El publicista Pablo Beas es Director de Inteligencia Creativa de la consultora Shopper Latam y se maneja como pocos en la complejidad del mundo de los almacenes: ha conocido la realidad de comercios de barrio en países como Chile, Colombia y Argentina, y hoy es una de las cabezas creativas detrás de las clases de la Academia Coca-Cola, una plataforma que capacitará a más de tres mil dueños y dueñas de negocios, no solo para que vendan más, sino para que vendan mejor.

El primer encuentro de Pablo con el llamado “canal tradicional” ocurrió a los ocho años, cuando revendía los dulces que compraba en el negocio de Don Manolo, a unas cuadras de la casa de Vichuquén donde veraneaba. “Ahí partí mi relación con los almacenes y le tomé el gustito”, confiesa. Años después, como profesional se volvió a encontrar con ellos cuando trabajó en el área de marketing de Coca-Cola Andina, donde conoció el poder que tiene ese tipo de emprendimientos.

Pablo Beas, Speaker Academia Coca-Cola. Foto: Pablo Vera-Lisperguer/ Coca-Cola Journey/ Factstory Agency

“Descubrí dos cosas: que el almacén es un centro comunal, antes de los celulares por ejemplo existía el teléfono del almacén y cuando te llamaban iban a buscarte a tu casa; y que el almacén se transformó en un nuevo medio de comunicación multisensorial, donde se puede ver, oír, oler y tocar en torno a una venta; por tanto, si implemento bien el local, va a funcionar bien”, explica el publicista y coach de la Academia Coca-Cola.

Pablo Beas detalla que, a lo largo de siete módulos virtuales, los participantes de la academia van a entender que un buen negocio siempre genera utilidades, por lo que hay que emprender todos los días: “Un almacenero no puede ser estático y tiene que estar inventando cosas nuevas siempre. Vamos a enseñarle a los almaceneros a vender más y mejor. Vender más, haciendo que más gente vaya al local; y vender mejor, vendiéndole a quienes compren más productos de los que pensaban”.

El experto en marketing explica que es fundamental crear ocasiones de consumo donde sus productos sean los protagonistas, desarrollando la capacidad de observación, porque “un almacenero tiene que aprender a leer a su cliente”. Además, no es bueno tenerle miedo al retail ni a la digitalización. “La idea es abrirle los ojos al almacenero, que le pierda el susto a lo nuevo. Por ejemplo, la entrega a domicilio no tiene por qué llamarse ‘delivery’, basta con ponerle cariño y buscarle otro nombre: ‘Don Manolo a su casa’, por ejemplo”.

A mejorar

 

Uno de los objetivos de la Academia Coca-Cola es que almaceneras y almaceneros aprendan a mejorar distintos aspectos relacionados con gestión contable, liderazgo, marketing y conciliación de trabajo y familia. Para eso, Pablo Beas distingue tres puntos a potenciar para aumentar el desempeño y elevar las ventas de un almacén.

Lo primero es leer a los clientes y saber qué comprar para satisfacer sus necesidades. Lo otro, estar siempre preocupados de llevar un correcto manejo contable, con registro y estrategias de ventas. Por último, hay que mantenerse constantemente preocupados por el local. “Siempre recomiendo ponerse en los zapatos de los clientes, analizar la iluminación, los olores y la música. Además, es importante crear ocasiones de consumo a través de la disposición de ciertos productos. Por ejemplo, hay productos de impulso que se ponen cerca del público, porque si un chocolate está frente mío, es más fácil que lo tome que si lo ponen detrás de la caja”, explica el coach de la Academia Coca-Cola.