Lejos de soltar amarras e irse a un nuevo destino, el buque regasificador seguirá por tiempo indeterminado en la ribera del río Paraná de las Palmas para proveer de gas natural licuado (GNL) al Conurbano bonaerense. Al menos, eso es lo que espera la gerenta general para Argentina de la compañía Excelerate Energy, Gabriela Aguilar, quien consideró que la terminal emplazada a la altura del kilómetro 70 se quedará en Escobar “varios años más”.

A diferencia de lo que se había anunciado en 2017, el barco fue cobrando mayor importancia en el mapa energético nacional y recibió cada vez más cargamentos de gas, provenientes de diferentes partes del mundo. De hecho, desde la partida del buque que estaba dispuesto en el puerto de Ingeniero White (Bahía Blanca), aumentó su operación y llegó a batir récords.

A nueve años de su arribo, muy cuestionado por vecinos y organizaciones ambientalistas, el buque regasificador sigue siendo un puntal de la política energética argentina. Su presencia representó un ahorro de u$s12.000 millones desde 2011, ya que posibilitó un menor consumo de combustibles líquidos para la generación eléctrica y una baja en las importaciones provenientes de Bolivia.

“La previsión es estar por varios años en Escobar. Tenemos un contrato de largo plazo y operamos todo el año. Todavía no hay una capacidad de transporte que cubra el pico máximo de Buenos Aires y Gran Buenos Aires. Argentina tiene servicio de pico y garantía del sistema durante todo el año”, anunció la directiva de la empresa estadounidense a Ámbito Financiero.

“El buque tiene dos funciones: como si fuese el seguro del auto, por si pasa algo, ya sea por mantenimiento en yacimientos; o por un pico de consumo, como en invierno, cuando el gas transportado por gasoductos no alcanza y se necesita inyectar más en el AMBA”, explicó Aguilar, que también es vicepresidenta de las operaciones del país en Sudamérica y acumula tres décadas de experiencia en el rubro energético.

“Si viene un frente frío, en dos horas podemos abastecer hasta 25 millones de metros cúbicos. El récord de este año fue 23,2 millones y el del año pasado fue 22,4 millones. El barco pueda dar más, pero se necesitan ajustes del sistema. Podemos dar hasta 24,5 millones”, agregó.

La compañía fundada en 2005 por el magnate estadounidense George Kaiser cuenta con 85 empleados que prestan servicio en el puerto del partido de Escobar. Toda la tripulación es argentina y siguió trabajando durante la llegada de la pandemia al país.

“Estamos orgullosos, porque tuvimos una operación fantástica, con rotación de personal y cumplimiento de protocolos por el coronavirus. No tuvimos problemas ni un solo día”, concluyó Aguilar.

“Vivimos en grave peligro”

La ONG SOS Humedales Escobar emitió días atrás un comunicado en el que cuestiona la permanencia del buque regasificador en el Paraná de las Palmas, enfatizando el daño ambiental que genera y lo riesgoso que puede llegar a ser para la población circundante.

“Cada día los vecinos y las vecinas de Escobar vivimos en grave peligro. Tenemos en nuestro partido la desgracia de contar con el único puerto regasificador del mundo ubicado sobre un curso fluvial, en la región más poblada del país y a pocos centenares de metros de casas y urbanizaciones”, afirma el texto.

El documento también expone que “la posibilidad cotidiana de un accidente, un incendio o un atentado es una amenaza que cada día se cierne sobre la vida de miles de personas. La permanencia de este puerto, instalado en 2011, es una demostración del profundo desprecio por la vida por parte de todos los gobiernos de turno, que desde entonces vienen haciendo oídos sordos a las advertencias y denuncias contra esta verdadera bomba de tiempo. Nos preguntamos: ¿Este es el Estado que dice cuidar a la gente?”.

El comunicado, que es más largo y abarca la temática de los humedales, lleva la firma del Centro Cultural Comunitario El Bondi, de Ingeniero Maschwitz; la Agrupación Coral de Suteba Escobar; Tierra para vivir en Marabunta, la Asamblea Dique Lujan y Villa la Ñata, Ecocampana, la comunidad Charrua Bojan, la comunidad Tacuabe, Dique Nativo y el Espacio de Reflexión Política Antifascista (ERPA).