En lo material, la discusión se manifiesta a través de las reservas: la competitividad de Macri depende de la capacidad que tenga de, entre otras cosas, controlar el tipo de cambio en el proceso electoral. Actualmente, el Banco Central vende dólares al ritmo de 250 millones por día para sostener la divisa. La oposición le pedirá al presidente que deje flotar el tipo de cambio con el objetivo de llegar el 11 de diciembre con un nivel mayor de reservas para afrontar los desafíos venideros.

Lo tempraneras que fueron las PASO acentúan estos conflictos. La gran diferencia obtenida por Alberto Fernández ya comenzó a generar presión sobre el dólar. Las plataformas web que venden divisas ofrecen la moneda estadounidense a $50. Los fondos de inversión compraron el escenario que le vaticinaban las encuestas. Dilapidadas esas previsiones, el costo de sostener el dólar será más alto y cualquier intervención será más estéril.

Es probable que, en los próximos días, la oposición le pida formalmente al oficialismo que deje flotar al tipo de cambio y guarde las reservas que aún no tiene comprometidas el Banco Central. Se trata de esos 250 millones diarios que el FMI habilitó a gastar para sobrepasar la volatilidad electoral. Esto significaría que Macri pierda la poca competitividad que le queda. Pero también dificulta las posibilidades de los dirigentes oficialistas de las distintas provincias de revertir resultados en el plano legislativo: es decir, conseguir un bloque más amplio en las cámaras de Diputados y Senadores pensando en 2020.

Aunque depende de cómo se calculen, los analistas estiman que las reservas netas del BCRA no serían superiores a los 20 mil millones de dólares. El retroceso de las mismas fue superior a 2000 millones de dólares en los últimos 15 días hábiles. A ese ritmo no tardarían en llegar a cero durante las elecciones.