspicacias se encendieron alrededor de Arsenal en varias fechas (ver aparte). Ramón Díaz -uno de los que más protestó durante todo el campeonato- cargó contra Juan Pablo Pompei tras el 1-1 en Sarandí. También lo hizo Martín Palermo, DT de Godoy Cruz, tras el 0-1, contra Diego Abal: "Si apunta a llegar al Mundial deberá perfeccionarse mucho más".

En Arsenal no se callaron. "No sé qué quiso decir Falcioni. No quiero polémicas, pero no parece correcto justificar una derrota criticando al árbitro", expresó el DT Gustavo Alfaro. El arquero Cristian Campestrini, irónico, aseguró: "Hace seis años que estoy y siempre lo que logramos fue gracias a los Grondona".

Hace rato que el ambiente está enrarecido alrededor de los jueces. El tema se potenció antes del comienzo del torneo Inicial con la salida de Francisco Lamolina del Colegio de Árbitros. Dijeron que Julio Grondona tampoco participaría de las decisiones. Así, el tema se concentró en el ex juez Miguel Scime, Luis Segura (presidente de Argentinos) y Rubén Mattiauda (ex dirigente de Racing). Una de las medidas más fuertes fue el sorteo, que trajo algunos adeptos y muchas críticas. Aunque la polémica se encendió fecha tras fecha. Todos se quejaron. Y justo ahora se viene el superclásico

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