Brasil flexibiliza la regulación para evitar que se acabe el oxígeno

Brasil flexibiliza la regulación para evitar que se acabe el oxígeno

La autoridad sanitaria brasileña permitirá que los cilindros de gas sean llenados con gas medicinal y que se importen sedantes sin necesidad de que tengan la aprobación de los reguladores locales. En Europa, las marchas en contra de los confinamientos y la vacunación se extendieron por varias ciudades de más de cinco países; mientras que Perú superó las 50.000 muertes y se mantiene como el segundo país en América Latina con más decesos en relación con la cantidad de habitantes.

Más de 400 millones de personas en todo el mundo se han vacunado contra el Covid-19, pero aun así la pandemia persiste. En algunos países como Brasil, la tercera ola del brote golpea con más fuerza que nunca y tiene al borde del colapso al sistema sanitario.

En otros lugares del mundo, como Italia y Francia, los confinamientos han regresado y con ellos se han despertado manifestaciones en contra de las restricciones para frenar la propagación del coronavirus. Cada vez son más visibles los movimientos anti-vacunas que se oponen a la limitación de las reuniones y al uso de mascarillas, tal como se evidenció con múltiples protestas en Europa durante el fin de semana.

Desde que comenzó la pandemia, 122,9 millones de personas han contraído el virus en todo el mundo. De estas, 69,6 millones ya se recuperaron y 2,7 millones fallecieron por la infección.

A continuación, las noticias más relevantes del Covid-19 este domingo 21 de marzo:

Las cuatro medidas que tomó la autoridad sanitaria de Brasil para evitar el desabastecimiento

En Brasil temen que haya un desabastecimiento del oxígeno y de los medicamentos contra el Covid-19, ahora que el país atraviesa un repunte de contagios y muertes a causa del brote. La situación llegó al punto que la máxima autoridad sanitaria brasileña anunció una serie de medidas para revertir esa situación.

El sábado, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) indicó que la primera de ellas será permitir que los cilindros de gas industrial puedan ser llenados con gas medicinal. “Para ello, las empresas deben cumplir con algunos criterios de calidad como válvulas probadas y aprobadas, limpieza adecuada de cilindros industriales para eliminar la contaminación cruzada y etiquetado adecuado para gases medicinales”, indicó la institución.

La segunda decisión fue permitir la importación de medicamentos que no están regulados actualmente en Brasil; pero que son indispensables, por ejemplo, para intubar a un paciente o para atender a los hospitalizados en una unidad de cuidados intensivos. El listado incluye sedantes como propofol y midazolam, que han escaseado en varios países del mundo a causa de la pandemia.

“Los medicamentos y dispositivos médicos que se vayan a importar deben estar precalificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o tener una regulación válida en un país que tenga una autoridad reguladora predeterminada”, explicó la agencia.

En ese mismo sentido, Anvisa acortó los procesos para otorgar más rápido el registro sanitario a los medicamentos anestésicos que se produzcan dentro del país y, ahora, muchos insumos pueden aprobarse a través de un método llamado notificación. “La notificación permite que los productos se fabriquen inmediatamente y se pongan a disposición de hospitales y clínicas en todo Brasil. La medida no se aplica a la venta de medicamentos en farmacia”, precisó la agencia.

Por último, la institución cambió el procedimiento para verificar que los medicamentos que se suministren a los pacientes fueron debidamente esterilizados, esto es que se eliminó todos los contaminantes. Ahora, los fabricantes pueden llevar los medicamentos a los distribuidores y a las instituciones de salud sin tener que pasar primero por un control de calidad. Anvisa sostiene que esto “no representa un riesgo para el paciente, ya que se utilizan otras medidas a lo largo de la producción para asegurar la esterilidad del medicamento”. 

La flexibilización frente a la regulación de los medicamentos llega en un momento en el que en varias partes del país ha habido problemas con las cadenas de suministro o, incluso, han faltado los insumos. En São Paulo​, la ciudad brasileña más golpeada por la pandemia en números absolutos, una decena de pacientes fueron transferidos a otro hospital debido a un retraso en la entrega de cilindros de oxígeno por parte de la empresa responsable. En la región metropolitana de Porto Alegre, en el sur del país, por lo menos seis personas infectadas con Covid-19 murieron tras “problemas en la distribución de oxígeno”, según las autoridades locales.

La crisis sanitaria también tiene al borde del colapso a varias unidades de cuidados intensivos en el país. En la ciudad de Río de Janeiro, el 95 % de las camas de terapia intensiva ya están ocupadas. Por eso, la ciudad cerró sus icónicas playas de Copacabana e Ipanema durante este fin de semana.

Y en Recife, en el nordeste del país, muchos pacientes fueron atendidos a las afueras de los hospitales entre el viernes y el sábado. Incluso, en algunos centros clínicos, las enfermeras y los médicos esperaban a las personas en la calle con pipetas de oxígeno por falta de camas para atenderlos dentro del centro clínico.

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