Días después de que se conociera la intención de un sector de peronismo de acordar una reforma de la Carta Orgánica del PJ porteño, empezaron surgir los primeros cuestionamientos al proyecto desde el sector más alineado con la ex presidente Cristina Fernández Kirchner, pero también críticas a la actual conducción partidaria.  

El martes pasado, en un restaurante del barrio de San Telmo, una veintena de dirigentes se reunió para conversar sobre un proyecto que por estas horas agita las aguas del peronismo de la Ciudad y que propone que las próximas autoridades partidarias se definan a través de un acuerdo político y no mediante el voto directo de los afiliados. Según fuentes del peronismo al tanto de la iniciativa, el procedimiento saldría de un acuerdo entre todos los sectores políticos, que elegirían la dirección partidaria de entre quienes resulten electos consejeros. Estos sí, por voto directo de los afiliados.

Entre los asistentes al encuentro estuvieron el actual presidente del bloque de Unidad Ciudadana en la Legislatura, Carlos Tomada; los legisladores Mariano Recalde, Lorena Pokoik y Javier Andrade y dirigentes peronistas como Hernán Brienza, Héctor Recalde, Dolores Solá, Carlos Montero, Delfina Rossi y Héctor "Gallego" Fernández, de Peronismo Militante.

Los principales argumentos puestos sobre la mesa fueron el rechazo por parte de los afiliados a una "elección indirecta", que todos aseguraron haber recogido en los últimos días, y el inconveniente que sería que en momentos de debate y búsqueda de unidad se modifiquen las formas de elección. En rigor, el rechazo a que sea un "acuerdo político" el que defina la dirección partidaria se sostiene en que, de esa manera, sectores o dirigentes que no tienen una representación territorial, sindical o política podrían acceder a lugares en detrimento de las organizaciones que despliegan política y suman afiliados en las comunas.

Este tema sirvió de enganche para analizar la situación actual del PJ, conducido hoy por Víctor Santa María, con un mandato prorrogado hace más de un año y medio. En este punto, hubo críticas por cómo se manejan las decisiones institucionales del partido y se hizo un balance lapidario de la decisión de la cúpula de no participar de la masiva movilización del 21 de febrero. El peronismo bonaerense acompañó la movilización convocada inicialmente por Hugo Moyano -aunque no hubo una columna identificada con una bandera del PJ provincial-, una decisión que no se replicó en la Ciudad y causó malestar en buena parte de las organizaciones y agrupaciones que integran el PJ y que sí participaron de la concentración.

No obstante, todos acordaron que el horizonte, tanto a nivel distrital como nacional, sigue siendo la unidad de todos los sectores del peronismo, con la única condición de que levante una agenda opositora al macrismo.

Otro punto muy discutido fue la posibilidad de que deje de existir la representación de la rama femenina, justo en momentos en los que hay un auge de luchas feministas que viene marcando la agenda política. Esta supresión sería consecuencia indirecta de la aplicación de un criterio de paridad de género, tanto para las candidaturas como para los cargos directivos. 

El encuentro también hizo las veces de debut en el espacio para los directivos de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de Capital, que recientemente selló sus intenciones de participar de la interna peronista cuando difundió la foto de su titular, Daniel "Tano" Catalano, firmando su ficha de afiliación. La presencia sindical, que se completó con integrantes de Sadop, del sindicato de Comercio, del Sitraju, la UOM y Farmacia, fue otro de los mensajes hacia la interna.