Aprobaron la ley de muerte digna en la provincia de Buenos Aires

La norma es de adhesión a la aprobada en mayo pasado por el Congreso Nacional y protege la voluntad del paciente y su familia al permitir el rechazo a tratamientos que no sirvan para mejorar su estado de salud en situación terminal.
Nadie debería sufrir este calvario. Pido una Ley de Muerte Digna", las palabras fueron dictadas a principios de 2011 por Melina González a su madre. La joven de 19 años padecía una enfermedad degenerativa del sistema nervioso, y pedía ser sedada para no sufrir más. Su caso fue el primero en ser visibilizado y llevado como bandera en la lucha por la dignidad en el último tramo de la vida. Ayer, su historia también fue recordada en la legislatura bonaerense cuando, por unanimidad en la Cámara de Senadores, la provincia adhirió a la Ley nacional de Muerte Digna, aprobada en mayo de este año.

La herramienta legal protege la autonomía de voluntad del paciente terminal al permitir el rechazo a tratamientos que no sirvan para mejorar su estado de salud, e impedir así el encarnizamiento terapéutico y la prolongación de la agonía. La ley establece que si el enfermo no estuviera en condiciones de tomar esa decisión podrá hacerlo su representante legal o bien sus familiares.

"Ya estamos trabajando en un protocolo de atención para implementar la nueva normativa en todos los hospitales de la Provincia", aseguró el ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia, quien tras la media sanción en Diputados había comenzado a trabajar con el autor del proyecto, Marcelo Feliú (FPV-PJ) y el representante del FAP, Marcelo Díaz, para sentar las bases de la futura reglamentación, que tendrá al ministerio de Salud como autoridad de aplicación.

Con respecto al trabajo de los profesionales de la salud, la ley contempla la objeción de conciencia, es decir, que el médico se niegue a ser partícipe de las prácticas médicas contempladas en la norma. "Pero en ese caso, los establecimientos de salud de la Provincia deberán garantizar que otro profesional esté dispuesto a llevarlas a cabo", explicó Cecilia Pozo, coordinadora del programa de asistencia médico legal.

"Cuando presenté el proyecto sabía que el camino sería difícil, pero el país empezó a transitar la posibilidad de tratar temas tabúes como la muerte", dijo Feliú a este diario. “La adhesión bonaerense me llena de felicidad porque al fin se reconoce el derecho de autonomía de las personas con relación a cómo vivir, cómo morir y cómo transitar el desarrollo de una enfermedad terminal”, señaló el funcionario.

"Es un día de festejo para miles de personas que están sufriendo sin reparo", aseguró Selva Herbon, mamá de Camila Sánchez, la niña que permaneció tres años en estado vegetativo luego de una mala praxis durante el parto, y que este año gracias a la Ley de Muerte Digna, fue desconectada. La mujer expresó que la ley "permitirá la ampliación de los derechos de los pacientes en situación agónica, terminal e irreversible. Espero que sea contemplada en las provincias." «

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