El River-Boca sigue dando para hablar

El River-Boca sigue dando para hablar

Por Ricardo Roa

¿Connivencia entre fiscales y dirigentes de River? Larreta no quiere que Ocampo reasuma como jefe de los fiscales.  

 

El superclásico de la historia todavía da mucha miga. De un día para el otro, el fiscal Norberto Brotto sacó del cajón la causa por la entrega de entradas a la barra. Se tomó más de tres meses para allanar River y chequear listas de socios. De paso, anunció indagatorias. Ultimamente a nadie se le niega una indagatoria. También dijo que tenía pruebas de que “la barra tiene acceso directo al club”. O sea, hay dirigentes que trafican con los barras. Chocolate por la noticia.

La connivencia entre dirigentes y barras es más vieja que la injusticia. Barras tranquilos a cambio de entradas para ellos y para la reventa. ¿Y qué hay de la connivencia entre dirigentes y fiscales? El mismo Brotto sería amigo de Ignacio Villarroel, el secretario general que llegó de la mano del vicepresidente Jorge Brito hijo. El abogado Villarroel maneja la relación con la barra y es el responsable de la impresión de las entradas. Hay ruido con esto en el club. Otro dato: el jefe de Brotto, el fiscal general Luis Cevasco, es habitué de River y conoce a mucha gente importante de River.

 

Hubo el botellazo y vino el escándalo de noviembre y la suspensión y el partido que se juega y no se juega, la Conmebol sacando cuentas en el medio y a jugar fuera de casa, en Madrid. Y decenas de miles perjudicados. El bochorno del operativo le costó la cabeza a Martín Ocampo, que había pedido licencia como Procurador de la Ciudad para ocupar el Ministerio de Seguridad.

Ese sábado negro, Ocampo se fue a descansar a su casa en Uruguay. Rodríguez Larreta lo echó y ahora se resiste a que reasuma como jefe de los fiscales porteños. Ocampo, que es hincha de River, le llevó el problema a su amigo y compadre Daniel Angelici, que es presidente de Boca y su jefe en el radicalismo. Angelici le respondió como dirigente: Ocampo tenía que aceptar la decisión de Larreta como un problema de la política.

Un día antes del "no partido", Brotto había encontrado en la casa de uno de los jefes de la barra, Héctor "Caverna" Godoy, unas 300 entradas, dólares y 7 millones de pesos. Eran entradas truchas pero no del todo truchas: habían sido impresas en el mismo club. Algunas a nombre de socios y otras a nombre de estudiantes, compañeros de facultad del hijo de "Caverna".

"Caverna" llegó en medio del allanamiento. Brotto lo saludó y lo dejó libre aunque sabía que tiene toda una vida vinculada a la violencia en River y a la reventa de entradas en River. Fue empleado del club, apuñalado en la confitería del club en una pelea por la reventa y procesado en 2012 junto con Daniel Passarella No puede entrar a la cancha, al menos teóricamente.

Como si nada de eso hubiera pasado y la barra no estuviera haciendo con el super clásico de la historia el negocio de la historia, Brotto y su jefe Cevasco, gente con experiencia, consideraron todo una mera reventa. Encontraron pruebas de un delito y de una asociación ilícita pero prefirieron quedarse cómodamente con el calificativo de contravención, variante de la puerta giratoria que todos conocemos, y avanzar lo más lento posible. No vaya a ser que algún amigo quede en orsay.

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