130.000 personas en el festival Lollapalooza en San Isidro

130.000 personas en el festival Lollapalooza en San Isidro
El evento mundial más importante de rock alternativo, punk, rap e indie se presentó por primera vez en el país. Se realizó el 1 y 2 de abril en el Hipódromo local. El cierre multitudinario estuvo a cargo de los Red Hot Chili Peppers. El intendente Gustavo Posse asistió al espectáculo.
Desde finales de 2013, cuando se anunció la noticia, los fanáticos de la música alternativa esperaron impacientes que llegaran estos días y la respuesta no fue menor: más de 130 mil personas asistieron al Lollapalooza, uno de los festivales de música más importantes del mundo desde 1991, que se presentó por primera vez en la Argentina, con San Isidro como sede. La cita fue en el Hipódromo local los días 1 y 2 de abril.

El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, se hizo presente durante las jornadas en las que desfilaron por los distintos escenarios más de 40 grupos internacionales y nacionales, entre los que se destacaron Red Hot Chili Peppers, Soundgarden, Nine Inch Nails, Arcade Fire, Pixies e IKV, entre otros.

“Estamos felices de contar con un festival de esta magnitud. Cumplimos con todas las normativas ambientales, como el consumo medido de energía, el nivel de decibeles, la seguridad y el acceso de transportes”, celebró Posse. “Recibimos más de 130 mil personas para que disfruten estos 3.300.000 metros cuadrados de verde que, estos dos días, ponen al Partido en el ojo del mundo.”

Enrique Olivera, presidente del Jockey –club al que pertenece el Hipódromo–, explicó que el predio se preparó “extraordinariamente bien”. Y agregó: “Es un placer hospedar un evento de nivel internacional, que es para toda la familia. Estoy feliz por la oportunidad que se le brinda a la gente de presenciar tantos grupos musicales de primer nivel, algo inédito para San Isidro”, concluyó.

En la carpa que el Municipio levantó durante ambos días, y con Soundgarden como música de fondo, la conductora y modelo Karina Mazzoco –madrina del Centro de Estimulación Temprana de San Isidro “El Nido”– comentó: “Se los ve a todos muy felices y disfrutando. Este distrito demuestra, una vez más, el nivel cultural que tiene y lo nutrido que es”.

Las dimensiones del Hipódromo sanisidrense –con su entorno arbolado y el enorme espacio de césped–, sumado a la seguridad que hay en San Isidro, la limpieza de la zona y la accesibilidad para los automóviles fueron los factores que determinaron que los responsables de la organización se decidieran en la elección del predio.

“Nuestros socios americanos nos comentaron que el lugar es de lo mejor que han visto en todas sus ediciones, en el nivel mundial. La historia de los festivales en la Argentina no había sido tan satisfactoria, hasta este momento, porque justamente nunca se encontró un predio que tenga tantas comodidades como éste. El apoyo del intendente y su grupo de trabajo fue vital para lograr el resultado que obtuvimos”, destacó Marcelo Figoli, presidente de Fénix Entertainment Group, la empresa que produjo el evento junto con Perry Farrel –creador del Lollapalooza y líder de Jane's Addiction que estuvo presente ambas jornadas–, William Morris y C3.

Desde los días previos al Lollapalooza, se desplegó, para la protección de los vecinos y visitantes, un importante operativo de seguridad con 200 policías adicionales en la vía pública y 100 inspectores de tránsito para preservar la tranquilidad de los barrios aledaños al Hipódromo. Además, se llevó a cabo un estudio referido al impacto acústico.

También, para preservar la limpieza y cuidado del ecosistema, la Municipalidad entregó 300 contenedores para papel, cartón, plástico y residuos, dijo Federico Bereziuk, subsecretario de Espacio Público. “De la limpieza y mantenimiento del perímetro del Hipódromo participaron 80 empleados municipales”, agregó.

Otra propuesta del Festival fue Espacio Verde y el programa Rock and Recicle, un sector pensado para generar conciencia sobre el cuidado del ambiente y la sustentabilidad. Había stands donde ONGs mostraban su trabajo y voluntarios que, además de divertirse, orientaban a la gente para que depositara los deshechos según el material y así pueda reutilizarse.

Con cuatro gigantes escenarios montados de espaldas a las avenidas Centenario y Unidad Nacional, como principal atracción, el Lollapalooza mostró por qué también es distinto a los eventos que se hacen en el país y armó muchísimos stands para comer, beber, descansar, jugar, pasar un buen rato en familia y trabajar –inclusive– para aquellos que cubrían los shows.

Además estuvo el original espacio Kidzapalooza, abierto para que toda la familia disfrute el Festival, con contenidos y actividades especialmente pensadas para los más chicos como clases de yoga, de plástica, talleres para hacer juguetes con materiales reciclables y pintar un mural comunitario. “Este es un lugar exclusivo para chicos; hasta tiene su propio line up (agenda) de recitales. La idea es que todos la pasen bien y que la familia entera pueda venir”, comentó Jorgelina Aguirre, coordinadora de Fénix.

Paola Ader se acercó desde Pilar con su marido y sus hijos, Matías de 12 y Lucas de 15. “Vinimos a ver los grupos que le gustan a los chicos y a nosotros. Recién comentábamos con mi marido que nos emociona venir acá con ellos. Hace un montón que sacamos las entradas y estábamos esperando ansiosos”, dijo sonriente esta mamá rockera de 44 años.

Darío Panico, también viajó desde La Plata con su hijo, Nicolás de 11 años. “Lo traje porque es fanático de los Red Hot. Estamos muy contentos, nos encanta el lugar, está buenísimo que sea al aire libre”, comentó mientras se apuraban para entrar al predio.

En ese mismo marco, la Municipalidad de San Isidro se hizo presente con su stand donde hubo información respecto de los programas y acciones de las áreas de Juventud, Cultura, Turismo, Integración Comunitaria y Niñez, Adolescencia y Familia.

Dos días con la mejor música

Aquellos apasionados por la música comenzaron, el primer día, con el pie derecho tras el maravilloso cierre de la banda canadiense Arcade Fire que con su onda disco hizo bailar a los más de 50 mil asistentes. Un rato antes, los Nine Inch Nails brindaron una presentación electrizante.

En la segunda jornada, sobre el Mainstage 2, más de 80 mil personas quedaron boquiabiertas con la energía de Soundgarden, que hizo sonar algunos de sus éxitos como “Black Hole Sun” y “Like Suicide”. Como sorpresa tuvieron, detrás de la batería, a Dave Krusen, primer baterista de Pearl Jam, en reemplazo temporal de Matt Cameron.

El esperado cierre, y plato fuerte del Lollapalooza, fue sin dudas el recital que dieron los californianos Red Hot Chili Peppers que, en su sexta visita al país, repasaron sus mejores clásicos como “Give It Away”, “Californication”, “Otherside”, “Me And My Friends”, “Snow” y “Under The Bridge” para un público extasiado, que no paró de saltar.

Entre la gente, sentada sobre el pasto, estaba Marcio Masino, que viajó desde Tucumán. “Esta es una gran oportunidad para ver bandas que nunca vinieron. Los Red Hot son como la frutilla del postre. El lugar es muy bueno, el entorno, el verde, es impresionante. Además está muy bien organizado, los recitales empiezan puntuales”, dijo emocionado, mientras ojeaba el folleto del line up para elegir qué banda escuchar.

Santiago Viñaroli y Agustín Negeri, amigos y vecinos de San Isidro, sólo tuvieron que caminar cuatro cuadras para disfrutar el Festival. “Esto es mortal, hay mucha variedad para elegir y muy buena onda”, comentó Santiago, eufórico. A su lado, Agustín remató: “Hay pocos lugares como éste con tanto verde. Me alegro que se pueda disfrutar en San Isidro, que es un lugar único”.

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