"Pertenezco al bando de los luchadores"

Relativizó los conceptos de "derrota" y de "triunfo" en términos políticos. "No me siento un derrotado, porque nunca me sentí un triunfador", dijo.

Fue una charla casi íntima en el hotel donde se alojó ayer el ex presidente del Uruguay, José Pepe Mujica: sólo con los periodistas "Pepe" Ledesma (El Litoral), Roberto Obregón (Mitre/Multicanal) y Luis Alarcón (EL LIBERTADOR). Como testigos, el secretario general de Gobierno, Carlos Vignolo y el presidente del Instituto de Cultura de la Provincia, Gabriel Romero.

Hubo varias preguntas, pero lo más importante en una personalidad política tan inmensa son, naturalmente, sus respuestas.

Son las que se transcriben a continuación.

"Si la historia humana se ve en corto plazo, seguramente uno se queda con la impresión de distintas fotos. Pero si uno se acostumbra a mirar con tiro largo, verá la historia de las sociedades, de los pueblos como proceso, como película infinita.Los hombres somos un poco orgullosos, petulantes. Nos creemos que triunfamos y que triunfan nuestras posiciones. Y eso es relativo.

La historia humana es un constante pendular hacia formas más conservadoras en determinado momento y a formas más distribuidoras en otro momento. Los términos  "izquierda" o "derecha" son de anteayer, son de la Revolución Francesa. Pero si usted mira toda la historia humana se va encontrar con Epaminondas; con los Graco; con Jesús, el hijo de María; con Espartaco; con San Agustín… Es decir, siempre hay gente que luchó en las condiciones de su tiempo y su época por tener preocupación social hacia los que van quedando más postergados y más olvidados.

Y siempre hubo gente que se preocupó por acumular y captar y formar riqueza perece que es una constante del hombre.

Si estudiamos la historia argentina a los tiempos de gran sacudida de don Juan Manuel de Rosas, cuando parecía que la Argentina se iba a ser cuatro o diez países, se pudo sujetar más o menos. Después van a venir tiempos francamente conservadores.

"No escatimen sangre de gaucho, que es lo único que tienen de humano". Lo afirmaba un hombre como Sarmiento.

Y va a venir más adelante Yrigoyen con su sueño de república y de distribuir más. Y después el golpe de estado. Y después el primer Perón…Nuestra historia (la del Uruguay) no le quiero relatar. Siempre fue un vaivén.Getulio Vargas, en Brasil, el padre de la industria pesada, de salir de la materia prima, fundador del Partido Trabalhista gaúcho. Aún hoy, a más de 50 años que se mató tiene una rua que se llama Getulio Vargas, Menos San Pablo. Hasta hoy San pablo no lo ha podido perdonar.

¿Por qué le digo esto? Porque cuando los partidos progresistas llegamos al gobierno, creemos que con eso henos triunfado en la historia de la humanidad. ¡Subimos un par de escalones, con suerte! Y siempre nos queda mucho más por hacer que los que hicimos.

Después perdemos el tren, vienen otros, que van un poco más hacia la derecha., quieren restaurar la acumulación, hasta que tenemos otro viandazo… Y ahí andamos.Por eso no me puedo sentir derrotado, porque nunca me sentí triunfador. Vamos apenas andando".

Las conquistas ya logradas

Pepe Mujica, en el diálogo con este diario, resaltó que "se van afirmando conquistas que después no las puede cambiar ya nadie. Los tipos que pelearon por las 8 horas los fusilaron. Cincuenta años después ningún régimen, de izquierda, de derecha, nadie discute más las 8 horas en el mundo entero, quedó definitivamente incorporado como un adelanto para la humanidad.

Todos los derechos sociales que tenemos: la jubilación, el haber abolido la esclavitud, la ley de 8 horas, todos lo que haya sido progreso humano en algún momento fueron banderas derrotas de luchadores.Así es la vida de los hombres. Como decía Yupanqui: "Unos trabajan de trueno y pa’ otros la llovida".

Se le preguntó más adelante dónde abrevó el gran consejo de su vida.

Su respuesta: "Cuando era joven tenía la manía de leer mucho, siete u ocho horas por día. Me refiero 17 y 18 años. Tenía mucha avidez intelectual. Y leí mucha filosofía, literatura, historia, ciencia… tal vez un poco desordenadamente, pero leí mucho.

Después me dediqué a cambiar el mundo, y ya leí menos. Y quien se mete a cambiar el mundo si sale vivo, tiene suerte. Yo tuve suerte, pero… me comí unos cuantos años en la "sombra" (en la cárcel).

En esos años de tremenda soledad, entré a rumiar mucho, aquello que había leído en mis años de primera juventud (tuve ocho años sin un libro). Tal vez en ese tiempo que estuve en soledad –yo no lo sabía- fue cuando aprendí más. Porque tenía tiempo de sobra para pensar. Y para repensarme, los caminos intelectuales por los que había transitado. Eso fue obra de la casualidad, de las circunstancias. Si  no me hubieran agarrado y metido preso, tal vez parte del viejo que está acá no existiría.

Qué quiero trasmitir a la gente joven: que nunca te sientas derrotado. Los únicos derrotados son los que no vuelven a empezar.

Nunca triunfamos, porque los hombres tenemos mucha más capacidad de soñar que lo que podemos concretar. Pero derrotado es el que no lucha por levantarse cuando cae. Y esto no es una regla en la política, es una regla en la vida.

Levantarse significa que si fracasaste en el amor, no por eso no tenés que volverte a enamorar;  que si fracasaste en la familia, no por eso no tenés que tener el coraje de volver a levantar una familia; si fracasaste en el laburo, no tenés que vivir lamiéndote las heridas y teniéndote lástima…Yo no pertenezco al bando de los derrotados, ni al bando de los triunfadores. Pertenezco al bando de los luchadores".

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