Asocian el consumo de bebidas azucaradas al cáncer de intestino

El consumo de dos o más bebidas azucaradas al día en la edad adulta está relacionado con la duplicación del riesgo de padecer cáncer de intestino antes de los 50 años, al menos en las mujeres, según una investigación publicada en línea en la revista 'Gut'. Y cada porción diaria se asocia a un riesgo un 16% mayor, que aumenta hasta un 32% por porción diaria durante la adolescencia, indican los resultados.

   Los casos de cáncer de intestino diagnosticados antes de los 50 años, conocidos formalmente como cáncer colorrectal de inicio temprano, han aumentado en muchos países de renta alta durante las dos últimas décadas. Pero no está claro el motivo.

   Las bebidas azucaradas, como los refrescos, las bebidas con sabor a fruta, las bebidas deportivas y las energéticas, constituyen la principal fuente (39%) de azúcares añadidos en las dietas estadounidenses, y el 12% de la población bebe más de tres raciones (un cuarto de litro cada una) al día.

   Su consumo excesivo se ha relacionado con un mayor riesgo de obesidad y diabetes de tipo 2. Aunque la popularidad de estas bebidas ha aumentado de forma constante, sobre todo entre los adolescentes y los adultos jóvenes, se desconoce si este consumo podría estar también asociado a un mayor riesgo de cáncer de intestino en la mediana edad.

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   Para explorar esta cuestión, los investigadores se basaron en la información proporcionada por 95.464 participantes en el Nurses' Health Study II, un estudio de seguimiento en curso de 116.429 enfermeras registradas de Estados Unidos con edades comprendidas entre los 25 y los 42 años en el momento de su inscripción en 1989.

   Las mujeres informaron de lo que comían y bebían, utilizando cuestionarios validados de frecuencia de alimentos cada 4 años, a partir de 1991. Y 41.272 de ellas informaron sobre qué y cuánto habían bebido durante su adolescencia (13-18) en 1998.

   También se facilitó información sobre factores potencialmente influyentes, como los antecedentes familiares de cáncer de intestino, el estilo de vida, el uso regular de aspirinas o antiinflamatorios no esteroideos y los suplementos vitamínicos.

   En 1989, se pidió además a las participantes que recordaran su estado de salud, su peso (IMC) y su estilo de vida en la adolescencia. Durante los 24 años de seguimiento, 109 mujeres desarrollaron cáncer de intestino antes de los 50 años. Una mayor ingesta de bebidas azucaradas en la edad adulta se asoció a un mayor riesgo de padecer la enfermedad tras tener en cuenta los factores de riesgo potencialmente influyentes.

   En comparación con las que bebían menos de una ración a la semana, las mujeres que bebían 2 o más cada día tenían más del doble de probabilidades de ser diagnosticadas de cáncer de intestino, y cada ración diaria se asociaba a un riesgo un 16% mayor.

   Entre los 41.272 que informaron sobre sus patrones de consumo en la adolescencia, cada porción diaria se asoció con un riesgo 32% mayor de desarrollar posteriormente la enfermedad antes de los 50 años.

   Sustituir las bebidas azucaradas por bebidas endulzadas artificialmente, café o leche semidesnatada o entera se asoció con un riesgo entre un 17% y un 36% menor de ser diagnosticado de cáncer de intestino antes de los 50 años.

   Se trata de un estudio de observación y, como tal, no puede establecer la causa, sino sólo la correlación. No obstante, señalan que hay algunas explicaciones biológicamente plausibles para sus hallazgos: las bebidas azucaradas suprimen la sensación de saciedad, con lo que se corre el riesgo de un consumo excesivo de energía y el consiguiente aumento de peso.

   Estas bebidas también provocan un rápido aumento de la glucosa en sangre y de la secreción de insulina, lo que, a largo plazo, puede inducir resistencia a la insulina, inflamación, obesidad y diabetes de tipo 2, añaden.

   Los nuevos datos sugieren también que la fructosa puede alterar la función de la barrera intestinal y aumentar la permeabilidad del intestino, lo que podría favorecer el desarrollo del cáncer, sugieren los investigadores.

   "El consumo de bebidas azucaradas puede contribuir a la creciente incidencia de cáncer de intestino de aparición temprana --sugieren--. La reducción de la ingesta y/o la sustitución por otras bebidas más saludables entre los adolescentes y los adultos jóvenes puede ser una posible estrategia de acción para aliviar la creciente carga de cáncer de intestino antes de los 50 años", concluyen.

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