Arsat-1 marcó un antes y un despúes para la industria argentina vinculada a lo satelital

Arsat-1 marcó un antes y un despúes para la industria argentina vinculada a lo satelital

La necesidad de impactar en el mercado de las telecomunicaciones agregando valor con una promisoria industria argentina vinculada a lo satelital tuvo, en la puesta en órbita del primer satélite geoestacionario nacional, Arsat-1, un hito para la "inclusión social e igualdad para todos los argentinos", afirmó el presidente de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (Arsat), Matías Bianchi.

"En Arsat definimos como misión poder impactar en el mercado de las telecomunicaciones agregando valor y generando bienestar para los argentinos, porque creemos que tenemos que hacer que el mercado funcione distinto", dijo Bianchi en un reportaje con Télam en las oficinas que la empresa tiene en el cilíndrico edificio "Rulero".

Arsat-1 fue lanzado el 16 de octubre desde Guayana Francesa y puesto en órbita geoestacionaria a 36 mil kilómetros de la Tierra, tras un sostenido proceso de desarrollo iniciado cuando el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner resolvió defender las posiciones orbitales 72 y 81, que culminó con la fabricación del satélite en la empresa rionegrina Invap.

"Lo primero es definir el objetivo: si se quiere inclusión social e igualdad para todos los argentinos", queda implicado que hay que llegar a todos lados, definió el presidente de Arsat.

Bianchi comentó que "a pesar de que somos muy chicos en términos de facturación respecto a los grandes, y a que el mercado mayorista está integrado verticalmente, con el simple hecho de que tenemos las redes ya empieza a cambiar el juego" en el mercado de las telecomunicaciones.

En 2016, Arsat conectará una red de dos satélites, 58 mil kilómetros de fibra óptica, un centro de datos al doble de la superficie actual y 120 torres de Televisión Digital Abierta (TDA), que darán cobertura gratuita al 85 por ciento de la población con antenas de aluminio, y a un 15 por ciento -"unos 100 mil usuarios mirando a nuestro satélite"- con plato receptor.

Los servicios, para públicos y privados, incluyen aspectos tan diversos como la cobertura para 1500 escuelas rurales, el control de pesqueros que Prefectura Naval Argentina hace en las 200 millas marinas y datos para procesar la tarjeta de transporte SUBE.

Si en los '90 fueron 1.000 los kilos puestos en el espacio, serán 13 mil los estimados para colocar en el quinquenio 2011-2016.

"A diferencia de gobiernos que decidirían comprar un satélite afuera, lo que en las primeras instancias puede resultar más barato en la ecuación económica, se puede elegir el camino de hacerlo acá, con todas las implicancias", planteó Bianchi.

El presidente de la empresa estatal de soluciones satelitales reivindicó el histórico proceso de investigación, desarrollo y producción que "indica que hay una industria vinculada a lo satelital, con sectores a conectar".

Es un camino que se inició y consolidó en la Comisión Nacional de Energía Atómica, desde donde se creó Invap; por la serie SAC de satélites de observación de la Tierra de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales; con el primero de telecomunicaciones, el Arsat-1, cuya fabricación en Bariloche motivó la creación del Centro de Ensayos Tecnológicos Ceatsa, de gran envergadura.

Se trata de empresas que "en todo el mundo están solventadas por el Estado, muchas tienen que ver con la industria militar, y Argentina está haciendo tanto satélites de telecomunicaciones como de observación terrestre en la industria civil, lo que tiene un valor agregado", consideró.

"Cuando firmamos la póliza de seguro del Arsat-1, dijimos que fue el hito de entrada a la industria satelital", contó.

El certificado "Hecho en Argentina" implica, además, el desarrollo de proveedores nacionales para la industria satelital, por ejemplo, de paneles solares y otras tecnologías.

Bianchi historió la creación de Argentina Satelital Sociedad Anónima por una ley en 2006 que se propuso "cuidar las dos posiciones orbitales de Argentina, la 81 y la 72".

Pero además, destacó el hito de "hacerlo con satélites hechos en la Argentina, por lo que se contrató a Invap para el desarrollo, y llegar a todos los puntos del país para más tarde desarrollar y operar la infraestructura de la Televisión Digital Abierta".

A esa infraestructura debe sumarse el desarrollo de la red federal de fibra óptica, con un tendido que alcanzará los 58 mil kilómetros, y una central de datos para dar Internet, que será el cerebro de esa red interconectada desde la estación terrena de Arsat, en Benavídez.

"Tenemos un rol social y somos una sociedad anónima (integrada en un 98% por el Ministerio de Planificación y un 2% de Economía) con el objetivo de cuadruplicar la facturación en cinco años, que no es más que cuadruplicar los servicios y que implica triplicar la cantidad de empleos, la mayoría, de profesionales", concluyó Bianchi.

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