Barack Obama llegó a Cuba y dio inicio a una nueva era

Barack Obama llegó a Cuba y dio inicio a una nueva era

Un paso histórico. Es la primera vez en 88 años que un mandatario norteamericano visita la isla. Se corona así la apertura y acercamiento entre estos dos antiguos rivales. Hoy se reune con Raúl Castro

Por Paula Lugones

En la cima de la escalerilla del Air Force One, Barack Obama abrió un paraguas negro para proteger a su mujer. Sonrió y bajó con ella de a poco los peldaños, sin apuros a pesar de la llovizna, como si quisiera saborear ese momento fundamental en su gestión y en la historia del continente: el jefe de la Casa Blanca puso sus pies ayer en Cuba para sellar el deshielo en las relaciones bilaterales que por más de medio siglo estuvieron al rojo vivo. Es la primera vez que un presidente estadounidense visita la isla en 88 años.

El momento fue tan trascendental para los funcionarios que varios de los que viajaban en la comitiva, incluida la Asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice, se dedicaron a sacar fotos con su teléfono para registrar ese momento histórico. El último presidente en ejercicio que había visitado la isla había sido Calvin Coolidge en 1928.

Obama aterrizó a las 16.19 (las 17.19 en la Argentina). En el avión oficial --y en otros que llegaron poco antes y después-- arribó una imponente delegación de más de 800 personas, entre ellas 31 diputados, 8 senadores y 11 empresarios y miembros de seguridad. Inmediatamente detrás del presidente y Michelle descendieron sus hijas adolescentes, Sasha y Malia, y luego la suegra, Marian Robinson. No es usual que el presidente viaje con su familia pero esta vez nadie quiso perderse ese momento que concentra la atención mundial. De hecho hay casi 2.000 periodistas de todo el planeta acreditados para cubrir la visita.

Obama fue recibido por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, se subió a “la Bestia”, su limusina blindada, y partió rumbo a un hotel a saludar a los miembros de la embajada estadoundiense en Cuba. Pero luego hizo lo que seguramente más ansiaba: se sacó la corbata y, aún bajo la lluvia, se dedicó a recorrer las bellezas de La Habana. Con su familia y guiado por un historiador local, fue primero a la Plaza de Armas. Algunos curiosos le gritaban “¡USA, USA!”. Todos con paraguas en mano en una lluvia que no aflojaba, la familia presidencial fue escoltada por una gran comitiva de funcionarios y miembros de seguridad e ingresaron al Museo de La Habana. Distendido, Obama mascaba chicle y escuchaba las explicaciones del guía junto a su hijas.

Desde allí la comitiva partió a la Catedral en la Plaza Vieja, donde fue vivado por la gente que se había agolpado en las galerías de los edificios coloniales que bordean la plaza. Obama se tomó unos minutos para estrechar algunas manos mientras llevaba su propio paraguas. Dentro de la Catedral lo esperaba el cardenal Jaime Ortega. Para cerrar su noche de bautismo habanero, los Obama cenaron en el paladar San Cristóbal, uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Fue un aval del presidente a este tipo de emprendimientos privados, que con la nueva relación con Cuba busca potenciar.

Hasta hace poco tiempo era impensada una visita de este tipo. Pero Obama y Raúl Castro dieron un paso audaz en diciembre de 2014 y pusieron fin a uno de los vestigios de la Guerra Fría en el continente. En poco más de un año, Estados Unidos y Cuba reabrieron sus embajadas y aflojaron las condiciones para hacer negocios y viajar a Cuba. Ahora incluso hasta parece natural que un presidente estadounidense sea vivado en La Habana. Hasta hace muy poco toda mención al vecino del norte era considerada imperialista.

La agenda de Obama comienza oficialmente hoy por la mañana, cuando el presidente deposite una ofrenda en el monumento a José Martí. Más tarde se reunirá con su colega Raúl Castro en el Palacio de la Revolución, en su tercer encuentro bilateral. Los mandatarios ofrecerán luego un comunicado a la prensa. Más tarde el presidente tendrá un encuentro enfocado en las oportunidades que se abren en Cuba con el reinicio de las relaciones diplomáticas. Allí participarán pequeños emprendedores locales que comenzaron a armar sus negocios hace poco y líderes de grandes compañías estadounidenses como Xerox, PayPal, Marriot, Starwood y Airbnb, entre otros. Por la noche, habrá una cena de Estado en el Palacio de la Revolución.

El martes Obama comenzará el día con un discurso en el Gran Teatro de La Habana. Allí hablará a los jovenes cubanos y les explicará el futuro de la relación bilateral. En un hecho excepcional, el mensaje será transmitido por la televisión cubana en toda la isla. Por la tarde irá al Estadio Latinoamericano a lanzar la primera bola en un partido amistoso entre los Tampa Bay Rays estadounidenses y la selección naciona cubana, el segundo de ese tipo después tras uno que disputaron los Orioles de Baltimore en 1999. Desde el estadio irá directo al aeropuerto para partir rumbo a Argentina.

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