Soaje Pinto, Guillermo Moreno y el blanqueo

Eduardo Anguita

Si Moreno va a jugar un papel fuerte en esta etapa, sería bueno que se hiciera un buen diagnóstico de la situación.

El secretario de Comercio Guillermo Moreno no salía con frecuencia en entrevistas periodísticas. Sin embargo, el domingo fue a Canal 7, al programa 6,7,8. Allí hizo referencia a un episodio, no menor, que jamás fue recogido por los medios opositores: la presencia de José María Soaje Pinto en Papel Prensa. El espantoso espectáculo fue el 14 de julio de 2010. Aquel día, Moreno y Daniel Reposo (síndico general de la Nación) se habían apersonado en las oficinas de Papel Prensa en la Ciudad de Buenos Aires cuando estaba convocada una audiencia en la que el gerente de Finanzas de la compañía, Daniel Aguirre, debía responder a acusaciones de corrupción. Soaje Pinto, abogado de Aguirre, le tiró unas trompadas a Moreno y a Reposo. Se suspendió la audiencia y, tras cartón, denunciaron a Moreno como el agresor. La pequeña trifulca le servía a Aguirre para que la audiencia no se hiciera. Pero los medios ligados a Clarín y La Nación propalaron la historia pergeñada por Papel Prensa. Por supuesto, sin mencionar que Soaje Pinto era de la Triple A y fue acusado formalmente como uno de los responsables del secuestro y ejecución de Daniel Winer, estudiante de Ingeniería y militante del Partido Comunista Revolucionario en noviembre de 1974.

Hablar de esto no es esquivar los temas actuales. Sino que ponen en contexto y sirven para diferenciar enojos –o modales que pueden no gustar– de la crueldad y la criminalidad en algunos momentos de la Argentina. Dejar de lado la historia es olvidar desde qué lugar se para cada cual para analizar la coyuntura. Y las diferencias del momento sirven para evaluar cuánto uno se distancia con la trayectoria de cada uno. Quien escribe estas líneas en más de una oportunidad dijo en radio o escribió que la Secretaría de Comercio Interior tiene demasiadas cosas bizarras. Una de ellas, por caso, es que la página web de entrada a esa secretaría –clave para los consumidores y ciudadanos– ofrece sólo los informes de Papel Prensa, el Registro de Fabricantes y Comercializadores de Pasta Celulosa y Papel para Diarios, además de otros dos rubros (Biodiesel y requerimientos para empresas que quieran radicarse en Tierra del Fuego). La verdad, el acceso a la información pública requiere una mirada muy distinta a la que tiene la página institucional de Comercio Interior, así como también la de Comercio Exterior. Hay otras, muchas, páginas web de oficinas públicas que brindan información imprescindible para los usuarios en general y para los comunicadores en particular.

Quien escribe no se dedica a dar consejos, pero si Moreno va a ser una de las principales caras visibles de la creación de los dos bonos que permiten blanquear dólares, sería importante que cambiara su comunicación. Por una razón sencilla: los medios opositores no lo quieren a Moreno, algunos porque Moreno juega un papel clave en la democratización (de fondo) de la concentración en la propiedad de medios y otros porque no creen en las cifras que brinda. Además –hasta antes de su aparición del domingo, distendida–, las formas en que aparece públicamente no ayudan a que le crea alguna parte (no todos) de quienes apoyan al gobierno.

La base del periodismo –y parece que tanto a Moreno como a otros funcionarios esto no le hace mella– es poder tener información confiable para poder transmitírsela a la sociedad. No todo entra en el juego binario de amigos-enemigos. Ahora bien, Moreno es sin duda un cuadro político. Los mismos empresarios se ocupan de decir que no es corrupto. Y en el caso con Soaje Pinto, fue claramente el agredido. Para tratar de ver el nivel de distorsiones dantescas de los medios opositores, mientras 6,7,8 recibía a Moreno, Jorge Lanata se las ingeniaba para explicar el tamaño de la caja fuerte de Néstor Kirchner en su casa de El Calafate. Patético. Tratando de hacer creer que alguien que se hizo una caja fuerte antes de ser presidente de la Nación había pensado en un lugar para esconder fortunas mal habidas. Una troupe de periodistas acompaña a Lanata y a su dispar producción periodística. El gran problema es que lo sigue muchísima gente (basta ver los niveles de rating) y en estos días se está construyendo otro elemento venenoso: sostienen que los dólares no van a volver "porque falta credibilidad".

La credibilidad que quieren destruir esos sectores. Pretenden demoler lo hecho en estos años en materia económica y social sin hacer públicos cuáles son sus planes. Sin embargo, no hay que ser un genio para saber que pretenden reinstaurar los privilegios de las minorías.

1974, FACULTAD DE INGENIERÍA. La historia de Daniel Winer remite a una tragedia, en serio, cuyas ramificaciones no terminaron ni por asomo. "Cuando tengo ese incidente en Papel Prensa –dijo Moreno en 6,7,8– con (José María) Soaje Pinto, lo vuelvo a ver (a Miguel Ponce, otrora presidente del Centro de Estudiantes de Ingeniería La Línea Recta), y me dice 'Guillermo, acabás de tener una discusión con el integrante del Comando Mazorca de la Triple A que mató a Daniel Winer', que era el jefe de la Juventud Comunista Revolucionaria."

Este cronista repasó los artículos publicados por Tomás Eliaschev y por Rubén Pereyra en dos ediciones de Veintitrés de noviembre de 2012. Allí se detalló esta historia en la cual Miguel Ponce fue una fuente de información clave. Pese a lo preciso de esas dos notas, llamé a Ponce, conocido de aquellos años. Winer era un dirigente que había estado en prisión durante los años de Onganía y Lanusse, que regresó a Ingeniería tras la cárcel y que, en noviembre de 1974, se presentó a dar un examen. Es más, había dejado la libreta universitaria en manos de la mesa examinadora cuando fue capturado por cuatro personas y sacado de la facultad por unos túneles secretos. Dato no menor: desde el 1 de julio de 1974 presidía el país María Estela Martínez de Perón y en septiembre había dispuesto que Alberto Ottalagano fuera el interventor de la UBA. A su vez, Ottalagano mandó "decanos normalizadores" (¡qué nombre!) y hasta interventores en los centros de estudiantes. En Ingeniería, el decano desplazado era Jorge Roulet y el presidente del Centro de Estudiantes desplazado era Miguel Ponce. Ambos radicales. Lo siguiente se lo transmitió de inmediato un trabajador no docente a Roulet: el grupo de personas que se llevó a Winer estaba integrado por Jorge Recio (interventor del centro de estudiantes), Soaje Pinto y otras dos personas de apellidos Boccardo y Peralta Tanco. Roulet se lo contó también enseguida a Ponce. Winer apareció al día siguiente baleado. Se hizo cargo el Comando Mazorca de la Triple A. Se inició una causa judicial, Ponce dio testimonio de ello. En 1974, los estudiantes de Ingeniería, entre ellos Moreno, conocían a Ponce, quien pudo seguir su vida, recibirse, estudiar también Psicología Social y hacer un posgrado en Bolonia en temas de tecnología.

MORENO Y PONCE. Vueltas de la vida hicieron que Ponce entrara a la Cámara de Importadores de la República Argentina, a cargo de las Relaciones Institucionales, y que un día, hace unos tres años, fuera con otros directivos de esa cámara a una reunión donde estaba el secretario de Comercio Interior. Horas después, el celular personal de Ponce sonó. Era Moreno y lo saludó con una amabilidad no carente de palabras fuertes. Es decir, con puteadas en clave amistosa. "Venite el lunes a las siete y media a mi oficina con el presidente de la cámara", le dijo. En ese entonces, ya Moreno les planteaba a sus interlocutores que el dólar era un dolor de cabeza muy fuerte. Los de la Cámara de Importadores le sugirieron desdolarizar el comercio binacional. Algo que probablemente Moreno conocía, pero ahí mismo lo llamó a Néstor Kirchner (en presencia de los miembros de la cámara) y le transmitió la idea con entusiasmo. Sin duda, por el relato de Ponce, al menos ellos se entusiasmaron por el tono de Moreno.

Pasados unos meses, cuando Ponce leía temprano los diarios en su casa, se enteró del entredicho de Papel Prensa en el que aparecía el nombre Soaje Pinto. Le temblaron las piernas. Era el mismo tipo denunciado por el secuestro de Winer en 1974. Ese tipo se metamorfoseaba: de secuestrador de la Triple A se convertía en abogado de Papel Prensa. Ponce llamó a Moreno y le transmitió lo que este contó el domingo en 6,7,8.

CAMBIOS, PESOS Y DÓLARES. En el medio, entre 2010 y 2013, hubo un intento de estimular la pesificación de la economía –que llevó a la restricción de las importaciones y de la compra de divisas– y ahora un blanqueo. El primero en una dirección. Este último en otra. El debate público se está intoxicando de esta visible paradoja. Y, la verdad, la historia argentina está plagada de situaciones bastante más graves. Como, por ejemplo, la aparición de la Triple A. Pero, aún sin ponerse trágico, de medidas económicas llevadas a cabo por los mismos equipos de gobierno y en direcciones contradictorias. El blanqueo, si sale bien, va a ser aplaudido, más allá de la resistencia que genera un perdón fiscal a quienes esconden dólares. Por la sencilla razón de que no llegan inversiones externas. Ni siquiera a tasas altas. Y porque la economía no crece a buen ritmo. En medio de una crisis mundial que no termina. Y porque la generación de empleo formal es dificilísima. Y porque el déficit energético y la industria de la construcción muestran índices preocupantes.

Si Moreno va a jugar un papel fuerte en esta etapa –y sin pretensiones de dar cátedra desde una página de diario– sería bueno que se hiciera un buen diagnóstico, completo, de la situación. Y que se comunicaran varias otras medidas que permitan avizorar dónde estamos parados. Si este es el principio de un debate y de medidas económicas donde se van a escuchar todas las voces y se van a cotejar las necesidades de los sectores más necesitados, tanto la credibilidad pública como medidas económicas comprendidas en un plan serio, sin dudas, pueden ganar la batalla.

Comentá la nota