Un protocolo a espaldas de los recolectores de Jujuy

Un protocolo a espaldas de los recolectores de Jujuy

Se dio a conocer un protocolo de seguridad e higiene elaborado entre la empresa Girsu y el ministerio de ambiente del gobierno provincial. De la elaboración de este, no participaron los trabajadores y no establece pautas concretas de equipamientos, ni obligaciones claras para los funcionarios municipales.

Según se informó a través de distintos medios*, el ministerio de Ambiente y la empresa Girsu Jujuy SE elaboraron un protocolo de seguridad para los recolectores de residuos solidos urbanos de la provincia ante la crisis sanitaria del coronavirus.

El mismo fue aprobado por el Comité Operativo de Emergencia dirigido por Gerardo Morales y “compartido” con referentes de las sesenta jurisdicciones municipales de la provincia.

En términos generales el protocolo en cuestión, según se informó en los medios oficiales, establece ciertas practicas que deben tener los recolectores, los vecinos y los vecinos con casos sospechosos o positivos de covid-19.

En resumidas cuentas, el protocolo establece que los recolectores deben mantener el distanciamiento social, no compartir comestibles o bebidas o concurrir a espacios comunes, contar con desinfectantes, entre otras obligaciones.

Para los vecinos establece pautas como respetar los días y horarios de la recolección, evitar que se rompan las bolsas de basura, minimizar generación de residuos o rociar las bolsas de basura con solución de agua lavandina o alcohol, etc.

Para la basura generada por viviendas donde haya enfermos por covid-19 se recomienda el uso de bolsas resistentes, llenadas a un 70% de su capacidad y que se use una solución de lavandina o alcohol en el interior y luego en el exterior de esta y esperar 72 horas antes de sacarla del domicilio para que sea retirada por el servicio de recolección.

Dentro de la información publicada no existe una línea sobre las obligaciones de los funcionarios municipales para con los trabajadores municipales para prevenir el contagio, ni de los elementos que deben conformar equipo de protección personal (EPP) de un recolector, ni la calidad, ni la frecuencia en que el mismo debe ser entregada; justamente el reclamo de los trabajadores de recolección desde que inició la pandemia y llevó a varias medidas de fuerzas por parte de los mismos; no tan solo en San Salvador de Jujuy, sino también en localidades del interior como Palpalá y Perico.

Es sabida la situación de gran precariedad que deben pasar los trabajadores de recolección municipales de la provincia, una situación que es anterior al inicio de la pandemia. La misma no se menciona en el protocolo planteado por el ministerio de ambiente y el Girsu. La falta de equipamiento y la precarización laboral de los contratos es una constante que viven día a día los trabajadores de recolección.

Un protocolo a espaldas de los trabajadores

La elaboración de este protocolo por otro lado fue a espaldas de los trabajadores y los diferentes gremios. Hasta el propio sindicato municipal, el SEOM, denunció que se enteró por los medios del mismo. No hubo participación de ningún trabajador del área, ni consulta. Es claramente una imposición del gobierno.

Ante los reclamos de indumentaria de los trabajadores durante estos meses de crisis sanitaria los funcionarios plantearon que ellos cumplen con el protocolo, un protocolo básico que aprobó el COE al inicio de la pandemia que tampoco tuvieron participación los trabajadores de recolección y que ni siquiera tuvieron conocimiento. Este establece pautas tan generales y opcionales con respecto a las obligaciones del municipio que ha generado constantes conflictos con los trabajadores preocupados por su situación, siendo uno de los sectores esenciales más expuestos que no dejo de trabajar con normalidad desde que inició la crisis epidemiológica.

En este sentido se dieron casos en que se expresa la arbitrariedad y contradicciones del accionar del municipio, como la provisión de mamelucos de seguridad. Cuando en el barrio Belgrano existían dos casos confirmados de coronavirus se proveyó de los mismos a los trabajadores de la cuadrilla de ese barrio; pero en estos momentos que existen cerca de 400 casos confirmados de covid-19 en todo San Salvador de Jujuy y distribuidos en cada uno de sus barrios y más de 2.000 casos a nivel provincial los funcionarios plantean que no es necesario, ni obligación este tipo de equipamiento para los recolectores.

Girsu, una empresa fantasma

Mención aparte, es la empresa Girsu Jujuy SE, desde el auspicioso anuncio del gobierno provincial, y los fuertes prestamos que se contrajo a través de la misma, prácticamente no hubo avances en la misma, al igual que otros proyectos provinciales de Gerardo Morales tales como Cauchari.

La cuestión es ahora si el financiamiento de esta empresa que suscribe el protocolo, sirve para poner en condiciones protocolos de salud a la altura de la situación y la situación laboral de todos los trabajadores de recolección de la provincia, tanto en equipamiento, como indumentaria y elementos de protección personal frente al coronavirus. También esta pendiente el incentivo que se le iba a dar a estos trabajadores como incentivo ante la tarea que realizan, donde están especialmente expuestos a todo tipo de enfermedades desde antes del coronavirus.

El reclamo de los trabajadores de recolección

Los trabajadores de recolección denunciaron constantemente que la indumentaria recibida era de mala calidad y que la frecuencia con que se les proveía era muy escasa e incompleta. Al mismo tiempo que no contaban con espacios físicos para poder asearse e higienizarse antes de volver a sus hogares, algo particularmente marcado en la delegación de Alto Comedero donde hace un par de semanas hubo el caso positivo de covid-19 de un trabajador de la delegación.

En el marco de una situación de crisis que no tiene principio de fin, es necesario que los trabajadores puedan contar con comités de seguridad e higiene controlados por ellos mismos, para que las decisiones para la prevención de contagios y los protocolos de bioseguridad no queden solo en manos de los funcionarios que hasta el momento han dado muestras sobradas de improvisación y prepotencia, y que los protocolos sean discutidos y elaborados por los trabajadores y puedan tener garantías para que su seguridad y salud no siga siendo vulneradas.

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